Lluvia en el cafetal
Entré al cafetal, había mañana de poca luna con rayos golpeando mejillas. El colibrí tenía casa sin flores. Las nubes comenzaron flagelando ramas con hielos blancos, luego apedrearon todo. Entonces los cafetos acurrucaban sus granos tiernos. Cuando el sol volvía al cenit, quedé sin nubes, hecho poema y todavía respirando.
Los granos tiernos del cafetal se me representan como la esencia del ser que sobrevive a las fuerzas desatadas de la naturaleza. Después de la tormenta, un cenit claro y abierto que ha sobrevivido a la batalla con los elementos.
ResponderEliminarPuro poema que relata un enfrentamiento trascendental. Saludos, Edwin
Gracias amigo.
EliminarHermoso y poético texto el que nos dejas, Edwin. Y con trasfondo. Suerte y un saludo.
ResponderEliminarGracias Jesús, un abrazo.
EliminarMuy poética esta tormenta en el cafetal, Edwin. Por fortuna, triunfan la luz y los versos al final del micro.
ResponderEliminarMuy hermoso. Un fuerte abrazo.
Gracias amiga, muchos abrazos.
EliminarBellísimo y poético relato, amigo Edwin. Te felicito y agradezco que nos hayas traído el cafetal de tu país, para comenzar a oler ese café en España...
ResponderEliminarUn abrazo.
Saludos amiga, gracias y muchos abrazos.
EliminarPoesía pura en ese cafetal, querido Edwin.
ResponderEliminarTu micro destila belleza y sensibilidad.
Un beso.
Malu.
Gracias amiga, muchos abrazos.
EliminarCreo que es un relato en prosa poética y me resulta difícil de interpretar. Los poemas o te gustan o no te gustan. Este creo que es bueno y me gusta.
ResponderEliminargracias, Saludos
Hermoso vuelo.
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