Misión fallida
Los extraterrestres aterrizaron en la ciudad; buscaban al miembro de su tripulación que, hace meses, se había quedado en misión de exploración. La señal de su biolog le ubicó en la planta baja del Museo de Ciencias Naturales, en la sala de lepidópteros. Le encontraron clavado en el expositor 3B.
Fallida para ellos, pero puede que para los de nuestra galaxia su estudio sirva de algo, si es que no lo dejan ahí, sin más, clavado en el expositor. Curisoso y simpático tu texto. Suerte, Luis. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jesús. Lo malo es que los humanos que cazaban mariposas no fueron conscientes de que no era una mariposa. Me alegro que te guste mi relato. Un saludo.
EliminarVida inteligente en una de las formas más hermosas del universo, las mariposas, de visita en nuestro planeta. Este cuento no podía acabar bien, no.
ResponderEliminarSeñor Goróstegui, le estrecho la mano.
Le quedo muy agradecido, señora Richmond. Es que, a veces, no sabemos lo que tenemos delante, y catalogamos a los demás sólo por el aspecto exterior.
EliminarLe beso la mano.
Una misión que ha generado un mártir, pero que quizá no resultó tan fallida. Esa especie alienígena ha aprendido que las criaturas dominantes en el hermoso planeta azul tienen tanta curiosidad como ellos y son de armas tomar.
ResponderEliminarUn relato imaginativo y, a pesar de la muerte del infortunado extraterrestre, o precisamente por ella, simpatico.
Un saludo, Luis
Muchas gracias, Ángel. En todo caso confiemos que nos demos cuenta a tiempo que un síntoma evidente de que nos estamos cargando el planeta, y con ello ponemos en peligro nuestro propio futuro, es que cada vez hay menos insectos en el campo.
EliminarMe alegra que te guste mi relato. Un saludo.
Es genial Luis. Con lo que me gusta el Sci-Fi. Me encanta lo del biolog, bien pensado. Ay, pobre alien en forma de mariposa. ¡Muchos aplausos, me encanta!
ResponderEliminarMuchas gracias, Alejandro. Me alegra que te guste mi relato. Un saludo.
EliminarQuizá en algún Museo de Ciencias Naturales tengamos, tras alguna vitrina, a algún extraterreste sin saberlo; desde luego, sueltos por ahí existen muchos, no sé si cada día más, o quizá sea que uno, con el paso de los años, se va haciendo un poco marciano, pero este sería otro tema.
ResponderEliminarSea como fuere, y centrándome ya en tu sorprendente e ingenioso microcuento, pienso que ir de misión a algún planeta desconocido tiene que ser muy peligroso, incluso para seres que estén muy avanzados científica y tecnológicamente hablando, así que deberíamos aplicarnos el cuento cuando tengamos posibilidades de hacerlo, eso si antes no la pifiamos del todo en nuestro planeta y volvemos a la edad de las cavernas, como pronosticó Einstein.
De todas formas, no hay que culpar mucho a los terrícolas, pues si el pobre alienígena se parecía a una mariposa, dado que hay miles y miles de especies, no era nada difícil confundirlo con una de ellas.
Enhorabuena, Luis, por tan desenfadado microcuento, me ha gustado mucho, un abrazo.
Muchas gracias, Enrique. Cuando escribí este relato tenía en mente cuando miramos algo y sólo vemos su apariencia externa y pensamos que es algo ordinario(en mirelato una mariposa) sin ver que realmente es algo extraordinario (un extraterrestre). No deberíamos juzgar a los demás sólo por su apariencia externa, sino por su validez, porque podríamos desperdiciar la oportunidad de conocer a alguien especial. Me alegra que te guste mi relato. Un abrazo.
EliminarEl principal problema creo que está en la idea que nos hemos ido forjando sobre cómo son los extraterrestres. Los tuyos, desde luego, nada tienen que ver con un alien. Más les valdría tener cuidado de que no les pase como a su compañero.
ResponderEliminarSimpático relato, Luis, a la vez que plantea cosas muy interesantes.
Un abrazo
Muchas gracias, Enrique. Lo cierto es que no sabemos cómo pueden ser los extraterrestres (siempre que existan). Quizá sean como mariposas, o como arañas gigantes, o incluso con apariencia similar a la humana, no sé. En todo caso, sean como sean (si es que son), esperemos que sepamos entablar contacto con ellos y sepamos entendernos para nuestro mútuo bien. Me alegra que te guste mi relato. Un abrazo.
EliminarVaya suero y qué final sorprendente, felicidades
ResponderEliminarMuchas gracias, Luisa.
EliminarGenial.
ResponderEliminarSaludos, Luis
Muchas gracias, Plácido.
EliminarUn saludo.
Muchas veces he pensado que los insectos tienen cara de extraterrestre... así que no estaba equivocada... A partir de ahora miraré a los insectos con otros ojos.
ResponderEliminarUn beso, Luis.
Malu.
Muchas gracias, Malu. Todo lo que nos rodea es increible: los insectos, las flores, los ríos, las montañas, el cielo y (quizá) los extraterrestres. Cuidemos de nuestro planeta, y si existen los extraterrestres y alguna vez contactamos con ellos, o ellos con nosotros, nos sepamos entender mútuamente. Un beso.
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