Nunca se olvida
En la librería, el vate que nunca editó sus poemas, el que sólo leía en público. Me dijo:
—Tienes unos ojos, una mirada que habla.
Me sorprendió, conocía sus lecturas. Y alegró mi jornada con el halago.
—Haré memoria, cara como la tuya no se olvida.
Pensativo, quedó el librero.
—Tienes unos ojos, una mirada que habla.
Me sorprendió, conocía sus lecturas. Y alegró mi jornada con el halago.
—Haré memoria, cara como la tuya no se olvida.
Pensativo, quedó el librero.
Hola, Carmen. Tu propuesta la interpreto como el relato de un momento muy significativo para la narradora, el de un piropo recibido que, por la sensibilidad del autor del mismo y el modo en que lo realizó, cobró mucho valor para ella. Al final, tanto las palabras del poeta como la cara de ella permanecieron para siempre en sus respectivas memorias.
ResponderEliminarSea esta la interpretación o no, el caso es que me ha gustado mucho.
Un abrazo, amiga.
Un micro sencillo, que para mi dice mucho, quizás eso, un simple piropo, puede ser la base de un gran amor. Saludos.
ResponderEliminarLos poetas son dueños de una capacidad de percepción especial. No solo saben transmitir, sino sobre todo y antes sentir. Él lo sabe y esa mujer también. El librero quizá no tanto.
ResponderEliminarUn relato a partir de un momento cotidiano, un instante que, aun corto, merece la pena recordar.
Un abrazo fuerte, Carmen
Sencilla y muy hermosa la escena que nos muestras, pero, seguramente, en esa sencillez radica lo que puede suponer para sus protagonistas. Esperemos que el tiempo y los vaivenes de lo mundano les permita cumplir ese deseo de no olvidar. Suerte, Carmen. Saludos.
ResponderEliminarLo bonito nunca se olvida, pero en tu relato no se si lo recordará por el halago o por lo dura de su cara.
ResponderEliminarUn abrazo de lso dos.
Carmen, hay miradas inolvidables e instantes que se graban en la memoria para siempre.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos apretados, amiga.
Hasta hoy no he podido entrar por aquí. Así que muchísimas gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarEnrique
Omar
Ángel
Jesús
Jose María
Pilar Alejos
Besicos y hasta siempre