Sin miedo
El hombre caminaba lento pero decidido. Relatando historias vividas, iba despojándose de su pasado, acariciándolo y desdibujándolo a la vez.
Luego, abrió la ventana, trazó dos líneas rectas, paralelas, por las que se marchó; sereno, confiado, pintando el horizonte en tono azul cielo.
Después, sin mirar atrás, desapareció para siempre.
Luego, abrió la ventana, trazó dos líneas rectas, paralelas, por las que se marchó; sereno, confiado, pintando el horizonte en tono azul cielo.
Después, sin mirar atrás, desapareció para siempre.
M-etafórico, A-legre, L-írico, U-nico... ¿de quién es?
ResponderEliminarQué ganas de leerte cada mes, querida Malu.
Has conseguido un estilo P-oético, R-egio, E-legante, C-autivador, I-nsuperable, O-nírico, S-encillo, O-riginal.
Abrazos de admiración y besos a montón.
Tú eres muy grande.
EliminarEres una maestra para mí.
Quiero ser como tú algún día:
Única.
Inigualable.
Especial.
Relatora.
Oportuna.
GRACIAS.
Beso grande, Rich. Con toda mi admiración.
Malu.
Otro relato que hace gala a tu lírica y ensueño. Hay un tono suave y melancólico que invita a una deliciosa lectura.
ResponderEliminarUn abrazo, Malu.
Mª Jesús, no sabes cómo me gusta que sientas eso al leerlo. Tu comentario es una delicia para mí.
EliminarUn beso enorme.
Malu.
Cuando uno se despoja de las historias vividas, se olvidan los miedos y en el horizonte indefinido todo es de otro color.
ResponderEliminarMe gusta mucho este estilo tuyo metafórico y lírico.
Amiga Malu, muy bueno, sigue así "sin miedo"
Besicos
Yo siempre tan pesadita con las metáforas, Carmen... ja, ja, ja...
EliminarSigamos sin miedo, despojándonos de lo que no nos sirva y caminando por las líneas que estemos dispuestos a trazar.
Un beso, amiga.
Malu.
Muy hermoso tu relato, Malu. Lo adormas con unos toques poéticos y una pizca de misterio (yo, al menos, lo veo así). Curiosamente, es como si el texto, a un tiempo, tuviera un trasfondo pesimista y ligeramente optimista. Me ha gustado. Un beso y suerte.
ResponderEliminarGracias, Jesús, me gusta lo de la pizca de misterio porque quiero que cada uno lleve estas letras a su terreno y lo siga de una forma que le sirva en su vida. (Ojalá sea siguiendo la vía optimista).
EliminarUn beso.
Malu.
Si no me equivoco al interpretarlo, que no sería la primera vez ni será la última, has relatado con gran belleza y de una manera singular la despedida de una persona de esta vida, el paso inevitable a otra dimensión de la manera más serena, en ausencia de fobias y temores, haciendo balance de su trayectoria a la vez que mirando hacia adelante, un camino de líneas paralelas que no conoce las curvas ni el retorno. Tu personaje es consciente de su nueva etapa, que afronta sin miedo. Toda una filosofía y un ejemplo de sabiduría en la despedida que todos habremos de afrontar
ResponderEliminarTú siempre valiente y decidida, Malu. Lo transmites de la mejor manera y lo contagias.
Un abrazo fuerte
Tú nunca te equivocas en ninguna interpretación, querido Ángel. El micro en sí es una despedida, de esta la vida, de una etapa... o de una forma de vida que en la que no se quiere estar y a la que no se desea volver.
EliminarAy... no te creas lo de mi valentía, por escrito todo es muy fácil...
Un beso fuerte, Ángel. Mil gracias por tus comentarios, eres único.
Malu.
Malu, tal como titulas, no hay que tener miedo para hacer lo que hace tu protagonista. Siempre he opinado que quien decide quitarse la vida es una persona valiente.
ResponderEliminarTodo ello lo cuentas de un forma bella, fotografiando el instante.
Me ha gustado, Malu.
Besos.
En esta vida y en la otra, aquí o allá siempre hay que ser valiente, ojalá todos tuviéramos valor para hacer lo que quisiéramos en cada momento.
EliminarUn beso grande, Javier.
Malu.
Muy bonito, Malu. Me encanta su atmósfera poética y ese toque misterioso, que, por otra parte, no es ajeno a la pura poesía. Te felicito, amiga.
ResponderEliminarBesos.
Oh... ¡y me lo dices tú! Reina de 140, poesía pura es lo tuyo, querida.
EliminarMe gusta esa atmósfera con toque de misterio, no soy yo muy dada a ello, pero me voy a aficcionar.
Mil gracias, un beso fuerte.
Malu.
Tu relato Malú tiene un toque preciosista, de los buenos relatos que llenan el alma de misterios. El que esbozas y dejas, así como a su aire, de una historia incompleta, pero a la vez rotunda, de alguien que fue y ya no desea ser. Así lo veo yo, lleno de poesía, y de una atmósfera indefinida, como si lo viéramos a través de un sueño. Muchos besos.
ResponderEliminarMe encanta tu interpretación, Carmen, "alguien que fue y ya no desea ser". Viéndolo a través de un sueño...
EliminarAcabas de darme un regalazo, mil gracias.
Muchos besos para ti.
Malu.
¡Lo cuentas tan bello que es difícil no irse tras él siguiendo el camino al horizonte! Una vida cumplida a la que homenajeas desde el compás del ser querido que supo vivir y supo marcharse, "desnudo como los hijos de la mar", como los hijos de la vida que saben que este precioso regalo hay que exprimirlo, contarlo para dar fe y partir sin demora, recto y cierto hacia el cielo que alguna vez presentimos en nuestro interior. Quien no tiene miedo a morir, no tiene miedo a vivir; es más, quien acepta morir, disfruta profunda e intensamente de la vida, porque la muerte, entiendo yo, no es sino un nuevo estado adquirido para que la energía del ser siga su transformación en otro espacio, en otro tiempo, libre de ataduras.
ResponderEliminarMagnífica la sencillez expresiva de este micro que hace canto de la levedad de vivir y ensalza la armonía como patrimonio del alma, llave que abre las cadenas del ser y lo libera.
Para soñar despierto es tu relato. Besos, Malu.
He tardado un rato desde que he leído tu comentario hasta que me he puesto a comentarte, Manuel... incluso pensaba que estaba soñando y he ido a lavarme la cara para cerciorarme de que estaba despierta. Ahora que ya estoy algo recompuesta, puedo decirte que me siento privilegiada por recibir estas palabras de tu parte. Siento que es maravilloso escribir solo por leer después tu opinión. Tus comentarios enriquecen todos los textos de una forma especial, tienes un don para transmitir y nos contagias a todos de esa belleza que de forma tan bella vas dejando a diario en este sitio.
EliminarMagnífico tú, Bocanegra. Un beso enorme.
...Y sí, tienes razón, levedad de vivir... llave que abre las cadenas del ser y lo libera... (¡Eres un lujo, Manuel! Mil gracias).
Malu.
Esta página tiene algo mágico cuando aparece un relato tuyo, porque aflora los sentimientos más internos del lector. A mí este me crea una mezcla de bienestar y melancolía, porque la historia de tu protagonista, otro suertudo más por haber salido de tu inmenso ingenio, es una caricia para el alma y deja al final un poso de nostalgia. Y es que alguien así merece la pena conocerlo personalmente, pero irremediablemente ha tomado su camino. Menos mal que estás tú ahí para ponernos su historia, mostrarnos que es un hombre bueno y, gracias a todo ello, quererlo.
ResponderEliminarTienes el don de conmover, porque, ya sé que soy pesado con esto, escribes con el corazón. Y eres tan generosa que sacas todo de ti para regalarnos cada mes una joya, como tú, que también lo eres por cómo escribes y por muchas cosas más que quien bien sabemos los que tenemos la fortuna de conocerte.
No sé si llegarás a la final con este relato o no, pero ¿qué más da? Que te quiten lo bailao por haber escrito esta obra de arte, por los comentarios que recibes —algunos espectaculares como el que está arriba de Manuel o el de Patricia, entre otros—, por ser capaz una vez más de enamorarnos, y por llenar mi cuaderno con tus relatos.
Besote de los fuertes.
Pablo.
Tú lo has dicho, ahijado, esta página tiene algo mágico, algo que engancha y que nos mantiene unidos a ella. Creo que tiene mucho que ver con las buenas letras que se prodigan por aquí y sobre todo por las buenas gentes que dejan día a día esas letras. Yo soy una humilde cincuentista que pasa por aquí todo lo que puede y deja lo mejor que tiene para esa buena gente que lo merece todo.
EliminarMil gracias por esas palabras tan bonitas que me dejas, mi querido Pablo. Sé que salen del corazón y son muy de verdad, lo cual agradezco infinitamente.
Y lo de enamoraros... Ahí te has pasado un poco, ¿no? Ja, ja, ja... Pero me encanta igualmente.
Recuérdame que te regale otra libreta que ya la debes tener llena.
Un beso enorme.
Malu.
Esas “líneas paralelas”, por las que “desapareció para siempre ", me sugieren que el personaje es un suicida que se lanza a las líneas del tren. Es una historia contada con mucha delicadeza. Un microrrelato muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Bien pueden ser las líneas del tren, querido Don Beto. Bien pueden ser las líneas de una nueva vida o incluso las líneas de una forma distinta de ver o vivirla.
EliminarSiempre es un placer recibir tus comentarios.
Un beso grande.
Malu.
Siempre es un placer leerte querida amiga. Traes magia con tus palabras....Cuando uno decide dejar atrás todo ese pasado que nos pesa en nuestra mochila y lo consigue supone una paz inmensa y ya puede volar a otra dimensión porque es libre. Hay que ser valiente y no tener miedo. Muy buen relato
ResponderEliminarUn beso enorme
Ay, Morita... qué me lo voy a creer...
EliminarCuando uno decide dejar atrás lo que lo ne gusta y lo consigue, pasa a otra dimensión y puede hacer lo que quiera, pintando el horizonte del color que más le guste.
¡Cómo me conoces y cómo sabes leer el trasfondo de lo que escribo! Me alegra ver que aunque pase los años seguimos manteniendo la esencia de nuestra amistad y entendimiento.
Un beso enorme, amiga. Te echo de menos.
Malu.
Malu, precioso relato, muy poético. Leerlo produce paz y resta dolor a esa marcha, sin vuelta atrás.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos apretados.
¡Oh... mil gracias, Pilar!
EliminarNo te imaginas lo que me alegra saber que transmite y se recibe paz y menos dolor.
Te mando un beso grande con todo mi agradecimiento.
Malu.
Tu micro, Malu, produce una sensación de bienestar y levedad casi mágica. Despojarse del pasado en la vejez, reconociéndolo, y encaminarse hacia ese horizonte, que es la muerte, con la serenidad de tu protagonista es propio de sabios. El relato se mueve entre el surrealismo de esas líneas paralelas y la paz interior de la filosofía oriental. Puedo imaginar a un lama preparando la transición a la otra vida. Tu estilo es dulce y poético.
ResponderEliminarEs un placer leerte. Enhorabuena y un beso.
Soy feliz leyendo todos los comentarios, pero tengo que ser sincera contigo, Carmen, que eres mi teacher. Me emociona lo que me dices. Saber que este "Sin miedo" transmite todo lo que comentas hace que mi ego engorde un poquito, lo justo, que luego si no tengo que ponerlo a dieta al pobre... ja, ja, ja...
EliminarCreo que todo se resume en tres palabras, bienestar, levedad y transición. Me encanta, creo que estoy levitando.
Un placer que me escribas cosas tan bonitas.
Mil gracias.
Beso grande.
Malu.
En un estilo poético y lleno de metáforas, nos describes los últimos pasos de alguien que ha alcanzado la sabiduría, que ha vivido mucho y que de todas las experiencias ha sacado las pertinentes conclusiones.
ResponderEliminarQuizá eso es lo que deberíamos aprender todos a partir de cierto momento de nuestras vidas, por decirlo con la famosa frase del arquitecto Mies van der Rohe, menos es más. Es decir, que llega una época de la existencia en el que hay que ir despojándose de casi todo, pues, como dice la sabiduría oriental lo que posees te posee, y cuanto más acumules más lastre añades a tu existencia, y más difícil te va a resultar todo.
¡Pero que lejos estamos la mayoría de esa sencillez que deberíamos alcanzar tras serenas reflexiones sobre la vida! Por el contrario, parece que hasta el último aliento necesitamos rodearnos de cosas, ser arrogantes, vivir con desmesura, cuando no cosas mucho peores.
No es el caso del protagonista de tu historia, al cual, su ligereza le permite salir por la ventana y, como en la canción de Mecano, convertirse en aire, desaparecer para siempre confundiéndose con el universo, entrar en el nirvana al que aspiran los budistas; en definitiva, la aspiración de cualquier ser espiritual, de cualquier místico que siente que muere porque no muere, como decía Santa Teresa. Fundirse en la inmensidad, ser uno con el Todo, pues el ego no deja de ser una cárcel de la que, en vano, desearíamos escapar.
Alcanzar eso, pienso, es el privilegio de unos pocos, y no sé si al resto nos va a tocar repetir muchas veces, como dice la ley del karma. Sea como fuere, al menos, hay que saber que existe esa meta y esforzarse uno en lo que pueda por mejorar, tarea nada sencilla ni aun sabiéndonos la teoría.
En fin, precioso microcuento. Un abrazo, Malu.
¡Ay, mi querido Señor Angulo... me voy a derretir! Qué lujazo de comentario, qué palabras tan bonitas, qué disección tan estructurada, tan perfecta, tan cabal. Qué riqueza en todas tus explicaciones...
EliminarHoy he engordado un kilo, qué lo sepas.
Y sí, todos lo sabemos y deberíamos prepararnos para fundirnos en la inmensidad el día que nos toque (que sea dentro de muchísimos años, por favor).
Precioso comentario, querido Enrique.
Mil gracias, un beso grande.
Malu.
Es sobre un camino sin miedo cuando dos líneas paraleles consiguen cruzarse en el horizonte. Con la mansedumbre que obsequia la edad, es posible soltar el lastre de lo vivido y afrontar ligero las puertas del horizonte con la saludable ligereza del que nada arrastra y desaparecer como un nuevo punto azul en la lejanía.
ResponderEliminarEs un relato muy bonito, Malu. Quizá sea la muerte de un anciano o una jovial nueva vida renovada; eso que cada cual lo interprete, pero ¿qué más da si guarda la forma de tus palabras?
Un fuerte abrazo, compañera.
Soltar lastres, afrontar ligeros, con saludable ligereza del que nada arrastra y desaparecer como un nuevo punto azul... Tú sí que escribes micros y comentarios bonitos, como este. Es un regalo que escribas debajo de mis cincuenta algo tan bonito, querido Antonio. Siempre enriqueces los micros y nunca seré capaz de agradecerte todo lo que suponen para mí tus palabras.
EliminarUn beso grande.
Malu.
Guau!!!
ResponderEliminarMe encanta esa desaparición entre dos lineas paralelas que ha trazado en el aire. Es como que se pierde en su propia pintura.
Me ha encantado. Besotes
Perderse en su propia pintura, en sus aspiraciones, en sus ideales. Perderse sin miedo y mimetizarse con lo que uno aspira.
EliminarMil gracias, Olga. Me encanta leerte por aquí de nuevo.
Malu.
Bonita metáfora. Al final todos debemos afrontar ese destino. Muy bueno.
ResponderEliminarAsí es Jorge, todos debemos afrontarlo y qué mejor que hacerlo con esta filosofía.
EliminarUn beso.
Malu.
Pienso que uno de los principales motivos de que sintamos miedo es esa noción de poder perder aquello que más queremos. Tu protagonista se podría decir que no tiene nada que echar de menos en su determinación de seguir ese camino que él mismo parece haber trazado. Quizá porque se ha ocupado previamente de vaciarse por dentro hasta quedar como vino al mundo. Ojalá fuéramos capaces de lograr esa misma serenidad y seguridad mientras afrontamos la vida en toda su intensidad.
ResponderEliminarEnhorabuena, Malu, por este estupendo relato que, no sé por qué, me ha recordado al arte de Magritte.
Un beso fuerte.
Tienes toda la razón, Enrique, tenemos miedo a perder aquello que queremos, también miedo a lo desconocido, a salir de lo que es fácil para nosotros, a abandonar nuestra zona de confort.
EliminarHas hecho una disección del relato que me encanta. Nadie puede afrontar algo nuevo sin miedo, sin vaciarse de sus temores y sin borrar todo lo que le ha perturbado en su pasado.
Mil gracias por tu comentario, totalmente acertado en cuanto a la idea global que quería transmitir, más allá de reflejar el camino hacia la muerte, el relato es un dibujo a pinceladas sobre un paso a otro estado, a otra dimensión, en esta o en otra vida.
Lo de recordarte a Magritte ya me alegra doblemente, porque me encanta su pintura surrealista.
Un beso grande.
Malu.
A mí me ha pasado como a Beto Monte, en principio he visto a un suicida. Luego, en una segunda lectura, he pensado que acabar con tu vida con esa serenidad tiene que ser difícil. Así que me sugiere a alguien que ha decidido, ya que nuestra existencia es pasajera, liberarse de todo tipo de amarres, como bien titulas "sin miedo", para que cuando llegue el día de partir, hacerlo conforme, en paz con uno mismo, hasta confundirse con el universo del que vinimos. Profundo y muy interesante tu micro, Malu. Besos.
ResponderEliminarExacto, Juana, ojalá pudiéramos ser capaces de liberarnos de todo tipo de amarres sin miedo, para cuando tengamos que emprender un nuevo camino, vivos o muertos, podamos hacerlo en paz y mimetizarnos con el nuevo paisaje de una forma serena.
EliminarYo y mis profundidades, a veces me pongo muy intensa. Menos mal que sois todos buenísimos conmigo y sabéis comprenderme. Lo de interesante o no, ya lo decidís vosotros y, por cierto, me encanta que lo encontréis interesante.
Un beso grande.
Malu.
Toma, toma ya...
ResponderEliminarJa, ja, ja, Luis...
EliminarGracias.
Un beso.
Una delicia leerte de nuevo, Malu. Poco tengo que añadir a los maravillosos comentarios que te han hecho por aquí arriba. Tu historia es pura poesía.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte y enhorabuena.
Una delicia tenerte a ti como cincuentista, querida Asun. Eres un lujo de relatista y comentarista.
EliminarUn beso grande. Mil gracias por tus palabras, me las guardo con mucho gusto.
Malu.
Se despoja de su pasado para vivir plenamente el presente que él mismo dibuja. Así veo yo tu relato.
ResponderEliminarEs muy delicado y muy bonito. Saludos
Muy buena interpretación, Maribel.
EliminarMil gracias por tus palabras, un beso.
Malu.