Tal como éramos
Ya no se miraban, ni hablaban, ni se tocaban. El futuro que un día pintaron juntos se transformó en una sucesión compartida de días anodinos.
Hoy era su aniversario. Cada uno por separado y en silencio, buscarían recordarse en las sonrisas compartidas que dejaron atrás. Mañana... lo volverán a olvidar.
Hoy era su aniversario. Cada uno por separado y en silencio, buscarían recordarse en las sonrisas compartidas que dejaron atrás. Mañana... lo volverán a olvidar.
Pero siguen juntos y, tal vez, aunque ya no se reconozcan, el consuelo de la compañía les dé un poco de calor dentro de la niebla. Si se refiere a lo que creo.
ResponderEliminarSi no, patinazo colosal.
Triste, pero real, y has sabido darle un toque de ternura.
Abracicos.
Una compañía por inercia y por costumbre. La fecha les recuerda lo que fueron. Pero el día pasa y vuelve esa inercia vacía. Es muy triste y como dices, es real.
EliminarGracias, Patricia!
EliminarEs triste y precioso a la vez. Aunque el instinto, o el poso de amor que queda, los haga estar unidos a pesar de que no sean conscientes de ello. El día que uno falte, algo en el interior del que quede morirá también.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Galilea.
Besote.
Pablo
Soledad en compañía... Es muy triste.
EliminarPero sí, aunque sólo sea por un día se recuerdan como fueron y cómo se amaron.
El día que uno falte... lamentarán no haberse sabido "tener" a tiempo.
Gracias, Pablo!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAy Galilea, pintas ese desamor que nació del amor, o ese vestigio de amor que aún flota ligero sobre un océano de desamor, de costumbre, de inercia. Tan triste es que ocurra a tantas parejas a lo largo de su relación, y conste que hablo de relaciones largas largas, de matrimonios o relaciones que aún sin papeles han sido "para siempre".
EliminarDuele leerte y duele saber que es tan real en la pareja promedio de nuestros días. Felicitaciones y aplausos por plasmarlo tan bien.
Es así como dices, muy real y muy triste.
EliminarDejarse tantas cosas por el camino... tantas ilusiones que desfallecen, tantas rutinas que engullen sin piedad. Perderse sin remedio...
Gracias por comentar, Alejandro
Qué tristeza esta resignación a continuar juntos a pesar la frialdad y la incomunicación. Quizá es la peor de las soledades.
ResponderEliminarBello micro, Galilea. Un beso.
Como decía arriba... esa soledad, esos silencios en compañía. Muy triste.
EliminarGracias, Carmen!
Galilea, lo primero un título genial, que me hace recordar esa gran película de igual título. Tú relato está lleno de sentimientos, de esa frustración de un amor acabado, de pensar pensar que tiempos pasados fueron mejores. Una pareja que tuvo un pasado, pero que ha perdido su futuro en un anodino presente.
ResponderEliminarLa frase final es muy buena, un resumen de la situación que viven.
Muy buen relato, Galilea.
Besos.
El título lo puse por esa película.
EliminarLa tristeza de perderse.. aún estando juntos. La desidia de no esforzarse en recuperarse. Tal vez los desengaños, dan paso a una desilusión crónica, que lo viste todo de un vacío sordo...
Gracias por leer y comentar, Javier
Galilea, qué bello título para tu hermoso relato. Cuando en una pareja ya no queda nada, salvo la rutina y la costumbre, si son incapaces de recordar qué les unió, lo mejor es volver a empezar, juntos o separados.
ResponderEliminarLo has contado de una forma muy bella. Enhorabuena.
Besos.
Cierto, hay que despertar y renovarse...Volver a sentir.
EliminarGracias por tu comentario, Pilar.
Como ya te han dicho, el título es genial, le da al relato un aire de nostalgia que de otra forma no tendría y solo nos quedarían esas vidas tan tristes que hacen desear que por lo menos cada uno por su lado tenga algo que aún le haga vibrar. Si no fuera así, no sería vida, no una que merezca ser vivida.
ResponderEliminarEnhorabuena por este relato tan fuerte como la desoladora sensación que transmite.
Un cordial saludo, Galilea.
Gracias por tu comentario, Georges!
EliminarCreemos, de forma ilusa, quw todo será para suempr3, sin darnos cuenta de que el tiempo pasa y pesa sobre todo y sobre todos y todo lo modifica. Los ímpetus inicuales puesen quedar dirmudos poco a poco. Si la relación es sólida se transformará en otra cosa, si no, ni eso. Es triste seguir con alguien sin que te parezca especial, solo sopoetable, solo por inercia.
ResponderEliminarNo es un relato sobre el desamor, sino sobre la rutina más dañina y la falta de coraje para introducir cambios en la existencia que le den aliciente, sin crudeza, pero sib escatimar realidad.
Un abrazo, Galilea
Así es, el tiempo cambia las cosas y nosotros con él. Dar todo por sentado ... acaba por matarlo todo.
EliminarMuchas gracias, Ángel!
Nostálgico relato y muy bien escrito, Galilea. Muchos se verán reflejados en tus palabras, tan tristes como reales. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, María José!
EliminarTodo tiene su fin, y el amor (qué siempre se fabula eterno), no es una excepción.
ResponderEliminarUn relato agridulce que lo expresa todo.
Suerte, Galilea
Es difícil... Para conservarlo hay que hacer que crezca, madure y se renueve cada día. Es una ardua tarea, pero no imposible.
EliminarMuchas gracias, María Jesús!
Refleja la vida, el amor, muchas cosas terminadas. Pero que al mismo tiempo continúan, como debe ser. ME GUSTÓ MUCHO. Un saludo.
ResponderEliminarDeberían arreglarlo. Si se recuerdan en los momentos felices, es porque los añoran. Están perdiendo un tiempo precioso, que no recuperarán.
EliminarMuchas gracias por comentar, Omar!
"Tal como erámos" o tal como son, como serán, como eran...
ResponderEliminarAy, las relaciones nunca son satisfactorias y tú lo has reflejado muy bien, Galilea.
Besicos
¡Ay, esa tilde se ha colocado donde no era!
ResponderEliminarQué difícil sostenerlas como lo que fueron...
ResponderEliminarQué fácil olvidarse... y no reconocerse.
Gracias por tu comentario, Cabopá
Maravilloso relato, Galilea. Tierno, triste... Un choque de sentimientos. Pero donde hubo fuego, queda lo que queda. Las brasas pueden volver a prender.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, guapa.
Besitos a tope.
Muchas gracias, María José!
EliminarBesicos de vuelta
Sugestivo relato el que nos presentas, envuelto en tristeza y nostalgia. Aunque no recuerdo haber visto la peli, si que escuché, en su día, muchas veces la canción de Barbra Streisand en aquella emisora de radio que tanto me gustaba de adolescente: Radio 80, serie Oro. ¡Qué tiempos! Gracias por traérmelos (solo un ratito, por si acaso) a la mente. Me ha gustado, Galilea. Saludos y suerte.
ResponderEliminarUfff... Es que Barbra Streisand es... Me encanta!
EliminarTe la dejo aquí... https://youtu.be/ohaOb2s0Hv4
Gracias por comentar, Jesús!
El amor, sustituido por la rutina. ¡Qué mal!
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, Galilea
Francamente mal... y muy triste. Vidas que se vacían de contenido.
EliminarGracias, Plácido!
Creo que esa pareja ya no debería estar junta... Se recuerdan, se rememoran, muy bien, pero siguiendo juntos cuando ya el amor se fue, lo único que consiguen es no dejar que cosas nuevas y buenas les puedan suceder. Hay que saber cuando una historia ha terminado. Cerrar etapas... Eso sí, tu relato es exquisito.
ResponderEliminarUn beso Galilea.
Puede que no tengan alternativa. Tal vez son incapaces de abrir los ojos. Puede que hayan dejado de creer, en que nada mejor les puede pasar. Se han perdido.
EliminarGracias, Raquel!
Al final, queda la burla compartida a la soledad, el alivio conjunto de la espera del lívido encuentro con esa desconocida que nos ha esperado paciente durante toda nuestra vida. La compañía del cuerpo se convierte en compañía del alma, hasta que ésta es reclamada. Pero hasta ese momento, lo anodino no es invencible.
ResponderEliminarUn relato de una agria ternura muy bien reflejada.
Un abrazo.
No es invencible.., siempre hay esperanza.
EliminarGracias por tu comentario, Antonio!
El cuadro que se pinta con cada relación que vivimos, nunca está terminado, siempre quedan pinceladas que ofrecer; dadas oportunamente, pueden hacer que la pintura vibre de nuevo y adquiera el tono vivo que soñamos ayer.
ResponderEliminarEntre líneas la ternura aparece como un rescoldo que aún no se ha apagado del todo.
Un bello relato ajustado en tono a la realidad que nos presentas, Galilea. Saludos.
Se han dejado en compañía ciega y mutua. Pero como dices, hay rescoldo. Podrían estar a tiempo de recuperarse... Tal vez.
EliminarGracias, Manuel!
Es sabido que al amor lo pintan con alas, se supone que para salvar los obstáculos con los que se encuentra, pero en muchas ocasiones, más bien parece que las utilice para salir volando. Mucho me temo que tu pareja todavía no se ha dado cuenta de que su amor hace ya tiempo que huyó por la ventana.
ResponderEliminarBello relato, Galilea. Saludos cordiales.
Tiene toda la pinta... y no hacen nada por recuperarlo.
EliminarMuchas gracias, Carles!
Hay tantas cosas que no sabemos apreciar de la existencia... Aunque quizá el amor y esa complicidad tan bonita que ofrece el afrontar la vida con otra persona sean de las más importantes y, sin embargo, de las que menos tenemos en cuenta.
ResponderEliminarMuy bello y clarividente tu relato, Galilea.
Un abrazo
No se valora lo que se tiene, hasta que se pierde.
EliminarEs una lástima...
Muchas gracias, Enrique!
Realmente triste y tristemente real. Ya sabemos, los que llevamos muchos años de convivencia, que la rutina va quitando brillo a la relación. Yo suelo hacer esta reflexión sobre este asunto, que a nosotros nos funciona: "En una relación es natural partir con pasión, pero lo que hace que dure es la pasión por compartir". Un tema muy interesante el que nos dejas, Galilea. Un abrazo.
ResponderEliminarQué bueno! Me encanta!
ResponderEliminarNunca debe faltar esa pasión por compartir.
Muchas gracias por tu comentario, Juana.
La rutina es el principal mal de una convivencia. Si se es consciente de ello y se trabaja para no caer en esa dichosa rutina, se puede mantener viva la llama que se encendió al principio de la relación.
ResponderEliminarDicho así suena muy bonito, pero hay que trabajarlo a diario, de lo contrario, se acabará como tus protagonistas, solo recordándose tal como eran.
Un beso, Galilea, muy triste pero muy real en muchas relaciones.
Malu.