Vacaciones
Me desperté, desayuné, recogí, cocine para mis dos hijos; antes de bajar a la playa, sin olvidar el móvil, descansamos en la hamaca consultando el Facebook . Después de bañarnos, entretuvimos la espera en el restaurante enviando whats. Antes de dormir jugamos con las tablets. Al día siguiente, vuelta a empezar.
En vacaciones, las sufridas madres, deberían poder desconectar de las tareas diarias, cuya carga principal arrastran, por lo general, más que nadie. Ellas y toda la familia tendrían, además, que desconectar las pantallas y dedicarse a la contemplación del paisaje y a conocerse mejor. Vivimos apegados a las tecnogías y olvidamos las relaciones, ni siquiera cuando tenemos más tiempo libre.
ResponderEliminarUn relato que pone el dedo en la llaga de una era de la comunicación en la que los miembros están más incomunicados que nunca.
Un saludo, Ángeles
Rutinas digitales que resisten al salitre y al sol. Malos tiempos para la desconexión, me temo.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Ángeles.
Ángeles, bienvenida a 50palabras.
ResponderEliminarEn tu micro nos cuentas una historia muy actual y por desgracia muy real.
Buen micro.
Besos.
Esto no son vacaciones. La madre no se libra de sus tareas domésticas más que para ir al restaurante con sus hijos y la presencia de la playa parece anecdótica, ocupados como están con el uso de las pantallas digitales.
ResponderEliminarBuena crítica sobre el apego tecnológico, Ángeles. Un beso.
Parece que poco cambia la cosa, incluso en verano. Una madre para todo y unos hijos abducidos por esas tecnologías que, en ocasiones, trastornan más que ayudan. Suerte, Ángeles. Saludos.
ResponderEliminarEstá claro que esta familia no ha logrado desconectar y están todo el día "enredados". Has logrado reflejar con mucho acierto una realidad de la que, creo, cada vez es más difícil escapar. Saludos, Ángeles.
ResponderEliminarUnas vacaciones sin desconexión, qué lástima... ¿a dónde llegaremos?
ResponderEliminarUn beso.
Malu.