Aquel temor
Abrió los ojos y se sintió bien, una vez pasado el gran susto. La vida entera había vivido con ese miedo fuertemente arraigado y nunca fue capaz de superarlo, hasta que Ángel, con juegos, lo empujó. Lanzó gritos y aspavientos antes de ser engullido por el acogedor y calmado mar.
Escrito por María José Viz Blanco
Esto temes, esto tienes, reza un dicho popular que conozco. Ese Ángel, es fiera-mente humano, como diría Blas de Otero: "Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte/ al borde del abismo..."
ResponderEliminarUna sombra pesa grávida sobre el relato y lo hace profundo. Saludos ¿?
El mar puede estar tranquilo pero, si no sabes nadar, el resultado será fatal. Peligroso método de enseñanza.
ResponderEliminarSaludos
Como ha comentado Plácido, una manera algo arriesgada de aprender a nadar. A no ser que ese tal Ángel tuviera otras intenciones al empujarlo.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo, anónimo.
Un relato que explica aquello de "descanse en paz". Tememos a la muerte, cuando quizá no sea tan traumático, en tanto elimina todos los temores, que ya es algo y no es poco. No lo sabremos hasta que nos toque, pero podemos imaginarlo a través de tu relato.
ResponderEliminarUn saludo
El relato me recordó mi infancia, junto al mar: acuántos enseñé a nadar!!!! Pero no soy un Ángel y nunca los empujé jajaja, saludos.
ResponderEliminarEl miedo a perder la vida desaparece cuando ya no la tienes.
ResponderEliminarMiedo pasajero pues, como la vida misma.
Buen micro!
Ay, espero que ese ser engullido por el mar no sea una metáfora fúnebre y simplemente se refiera a un mero cubrimiento por las olas de un tipo que tenia miedo a bañarse en el mar.
ResponderEliminarPero si es lo que parece, es también una buena historia.
Saludos cordiales.
Yo veo a alguien que vive obsesionado con el suicidio, pero es incapaz de hacerlo solo. El mar podría ser la muerte, y tras entregarse a ella se libera del miedo y "vive" en paz para siempre. No se puede vivir con miedo, es el peor freno de los sueños. Lo dice una miedosa, consejos vendo y para mí no tengo. Muy interesante este micro para la reflexión, Anónimo 2. Un abrazo.
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