Balada negra de la supremacía
(Crescendo)
Perros, antorchas, patadas, gritos, disparos. Cruces en llamas. Cristales rotos. Patio trasero. Descampado.
El odio, encapuchado. La cuerda, el árbol, el nudo en la garganta, el cabo tenso, el estertor, el peso muerto.
(Silencio)
Compás de brisa triste. Balanceo. Coros de duelo. Solo sin voz, el canto del ahorcado.
Escrito por Manuel Bocanegra
Perros, antorchas, patadas, gritos, disparos. Cruces en llamas. Cristales rotos. Patio trasero. Descampado.
El odio, encapuchado. La cuerda, el árbol, el nudo en la garganta, el cabo tenso, el estertor, el peso muerto.
(Silencio)
Compás de brisa triste. Balanceo. Coros de duelo. Solo sin voz, el canto del ahorcado.
Oh! ¿Esto es con tema del Ku Klux Klan?
ResponderEliminar¡Qué temática tan intensa esa!
En tan breves palabras se pone la carne de gallina al ver esos atropellos sin nombre. Qué horrores indecibles de nuestra humanidad. Es tan triste saber que se ha sido capaz de tal cosa.
Un micro muy fuerte y muy bien logrado.
Genial relato, tres párrafos y cada uno es una fotografía. Y además sin utilizar verbos, con lo cual cada palabra adquiere más fuerza.
ResponderEliminarEl título muy bueno y el tema nos traslada al sur más rancio de los Estados Unidos.
Un relato muy bueno, me ha gustado mucho.
Un abrazo, anónimo.
Sabemos que los verbos expresan la acción en las oraciones. A ti no te han hecho falta, a base de pinceladas cortas, con sustantivos, varios determinantes y algún adjetivo, has dibujado una escena que no tiene lugar a dudas, donde el drama está servido.
ResponderEliminarUna presentación trabajada y original.
Un saludo
Enciendo una llama que ilumine el triste compás de esta negra balada.
ResponderEliminarEl Ku Klus Klan, en su pura esencia. Lo has pintado con exactitud en estas imágenes impactantes que nos ofreces.
ResponderEliminarHas dado un ritmo trepidante al relato, de acuerdo con su método de "trabajo".
Saludos virtuales.
Palabras como disparos. Chispazos. Fogonazos.
ResponderEliminarUn bello himno al sustantivo coaligado con el adjetivo, ausente (eso creo) el verbo.
Un relato con alma y música. Y no lo digo sólo por la indicación del crescendo y el silencio.
Me ha gustado mucho, anónimo!
Las palabras van cayendo como el granizo, y golpean nuestra mente como si esta fuese el tejado de una casa. En ese crescendo se nos va representando las imágenes en el interior de nuestra cabeza, influenciados, sin duda, por muchas de las escenas cinematográficas que hemos visto sobre este tema.
ResponderEliminarSabemos cómo acabará esa cacería del hombre cuyo único delito es tener la piel de distinto color que las bestias pardas que lo persiguen, lo aterrorizan y acaban asesinándolo.
El balanceo de ese cuerpo al final de una cuerda nos horroriza, y esa música horrísona deja de sonar, silencio.
Tenemos un nudo en la garganta, la congoja nos oprime el pecho, como si asistiésemos a un musical trágico, en el que hasta la brisa se ha humanizado y expresa su tristeza por lo que acaba de contemplar.
¿Esos coros de duelo cantan desde un más allá? ¿Ese solo sin voz es el del difunto que se observa a sí mismo desde otra dimensión en la que ya nada puede contra él el odio feroz de sus perseguidores?
Magistral balada, aunque el ánimo se me ha quedado contrito, tengo que aplaudir. ¡Enhorabuena!
El Klan haciendo de las suyas. Excelente micro, que no ha necesitado ni un solo verbo. Saludos
ResponderEliminarMARAVILLOSO!!!!!!
ResponderEliminarHas logrado tensar en aumento el ambiente del lector, al menos a mi me has ido metiendo, lentamente, y de manera paradójica, muy fuerte, dentro de esas capuchas blancas con llamas encendidas. Muy bueno!!! Saludos.
Alejandro, Javier, Ángel, Anónimo, E Angulo, Plácido y Omar, muchas gracias por las palabras dedicadas al relato. Vuestra vibración ha sido mía por unos instantes y, eso, no tiene precio.
ResponderEliminarDisculpad el autoguiño incluido, intentaba pasar anónimo incluso para mí, cosas del juego literario.
Un abrazo a todos. E Angulo, tu comentario, entre directamente en vena. Gracias.