Brisa divina
La brisa divina del mar me acariciaba el rostro. Entre sueños sentí acercarse a un caballero vestido todo de blanco, con respeto me ofreció un plato de caviar.
Yo dudé, pero decidí aceptarlo y compartirlo con la bella sirena que cargaba a nuestro hijo y ahora descansaba a mi lado.
Escrito por Omar Martínez González
Yo dudé, pero decidí aceptarlo y compartirlo con la bella sirena que cargaba a nuestro hijo y ahora descansaba a mi lado.
Un relato que es un cuento.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo, anónimo.
Cuidado con la brisa marina. Puede enloquecer. Cuidado con el caballero. Quién sabe qué intenciones tiene.
ResponderEliminarLírico micro. Saludos