Condenado
Su reloj ya no funciona, los números se han detenido en una cifra absurda, las 6:66 horas.
Se levanta de su cuerpo muerto y avanza hacia la luz. No es blanca ni luminosa. Algunos haces de esa luz lo alcanzan. Abrasan. Quiere regresar a su recipiente mortal.
Es muy tarde.
Escrito por María Galerna
Se levanta de su cuerpo muerto y avanza hacia la luz. No es blanca ni luminosa. Algunos haces de esa luz lo alcanzan. Abrasan. Quiere regresar a su recipiente mortal.
Es muy tarde.
Tu protagonista va directo al infierno. Esa hora absurda del reloj señala algo más, no es tan errónea. Por desgracia creo que es un camino sin retorno y como muy bien has titulado está condenado.
ResponderEliminarBuen relato, me ha gustado.
Un abrazo, anónimo.
Mejor morirse otra vez que levantarse y ver esa hora en el reloj...
ResponderEliminarLuego esa luz tenebrosa que abrasa. ¡Claro que quiere volver al cuerpo que acaba de abandonar! A saber qué habrá hecho para merecer el castigo (seguro que da para otro micro).
Saludos!
Carme.
6:66, la hora del infierno. Terrorífico. El pobre hombre no tiene salvación. Un buen micro. Saludos
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