Deseos de paz

En aquella vorágine de personas corriendo sin saber a dónde. En su casa se encontraba Andrés, sentado en su butaca mirando por su ventana y recordando lo vivido hace tantos años. Unas lágrimas saladas se deslizan en silencio. Su nieto se acerca y pregunta:

—¿Por qué lloras, abuelo?
—Quiero paz.
Escrito por Belén Sánchez Sánchez
Anónimo hasta noviembre

4 comentarios :

  1. Los deseos de tu título todos los queremos, por desgracia en este mundo actual hay algunos que prefieren hacerla estallar y jugar con el miedo de las personas.
    Buen relato.
    Un abrazo, anónimo.

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  2. Así es Javier Puchades. Esperemos que la cordura y el sentido común consiga la paz.

    Un abrazo desde Asturias.

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  3. Vaya. Exactamente lo que me pasa a mí cuando llegan a casa los sobrinos de mi mujer. Supongo que la intención de este micro es menos frívola. Saludos

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