El consecuente
Por fin era feliz, con mi pequeño restaurante en Melbourne, así que decidí inaugurarlo con Alysson, mi querida socia. Para conocerla, me apunté a un curso de cocina en el que me la encontraría.
Sabiendo esto, sólo tuve que dejar mi empleo como analista y largarme a vivir a Australia.
Escrito por Álex Garaizar
Sabiendo esto, sólo tuve que dejar mi empleo como analista y largarme a vivir a Australia.
Parece como si tu protagonista adivinara el futuro y fuera consecuente con él. Ojalá todos tuviésemos esa capacidad.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo, anónimo.
Muchas gracias, Javier. En efecto, la intención era mostrar cómo de fácil sería tomar decisiones si conociéramos su desenlace y preguntarnos hasta qué punto sería una vida feliz el no dejar margen al "fracaso".
EliminarUn abrazo.
Un daydream, como dicen los ingleses. No sé yo si se va a hacer realidad.
ResponderEliminarBuen micro. Saludos