Hambre
Desde aquel día en que descubrió que faltaba un calcetín al sacar las prendas de la lavadora, invariablemente, cada vez que ha hecho la colada se ha extraviado una pieza de ropa. Hoy lava a una mano, sinceramente arrepentido de haber metido demasiado el brazo para ver qué podía recuperar.
Escrito por Lluís T.
¡Qué bueno!
ResponderEliminarParece ser que esa lavadora es carnívora y esto iría a juego con el título de tu relato. Lo mejor será cambiar de lavadora.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo, anónimo.
Jajajaa .Se arregla cambiandola por una vegana.
ResponderEliminarUn micro muy divertido (llevaré cuidado)
Saludos.
Esa lavadora es insaciable! ¿Y probando usar el programa de "delicado"?
ResponderEliminarJejeje... Buen micro!
Hambre es el título de una novela de Knut Hansum, pero tu microcuento podría titularse también, recordando el título de una película, La lavadora diabólica.
ResponderEliminarDesde luego da bastante miedo, sobre todo porque esa voracidad del electrodoméstico ocurre en la paz del hogar, no es un castillo de fantasmas ni en un cementerio, lo que ya descoloca al lector.
No sé cómo acabará la historia, quizá lo mejor para el dueño de la lavadora sería poner tierra por medio, pues el aparato en cuestión, en lo que a engullir se refiere, hace a todo, desde un calcetín hasta un brazo humano, por tanto, es previsible que en cualquier momento pueda zamparse una silla o un cazuela y seguir con alguna mascota si es que la hay. Así que a tu historia podría aplicársele el lema aquel de tiemble después de haber reído.
Un abrazo.
Gracias por vuestros comentarios. Me habéis dado muchas ideas para una segunda parte que podría titularse "Resopón" ;)
ResponderEliminarEspero que por culpa mía no se os esté acumulando la ropa sucia...
Menuda lavadora. ¿De qué marca es?
ResponderEliminarEnhorabuena por el micro. Saludos