Hasta aquí hemos llegado
Ajeno al bullicio festivo, con el gesto empecinado del que vive del milagro y el orgullo soterrado de su abolengo marchito, salió camino del parque y allí sopesó sus motivos, entre palomas y madreselvas.
Después, encomendó su hastío al frío criterio de una pistola. Las palomas, asustadas, batieron alas unánimemente.
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web
Después, encomendó su hastío al frío criterio de una pistola. Las palomas, asustadas, batieron alas unánimemente.
Las circunstancias de la vida pueden llevar a las personas a situaciones desesperadas, con soluciones sin vuelta atrás. El pensar lo que uno fue y ahora es puede ser insoportable.
ResponderEliminarTu párrafo final es muy bueno, ese instante final y ese disparo que escuchamos al ver volar las palomas.
Muy bueno, me ha gustado.
Un abrazo, anónimo.
Muy bien expresado ese hastío que nos lleva a acabar con todo.
ResponderEliminarEl vuelo asustado de las palomas marca el final.
Un saludo.
Un punto poético, para un punto final.
ResponderEliminarSuerte, anónimo
Ese acento poético conduce con gran ritmo este clásico desafío de quien decide poner fin a su propia vida.
ResponderEliminarComo diría Stalin, la muerte resuelve todos los problemas. Y también el suicidio.
ResponderEliminarAlguien que no sabe cómo enfrentarse a la realidad. O al aburrimiento. Saludos