Re(s)catada
Siento unas manos moldeando mi cuerpo. Mis senos, mis caderas, mi ombligo, mi sexo. Todo resulta perfecto. Un hombre a mi lado prepara la cena. Y una piel de serpiente secándose al sol. Cuando abro los ojos, un bombero macizo me lleva en sus brazos.
—Cuidado señora, vigile sus sueños.
Escrito por Pepe Sanchis
—Cuidado señora, vigile sus sueños.
Me gusta mucho ese doble juego del título con las palabras rescatada y recatada. Ambas cosas se desarrollan en el relato, lo que parece ser unos sueños subidos de tono de la protagonista y ese rescate del bombero, solicitándole que sea más recatada en sus sueños.
ResponderEliminarMuy buen relato, me ha gustado como has jugado con el lenguaje.
Un abrazo, anónimo.
Muchas gracias, Javier, por tu comentario. Viniendo de tí me ha producido una gran satisfacción. Abrazos.
EliminarA los sueños acudimos a buscar auxilio de lo cotidiano y solicitar que nos ampare la fantasía. Buen socorro halló la señora en brazos del titán apagafuegos. Como decía aquél, cuidado con los sueños, que acaban por cumplirse.
ResponderEliminarArdiente y jugoso, anónimo. Saludos.
Ardiente y jugoso... me lo guardo como un tesoro. Muchas gracias, Manuel.
Eliminar¡Ay, si los bomberos nos rescataran de los sueños!
ResponderEliminarMe ha encantado
Besicos
Muchas gracias. Me encanta que te encante. Besos y abrazos.
EliminarEntre la recatada y la rescatada, entre la manguera de los bomberos, entre ese hombre que prepara la cena y esa piel de serpiente secándose al sol, y quizá el psicoanalista aconsejando a la buena señora que vigile sus sueños –lo cual no me parece un consejo nada bueno-, estamos en ese mundo disparatado en el que nos hundimos cada noche y en el que hemos sido de todo, mal que nos pese, hasta asesinos, así que nanay de aquello que decía Camilo Sesto en una canción de que hasta en sueños le había sido fiel a su enamorada, pues si ya durante la vigilia tenemos poco control sobre nosotros mismos, cuando los señores Hipnos y Morfeo entran en juego es ya aquello de besos, ternura, que derroche de amor, cuánta locura, eso si el sueño es placentero, porque puede ser angustioso, o puede ser que nos hayamos convertido en unos psicópatas que matemos a diestro y siniestro.
ResponderEliminarEn fin, a ver lo que me ocurre a mí dentro de un rato, no sé si prefiero ser rescatado o recatado, todo dependerá de los personajes que pululen por mis circunvoluciones cerebrales.
Un abrazo.
Pues la verdad es que me gusta la conversión del bombero macizo en psicoanalista. Yo iba más por el lado físico y tú por el psíquico. Gracias por tus palabras, Enrique y un abrazo.
EliminarCuantas cosas que le pasan a esta mujer durante la noche. Debe de despertarse con unas ojeras...
ResponderEliminarBuen título.
Saludos cordiales.
Gracias por el comentario, Carles. Pues sí, menudos sueños, esperemos que el consejo del bombero no caiga en saco roto.
Eliminar¡Qué sueños más extraños! Mejor no se los cuentas a un psicoanalista. Podría sacarte algo.
ResponderEliminarSaludos
Para qué queremos psicoanalistas si tenemos 50palabras ?
EliminarSaludos Plácido.
Juegas con las palabras en el titulo de tu relato. Está muy bien, sobre todo por que es como todos los sueños, extraño y surrealista.
ResponderEliminarMuchos besos.
Desde que alguien me dijo que el surrealismo es escribir lo primero que te viene a la cabeza, soy un adicto. Besos para tí también, Olga.
EliminarCreo que ese bombero macizo y su consejo, lejos de lograr que esta señora se vuelva más recatada en sus sueños, va a lograr más bien el efecto contrario. Muy ingenioso el juego de palabras del título y muy sugerente la escena desarrollada en el micro, cuajada de eróticos sueños y rematada con ese feliz despertar. Un abrazo, Anónimo 10.
ResponderEliminarGracias por el comentario, Juana. Y si a pesar del rescate del bombero, el sueño continúa? Se puede soñar con los ojos abiertos! Saludos.
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