Sin necesitar verla
Era mujer de fácil querer que lo daba todo sin plantearse si el "querido" merecía serlo. Imaginaba amoríos que se le arraigaban al alma como en un mal sueño. No buscaba correspondencia, solo entrega; hasta que conoció al poeta ciego que, loco por sus suspiros, la amó sin necesitar verla.
Escrito por Esther Arencibia Urién
Que bueno querer a personas por lo que sienten y por lo que son, cuando el aspecto físico no importa.
ResponderEliminarMe gusta mucho el título.
Buen relato.
Un abrazo, anónimo.
Buen lector, probablemente poeta
EliminarGracias
Otro abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias, buen lector, quizás poeta
ResponderEliminarOtro abrazo
En ocasiones, para que el amor sea ciego, también lo deber ser el amado.
ResponderEliminarUn micro excelente. Enhorabuena. Saludos
Muchas gracias
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