Visita inesperada (I)
—¡Vete, por favor! Necesito más tiempo, no estoy preparado aún.
—Sabes que no puedo hacerlo y tampoco quiero.
Apoyó la guadaña en el aparador, le dio un abrazo, cálido pero efímero y, con la voz más dulce que pudo, le dijo:
—¡Vamos! Es la hora: tu hora.
Escrito por Jesús Manzaneque Fraile
—Sabes que no puedo hacerlo y tampoco quiero.
Apoyó la guadaña en el aparador, le dio un abrazo, cálido pero efímero y, con la voz más dulce que pudo, le dijo:
—¡Vamos! Es la hora: tu hora.
A todos nos llegará la hora, a todos nos visitará la muerte, pero siempre pensamos que tardará. Pero por desgracia eso no lo decidimos ni depende de nosotros. Y siempre, si se anticipa es una visita inesperada.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo, anónimo.
Una muerte dulce.
ResponderEliminarAsí deberían ser todas.
Saludos.
¡Ah, esa hora, la mala hora!
ResponderEliminarQue hasta un poco de escalofríos me ha dado de leerte.
Me gusta esa respuesta de la muerte: "no puedo y no quiero hacerlo"
Buen relato.
Jodida esa hora... Ofú que pesada la de la guadaña. Muy buen micro. Besitos
ResponderEliminarTodas hieren, la última mata, es una sentencia que aparece en algunos relojes, refiriéndose a las horas. Para el protagonista de tu microcuento parece que ha llegado esa última hora, esa en la que uno, se ponga como se ponga, tiene que seguir a la pelona, y de nada nos sirve enrabietarnos como un niño que no se quiere ir a la cama porque está disfrutando con sus juguetes.
ResponderEliminarLa muerte no admite disculpas, no concede prórrogas, no es comprensiva con nadie, no entiende de justo o injusto. Llega la hora y hay que irse y lo que ocurra después, si es que ocurre algo, ya se verá, o no se verá.
El filósofo Spinoza decía que un hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, pero hombres libres me temo que no hay muchos, y en la muerte, realmente, tampoco pensamos mucho los que no somos libres, pues, y por acabar con una máxima de La Rochefoucauld, ni el sol ni la muerte pueden mirarse fijamente.
Un abrazo.
Si algo caracteriza a la Muerte es que puede aparecer en cualquier momento. Su visita no es que sea inesperada, sino no querida.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos