Caperucita Roja
—¿Dónde vas, Caperucita?
—Buscando El Destino.
—¿Quieres que te acompañe a casa de la abuela?
Golosa, me pide:
—¡Dame un beso!
Pero no es así el cuento: ¿qué hace una niña, de caperuza roja, con esos dientes tan afilados, relamiéndose de gula con la sangre que mana de mi cuello?
—Buscando El Destino.
—¿Quieres que te acompañe a casa de la abuela?
Golosa, me pide:
—¡Dame un beso!
Pero no es así el cuento: ¿qué hace una niña, de caperuza roja, con esos dientes tan afilados, relamiéndose de gula con la sangre que mana de mi cuello?
Carmen, una versión original del cuento de Caperucita, que casi pondría yo en el genero de vampiros.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCarmen, como vulgarmente se dice, has conseguido tunear un cuento clásico con otro de vampiros con un resultado muy original. Me gusta.
ResponderEliminarUn beso.
Pablo
Gracias a todos. Es cierto que los clasicos dan mucho juego, me apetecia ver que podia hacer. Abrazos.
ResponderEliminarEl color de la ropa de Caperucita no era casual, ahora lo sabemos, con ella disimula esas manchas que de forma inevitable genera su afición. La tierna niña convertida en vampiresa y el lobo en víctima. Los cuentos clásicos siguen siendo buenas historias, pero de vez en cuando es de agradecer alguna versión nueva que sorprenda.
ResponderEliminarUn saludo, Carmen
Carmen, le has dado la vuelta por completo al cuento de Caperucita Roja. Me ha sorprendido ese giro final.
ResponderEliminarBuen micro,
Besos.
Me encantan las versiones de los cuentos de siempre, son infinitas. Y esta no me encanta menos
ResponderEliminarCómo me gustó esta versión vampírica de la Caperucita!!!!! Saludos.
ResponderEliminarUna Caperucita vampira y un lobo víctima de sus colmillos... Cómo me gusta esta actualización del cuento infantil, Carmen.
ResponderEliminarMuy bueno. Besos.
Carmen, Incisivo tu relato. Me ha llegado al cuello, y me está enseñando Latín para expresar lo que siento.
ResponderEliminarOriginal visión de los dos personajes.
Suerte y besitos virtuales.
Interesante micro visto desde una nueva perspectiva. El lobo ingenuo y la no tan ingenua Caperucita. Me ha gustado. Saludos.
ResponderEliminarEl rojo de la caperuza ya nos iba avisando de algo, y los lobos tampoco son como los de antes. Muy imaginativa esta nueva versión del cuento, desde luego no apta para el público infantil. Aunque tampoco la primera, viéndola con los parámetros pedagógicos de hoy en día. Un beso, Carmen.
ResponderEliminarEso es darle la vuelta al cuento y lo demás es tontería.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, Carmen
o.O Caperucita vampira..... Pobre lobo...
ResponderEliminarEs normal que acabara hincándole el diente, una vampiresa y un hombre lobo tienen muchas cosas en común. Original vuelta de tuerca al cuento tradicional, Carmen. Me ha gustado especialmente la resolución final mediante un monólogo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este cuento ha adoptado un cariz irreverente que le va que ni pintado. Me encanta este giro que le has dado a la inocente Caperucita convirtiéndola en una sanguinaria vampiresa de caperuza a juego con la sangre.
ResponderEliminarCon la bestia hemos topado. Total, Carmen. Un beso.
Porque las cosas muchas veces no son lo que esperábamos...
ResponderEliminarCreo que de todas las vueltas que se la han dado a esta historia está es la única que recuerdo en la que la niña sea verdugo del lobo, en forma de vampiro por lo visto. El concepto del Destino creo que le da además una dimensión bastante interesante.
ResponderEliminarEnhorabuena, Carmen.
Un abrazo.
Los clásicos dan muy juego, sobre todo este de Caperucita, creo que es el que más se ha versionado, sobre todo en esta casa.
ResponderEliminarMuy buena vuelta de tuerca a la cándida niña de la capa roja.
Enhorabuena, Carmen.
Un beso.
Malu.