El rincón de la supervivencia
Dicen que se nace con él. Tiene un sitio en el cerebro. Funciona con la vida.
—Dame un beso, que hoy todavía te conozco. Mañana cuando vuelvas, ¡quién sabe! —le dice Josefina a Jorge antes de despedirse.
Luego vuelve a la sala de juegos y desde su rincón observa, sobrevive.
—Dame un beso, que hoy todavía te conozco. Mañana cuando vuelvas, ¡quién sabe! —le dice Josefina a Jorge antes de despedirse.
Luego vuelve a la sala de juegos y desde su rincón observa, sobrevive.
Carmen, precioso relato. Lo primero me encanta el título, ese rincón de la supervivencia, donde tu protagonista lucha contra la perdida de los recuerdos para que no se conviertan en olvido. Por desgracia el tiempo seguirá adelante y será difícil de evitar.
ResponderEliminarLa frase "dame un beso, que hoy todavía te conozco" es bellísima y encierra mucho y me trae recuerdos de una persona a la que yo adoraba.
Me ha gustado mucho.
Besos, Carmen.
Todo termina alguna vez y lo sabemos. A veces sucede de golpe, otras, de forma gradual, con señales que avisan de esa degradación. Hay una parte de nosotros que se aferra a lo que más ha querido, que no lo soltará nunca, hasta que la enfermedad o la muerte se lo arrebaten.
ResponderEliminarUn hermoso relato sobre la supervivencia y las ganas de que perdure lo que merece la pena, frente a un mal demasiado poderoso, que antes o después acabará por triunfar.
Un abrazo, Carmen
Supongo que hablas de la enfermedad del Alzheimer, aunque casi todas las enfermedades de pérdida de memoria anterograda o retrógrada, tienen un punto macabro de desconexion... Esta es especialmente dura. Muy buen relato, muy buen planteamiento.
ResponderEliminarUn abrazo Carmen.
Terrible estar a punto de perder la memoria. Conmovedor micro. Saludos, Carmen
ResponderEliminarEs un relato doloroso muy bien contado. Josefina conoce su enfermedad y teme perder el recuerdo de la persona a la que quiere. Se aferra al presente, a ese beso que para ella puede ser el último.
ResponderEliminarExcelente micro, tocaya. Un beso.
Carmen, todas las enfermedades son terribles, pero el Alzheimer es además cruel. Ser consciente de la pérdida de la memoria debe de ser terrorífico para quien la sufre. Tu protagonista se aferra al presente y al amor de sus seres queridos, por si se pierde mañana en el olvido y no puede regresar. Solo sobrevivir.
ResponderEliminarLo he vivido muy de cerca con mi madre y sé lo que duele.
Muy buen micro,
Besos apretados, amiga.
¡Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios!
ResponderEliminarJavier
Ángel
Raquel
Plácido
Carmen
Pilar
BESICOS
Sobrevivir, de eso se trata; de sobreponerse a toda circunstancia con la dignidad que nos quede. La enfermedad te devuelve a lo esencial, a lo que verdaderamente importa. Desgraciadamente, a menudo, tarde.
ResponderEliminarBuen relato, Carmen.
Un abrazo.
Mira que han salido micros y micros con el tema de esta enfermedad, todos originales, tristes y duros, pero este me ha resultado conmovedor. Estar a punto de perder la memoria y ser consciente del mismo debe ser muy doloroso y tú has sabido reflejarlo perfectamente, captando todo en solo cincuenta palabras.
ResponderEliminarUn beso, Carmen. Enhorabuena.
Malu.
Muchas gracias ANtonio y Malu
ResponderEliminarBesicos