Ella
Su mirada iluminó el universo y, en ese mágico instante, nuestros sentidos ahuyentaron la bruma que nos separaba del contacto. Luego, se puso a recomponer los pedazos rotos de mi vida. Su sonrisa curó los del pasado, su boca despertó los del presente, y sus manos dibujaron los del futuro.
Volver a abrir la mente al misterio, dejar que la magia actúe como contrapeso y levantar un nuevo armazón con los pedazos viejos y los que vendrán... ¡Precioso, Pablo!
ResponderEliminarPreciosos es tu comentario, como siempre. Y no lo creo. Estoy seguro.
EliminarUn besazo.
Pablo
Ohhh que bonito el amor Pablo. Y lo mejor de todo los principios, volverse a ilusionar, embelesarse uno en el otro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo me embeleso contigo cada vez que me regalas un comentario.
EliminarBesos fuertes, Raquel.
Pablo
Hay personas que tienen la capacidad de lograr hacer sentir a los demás. Logran cerrar heridas y despertar sentimientos. Pero sobre todo son capaces de que podamos alcanzar sueños.
ResponderEliminarBello relato, escrito con mucho sentimiento. Me gusta ese paseo por el tiempo y los sentidos.
Me ha gustado.
Un abrazo, Pablo.
Gracias por tu comentario, Javier. Yo he sido afortunado de encontrar esa persona mágica que recompuso mi vida y me hizo sentir.
EliminarUn fuerte abrazo.
Pablo
Que poético tu relato Pablo. Me ha gustado la forma en que las palabras, expresan fielmente la imagen que sugieren. Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Mª Luisa. Cuando uno tiene la musa tan cerca como yo, todo es más fácil de escribir.
EliminarUn besazo.
Pablo
"Detrás de una gran mujer hay un gran hombre". Que buen relato,
ResponderEliminarPablo. Enhorabuena y mucha suerte.
Gracias, Smokey. No sé si habrá un gran hombre, de lo que estoy seguro es de que sí que tengo la suerte de tener una gran mujer. Nuestro amor es tan perfecto que hasta nos enfadamos 😉.
EliminarUn besote.
Los sentidos y los gestos pueden obrar milagros si son sinceros y los genera la persona adecuada. Los efectos que puede tener una sonrisa, una mirada o unas manos, no se pueden medir o encerrar en fórmulas matemáticas, pero son reales y tiene mucho de mágicos.
ResponderEliminarUn relato sencillo, profundo y esperanzador.
Un abrazo grande, Pablo
Mil gracias, amigo Ángel (qué bien te va el nombre). Qué bien cuentas el valor de un gesto cuando quien lo hace es la persona adecuada.
EliminarMil gracias de nuevo.
Un abrazo.
Me ha rncantado tanto el fondo,como la forma,de este relato de narrativa poetica.
ResponderEliminarMuchas gracias, Iñaki. Es muy gratificante que le haya podido dar una forma que guste a un fondo que tanto me gusta a mí.
EliminarMe encanta tu comentario.
Un abrazo.
Excelente relato, marca de la casa. Chapeau, Pablo. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Vaya! Me gusta eso de "marca de la casa".
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
Pablo
Quien se enamora sabe que el amor custodia el tiempo y consagra los lugares. Encuentra rumbos en el horizonte de unos ojos y el tiempo se relativiza en la curvatura de los pliegues de una sonrisa.
ResponderEliminarEl amor es el pegamento de una vida imperfecta y es capaz de hacer surgir lo mejor de nosotros de muy diversas formas, también en forma de relato.
Un micro repleto de sensibilidad envuelta en una excelente escritura. Enhorabuena Pablo.
Un fuerte abrazo.
Antonio, escribiría toda mi vida con tal de leer tu comentario. Tus palabras son el mejor premio que puede recibir este proyecto de aficionado a escribir.
EliminarNo sabes cuánto agradezco tus bellísimas palabras.
Pablo
Hermoso, poético! Cincuenta palabras que pudieron ilustar el enamorarse de alguien. Bravo!
ResponderEliminarMil gracias. Eso intenté, ilustrar un sentimiento.
EliminarMe alegra que te hayas pasado por aquí.
Saludos.
Pablo
Hay implícita en tu historia una aceptación de igual intensidad por la otra parte. Sólo así se comprende que tras ese mágico instante, tan bellamente descrito, se pase a la acción. Con todo, creo que has sabido plasmar de un modo excepcional el enamoramiento maduro, ese que nos pilla de vuelta de muchas cosas y capaces, por lo tanto, de apreciarlo en sus pequeños detalles y de beneficiarnos de sus poderes restauradores.
ResponderEliminarUn gran relato, Pablo.
Enhorabuena y un abrazo.
Gracias, Enrique. Tu comentario, como siempre, es de los que enriquecen los relatos y abren bellas perspectivas a todos los sentimientos que intenté plasmar en este pequeño cuento basado en hechos reales.
EliminarUn abrazo grande.
Pablo
El amor es un hada que escoge la caricia como magia principal y da al tiempo otra dimensión, aquella que nos concede en la vida una nueva oportunidad.
ResponderEliminarMuy delicado, compuesto con fibra de palabra de duende. Un abrazo, Pablo.
Si pudiera, haría una antología de comentarios de cincuenta, y tú tendrías un número muy elevado de los mismos en ella. Manuel, es una delicia leerte una y otra vez.
EliminarMil gracias por volver a hacerme un comentario para enmarcar.
Un abrazo.
Pablo
Ella, tiene un influjo grande y él lo sabe entender muy bien...
ResponderEliminarMe gusta mucho tu forma de escribir, detalles que aprecio.
Besicos, Pablo
Me alegra que te guste, Carmen. Ella, sin duda, tiene un gran influjo, y él, mucha suerte.
EliminarUn besote.
Pablo
¡Qué bello relato, Pablo! Qué bien nos transmites las sensaciones de un nuevo amor que es todo magia si llega cuando ya no esperamos enamorarnos con la intensidad del primero, y de pronto, sorprendentemente volvemos a tener veinte años.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un abrazo.
¡Qué bien lo has explicado, Georges! Así fue, tal como lo cuentas.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo.
Pablo
El amor como lenitivo, el amor como bálsamo, el amor como la razón de la vida, como esa varita mágica que lo cambia todo, que convierte al ‘sapo’ que somos antes del milagro en un apuesto y feliz príncipe cuyo reino es el más extenso que jamás haya existido, pues sus fronteras están en el infinito del instante, que es el único infinito que existe, al menos, para nosotros, pobres mortales.
ResponderEliminarDe esa forma, la acción benéfica del amor abarca todos los tiempos de la vida humana, sus vigorosas raíces se extienden tanto hacia el pasado –curando todas las gangrenas del alma que pueda encontrar- como hacia el futuro, y siembran de flores esos campos cuyos perfumes harán que el enamorado sea prisionero de la más dulce de las ebriedades, de la que no desearía salir nunca, ya que eso significará la muerte, pues tal y como escribió Luis Cernuda: “No es el amor quien muere, somos nosotros mismos”.
Gran microcuento, Pablo, en el que has puesto una delicada prosa poética al servicio de esa historia que sucede en unos momentos de milagrosa iluminación que imagino como cuando los rayos del sol, al amanecer, inundan la estancia donde estamos quizá recién despertados.
Un abrazo.
¡Vaya pedazo de comentario, amigo! El amor es terapéutico. La panacea que cura cualquier mal. Y es una suerte encontrarlo en el momento oportuno. Aunque siempre es buen momento para encontrarlo.
EliminarGracias, Enrique.
Un abrazo.
Pablo
Un bello relato del amor que reubica a los enamorados en el tiempo. El instante se eterniza, se curan las heridas del pasado y se diseña el futuro. Con tres elementos fundamentales -boca, sonrisa y manos- has construido esta prosa poética, Pablo.
ResponderEliminarEnhorabuena y un beso.
Gracias, Carmen. Qué bellamente has expresado lo que he intentado transmitir.
EliminarClaro, es que eres muy buena, campeona.
Un beso fuerte.
Pablo
Una bella historia de amor. Parafraseando la famosa cita, se puede decir que el amor todo lo cura. Poético micro.
ResponderEliminarSaludos, Pablo
Muchas gracias, Plácido. Al igual que el desamor abre heridas, el amor las cierra.
EliminarUn abrazo.
Pablo
Amigo Pablo, una historia de amor, como otras muchas de las que llenan el mundo. Tantas como cuanto somos. Deseosos de que la vida sea menos dura, con el amor, ese bálsamo que todo lo cura y nos hace ser mejores. Me ha encantado esa delicadeza de los personajes y la ternura que en el relato vislumbro. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen. Cuando las cosas se tuercen, siempre está ahí el amor como asidero para agarrarte. Qué nunca nos falte.
EliminarGracias por tus preciosas palabras. Me ayudó a escribirlo así una musa muy especial. 😉.
Besos.
"Ella" tiene que estar muy contenta con el reconocimiento que le has hecho y tú pletórico de alegría por haberte encontrado con ella. Precioso, Pablo. Un abrazo.
ResponderEliminarYo sí que estoy contento, Juana, y por una vez, sin que sirva de precedente, parece que este cincuenta sí que le gustó 😌. (No sabes tú lo dura que es con mis escritos. Aunque me alegro de que sus críticas me hagan intentar mejorar y de camino, me dan un baño de realidad).
EliminarUn beso fuerte.
Pablo
Qué mágico el verdadero amor...
ResponderEliminarEs la clase de magia que todos deseamos tener cerca.
EliminarMil gracias, Galilea.
Besos.
El verdadero amor, hace milagros como Ella.
ResponderEliminarBonito canto poético, Pablo
Un saludo cordial.
Como bien dices, M. Jesus, el verdadero amor hace milagros. Hasta recompone vidas que estaban hecha añicos.
EliminarUn beso fuerte y gracias por pasarte por aquí.
Pablo
Pablo, Ella se convirtió en su todo, su pasado, su presente y su futuro.
ResponderEliminarBello micro.
Besos.
Mil gracias, Pilar. Para ser más exacto: “Ella" se ha convertido en mi todo, mi pasado, mi presente y mi futuro.
EliminarMe gustó mucho tu comentario. Un placer que te pases por aquí.
Un beso.
Pablo
Todos deberíamos tener a alguien como "Ella" en nuestras vidas. Todos necesitamos una mirada que ilumine nuestro pequeño-gran universo, que recomponga nuestros pedazos rotos, cure nuestros males del pasado, bese los momentos del presente y dibuje el mejor de los futuros. Y digo yo, ¿cómo no se me ha ocurrido nunca escribir un relato como este?
ResponderEliminarAlgo tan sencillo, tan cotidiano, algo que muchos de nosotros tenemos en nuestras vidas y no valoramos quizá demasiado o sí, pero no lo expresamos.
¿Qué puedo decir de estas maravillosas cincuenta palabras, querido Paul? Pues que lo has bordado. Es un micro precioso. Mi más sincera enhorabuena por encajar tan bien todo lo que significa "Ella".
Un beso grande y gracias por escribir así de bien.
Malu.
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EliminarCuánto me gusta leerte, Malu. Tus comentarios son un bálsamo reparador también. No sabes la de veces que he leído este.
EliminarComo bien dices, todos deberíamos tener a esa persona que recomponga y ordene nuestras vidas, y nosotros ser el complemento para lo mismo o lo que el devenir de la vida nos tenga preparado a la vuelta de la esquina.
Yo tengo la suerte de tener a “Ella”, y desde que empecé en esta aventura cincuentera, también tengo la suerte de tener una madrina que siempre está ahí para lo bueno y lo malo: el mejor regalo que me ha hecho cincuenta eres tú, que lo sepas, con permiso del amigo Mochón.
En cuanto a que por qué no se te ha ocurrido un relato como este, la respuesta es fácil. El tuyo se tiene que titular “Él”. Corazón tienes de sobra para escribirlo.
Un besazo fuerte, Malu. Gracias por muchas cosas.
Tu ahijado.
Qué belleza y qué elegante forma de escribir, Pablo. Recomponer así los pedazos rotos de la vida se convierte en un comienzo perfecto para mirar el horizonte, inspirar, enamorarse y escribir una nueva historia. Un abrazo. Enrique
ResponderEliminarMuchas gracias, Enrique. Para mí es muy importante que me digas que te parece bello y elegante. Aunque mi reto, además de escribir lo mejor que pueda, es llegar al corazón del lector como tú consigues llegar al mío cada vez que te leo.
EliminarUn abrazo, amigo mío, y ojalá pueda conocerte personalmente algún día. Hay energías que uno siente y tú eres una de esas personas irrepetibles que merece mucho la pena conocer.
Un abrazo fuerte.
Pablo
Gracias, Pablo. Sería un inmenso placer conocerte personalmente. Admiro tu forma de escribir, sencillamente increíble y magistral. Cada mes dejas tu sello impreso en todos tus micros que he tenido la suerte de leer y disfrutar. Siento esas mismas energías que mencionas en tus relatos y comentarios y estoy seguro que eres una persona de las que dejan huella.
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