Ménage à trois
Me gustaba él y su cuerpo lleno de tatuajes. Parecía llevar en la piel la historia de su vida, un mar de recuerdos grabados para siempre. Hasta que haciendo el amor vi cómo miraba a la chica del brazo derecho que con sus movimientos le lanzaba besos a cada envite.
A quien se le ocurrió que "tres son multitud" no se equivocaba. Lo malo de los tatuajes, equiparables con la huella de algunas personas, es que no acaban de irse del todo, reminiscencias del pasado, resistentes a marcharse, que comprometen presente y futuro.
ResponderEliminarMuy buen relato y muy buen título, Carme.
Abrazos
Qué bien explicas esto de la huella de algunas personas y sus efectos, Ángel.
EliminarMe alegro de que te guste.
Un beso.
Carme.
Genial, Carme. Me ha encantado este encuentro entre tres. Muy ingenioso y original.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Pablo
Me encanta que te encante Pablo :-)
EliminarUn beso, amigo.
Carme.
¡Fantástico tocaya!
ResponderEliminarUn título muy apropiado, nada hace temer que vayan a ser tres...
En fin el mundo de los tatuajes estoy segura que da para muchas historias...Tengo yo por ahí alguna foto que si la miro bien parece que habla.
Besicos
Pues sí, la chica no podía imaginar que ese tatuaje cobraría vida con el movimiento del brazo y le haría la competencia! Ay, los tatuajes... seguro que dan para historias bien variadas.
EliminarUn beso, tocaya!
¿Cómo iba a imaginar que habría una tercera participando en el juego?
ResponderEliminarMe gusta la frescura con que está contado, Carme. Un beso.
La sorpresa que se llevó la muchacha, Carmen. Creo que no le gustó mucho, no.
EliminarUn beso bien fresco.
Carme.
Me gustó muchísimo. Ingenioso y divertido relato. Muy bueno!
ResponderEliminarMe alegro Sylvia!
EliminarGracias por dejar tu comentario.
Un abrazo.
Carme.
Me parece que vas a tener que llevar a tu novio a Tattoo Fixers. ¿A quién se le ocurre tatuarse el rostro de una novia?
ResponderEliminarDivertido micro. Saludos, M. Carme
Uf, Plácido, me parece que llevaba tatuada la vida entera, y quizá puso a propósito a la antigua novia en un lugar estratégico por el movimiento.
EliminarAgradecida quedo por tu visita al micro.
Un abrazo.
Carme.
Me gusta tu relato M Carme. También se tienen celos de lo oculto en un tatuaje. Imaginas lo que fue, lo que tu ahora tienes, y piensas si no serás algún día parte de la historia, con tu rostro o tu nombre en cualquier parte de su anatomía.
ResponderEliminarAsí es la vida. Un besito.
Los celos le vendrán con la forma de mirar a esa rubia tatuada ;-)
EliminarY curioso pensamiento, tocaya, el de pasar luego a ser parte de esa historia tatuada. Aunque lo mejor será que la incluya en su piel mientras están juntos, para demostrarle amor "a su manera".
Un beso.
No sé si el personaje de tu microcuento tendrá algo que ver con el marinero de la canción Tatuaje, en la que también había un ménaje à trois, pues el marinero de la misma estaba enamorado de una mujer que le había olvidado, y la mujer que cuenta la historia se enamora de ese marinero y es abandonada por él, con lo que se cumple el dicho aquel de “amor loco, yo por vos y vos por otro”. Aplíquese aquí el género correspondiente.
ResponderEliminarEn tu historia también hay una mujer que sufre un desengaño amoroso con un individuo al que sus tatuajes parecen importarle mucho más que lo que está viviendo en el momento presente, alguien que no se ha desligado de una relación pasada y que parece buscar lo que no encuentra con otras mujeres. Con lo cual, la frustración y el desengaño serán mutuos.
Por eso, aunque la historia está contada con cierto desenfado, la situación no deja de ser triste, sobre todo para la mujer que, a poco que reflexione sobre la situación, llegará a la conclusión de que la han utilizado; por eso, contra más haya puesto en la relación, más doloroso le será desligarse de ella e iniciar otro camino por los senderos de Cupido.
Enhorabuena, Carme, un abrazo.
Ya tienes razón, ya... Es bien triste para la mujer narradora. Creo que al final no le van a gustar nada sus tatuajes.
EliminarGracias Enrique por tu comentario.
Un beso
Creo que él asunto es cómo la miraba, hay maneras y maneras; pero parece que no hay dudas, ¿verdad?
ResponderEliminarSi, creo que hay alguien de más. Y está bien que lo haya sabido para poner remedio lo antes posible.
Correcto Luisa, hay miradas que no dejan lugar a duda.
EliminarOpino que nuestra protagonista no volverá a quedar con el señor tatuajes en otra ocasión.
Besos.
Con un"ser" así no se puede competir... si fuera, al menos, de carne y hueso tu protagonista sabría a qué atenerse, pero un tatuaje que gesticula... se escapa de todas, todas.
ResponderEliminarGenial, Carme, muy original.
Un beso, enhorabuena.
Malu.
Original competir contra un tatuaje, pero en muchas ocasiones se compite contra un recuerdo, y eso también se escapa de lo "tratable".
EliminarGracias Malu, celebro que te haya gustado.
Besos.