¡Muere!
El planteamiento no resultó sencillo... o quizá, sí; sencillísimo: casi sin proponérmelo ya había logrado captar su atención y distraerlo del antídoto que otra mano le tendía.
A él solo le quedaban segundos de vida... Iba a morir leyendo lo que le escribía, en cuanto llegara a la palabra cincuenta.
A él solo le quedaban segundos de vida... Iba a morir leyendo lo que le escribía, en cuanto llegara a la palabra cincuenta.
Ups!
ResponderEliminarBienvenido. Buena entrada.
Un remate genial para el relato!!!
ResponderEliminarMuy buen estreno, Carlos. Bienvenido a cincuenta.
ResponderEliminarMalu.
Divertido estreno, Carlos. A medida que vamos leyendo el micro somos víctimas mortales del autor.
ResponderEliminarMuy original. Un abrazo.
Excelente relato que vas cosiendo como una telaraña para atrapar al lector.
ResponderEliminarGran estreno.
Pablo
Me ha gustado leerte, Carlos. Tu relato engancha hasta la palabra cincuenta
ResponderEliminarSuerte y un saludo
¡Me he quedado muerta!
ResponderEliminarBienvenida a 50 palabras Carlos.
Bienvenido (¡¡maldito corrector!! )
EliminarHola, qué buena página.
EliminarLa usé al inicio del curso para motivar a niños de 11 y 13 años y nos lo pasamos pipa (podéis ver sus cuentecillos en nuestra página del cole. Gracias a tod@s!
También por los comentarios y este de Raquel es el que me ha dejado muerto a mí xD!
Genial. Cómo engancha el micro. Y menuda sorpresa final.
ResponderEliminarEnhorabuena, Carlos. Saludos
Muy bueno, Carlos. Menuda escabechina estás haciendo nada más llegar.
ResponderEliminarEnhorabuena y bienvenido.
Saludos.
¡Uff! Viene tu micro anunciando tu llegada con pulso vivo. Bienvenido a Cincuenta, Carlos.
ResponderEliminarGenial!
ResponderEliminarQué bien va el micro absorbiendo al lector hasta dar con el tétrico final. Felicidades por la originalidad y bienvenido a Cincuenta.
ResponderEliminarUn abrazo. Enrique.