No era abrigo para mí
Por fin te compré, abrigo pedante que me mirabas con desprecio desde el escaparate, presumiendo de que no eras para mí. Te has comido mis ahorros, pero juro que no me harás sufrir más. Las tijeras del pescado me están guiñando su ojazo hueco. Ven, guapo, que te las presento...
Muy loca tiene que estar esta persona para empeñarse y volcar sus frustraciones en un objeto caro. La sociedad actual nos lleva a querer aparentar lo que no somos. Hasta llegar a caso extremo en una locura. Bien llevado el tema amiga Sonia. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus comentarios, Carmen. Un abrazo.
EliminarTodo ese dinero para romperlo? No entiendo a tu protagonista, la verdad. Me ha chocado este micro
ResponderEliminarSeguramente lo de menos es que se trate de un abrigo.
EliminarMás bien es un "hago contigo lo que quiero porque eres de mi propiedad, y eres de mi propiedad porque te compré".
Muchas gracias por tu comentario, Luisa. Un abrazo.
No sé si las dos últimas frases están escritas en sentido irónico. A veces, por azar, se rompe lo que más apreciamos.
ResponderEliminarSaludos, Sonia
Algo así he querido dar a entender, Plácido.
EliminarGracias por comentar. Un abrazo.
No sé que clase de desorden tiene tu protagonista Jajaja. Debería hacerle unos tests primero. El detalle de las tijeras de pescado es total.
ResponderEliminarSaludos Sonia.
Muchas gracias por tu comentario, Raquel. Creo que el o la protagonista tiene mucha ira hacia algo que le ha hecho sufrir con anterioridad.
EliminarSaludos
Tu relato tiene un punto surrealista que me gusta. Un extraño ejemplo de un no menos extraño 'ni sin mí, ni conmigo'. Además, está muy bien contado.
ResponderEliminarUn saludo
Sí, exacto. Tu comentario es el que más se aproxima a lo que yo he querido transmitir. Como le digo a Luisa más arriba, es algo así como "me has hecho sufrir porque te quería, y no te lo perdono; ahora eres de mi propiedad, así que te destruyo".
EliminarUn saludo, Antonio
No... ¿por qué? Lo cierto es que cuando algo es tuyo ya decides hacer con ello lo que quieras, pero ¡qué pena!
ResponderEliminarSin duda alguna un personaje digno de estudio.
Un saludo.
Malu.