Paradisíaco
La arena se hace más fina a cada paso y de la selva apenas queda el sonido de las aves. El turquesa del mar, claro como el cielo, se extiende manso hasta el exuberante arrecife de coral. Interpreto los delfines como una señal divina.
Definitivo: aquí pondré mi nuevo resort.
Definitivo: aquí pondré mi nuevo resort.
Menuda ironía la del título: un paraíso –otro más– destruido por el cemento.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, Álex
Y cuando estábamos a punto de entrar al agua tibia del Caribe... nos despiertas con una buena dosis de realidad. Un giro final muy logrado. Saludos.
ResponderEliminarEl paraíso al alcance de los sueños y la mano del hombre destruyendo todo cuanto toca. La frase final es demoledora en todos los sentidos.
ResponderEliminarMuy buena denuncia y muy bien contado, Álex. Un fuerte abrazo.
Pues una pena destrozar ese paraíso en resort. Creo que no supo el protagonista interpretar bien el mensaje de los delfines.
ResponderEliminarBien relatado con ese final inesperado.
Besicos
Vuelve, capi.
ResponderEliminarUn dardo justo en el centro de la diana, donde más duele. Gran broche para cerrar el mes. Un abrazo, Álex
ResponderEliminarJoder, que me faltaba este.
ResponderEliminar29.3 Paradisíaco...........10.
Así como Apolo se convirtió en delfín para encontrar el lugar en el que levantar su templo, parece que al protagonista del micro los delfines le inspiran también para saber dónde edificar su hotel de lujo, aunque para ello destruya la inigualable belleza natural. Diferentes concepciones de paraíso. Buena crítica, Álex, a los excesos que se han cometido durante mucho tiempo construyendo sin ningún límite con el fin de hacer negocio. Muy interesante. Un abrazo.
ResponderEliminarTu protagonista tiene una curiosa personalidad bipolar. Por un lado, cuenta con sensibilidad de sobra para saber apreciar un entorno natural y todos sus matices. Otra parte de su ser tiene una mentalidad empresarial que acaba por imponerse, degradando aquello que tanto le había fascinado por obtener beneficios.
ResponderEliminarA destacar la frase final, un hachazo que transforma una descripción poética en un relato de denuncia.
Un abrazo, Álex
No sé si queda ya algún lugar paradisíaco en este nuestro planeta azul, pues la contaminación creo que ha llegado a todos los sitios por tierra, mar y aire. Hasta las regiones polares han llegado también las micropartículas de plástico, por ejemplo, lo que ocurre es que aún muchos efectos de toda esa depredación y codicia no son demasiado visibles, o es que somos demasiado ciegos para verlos, pero me temo lo peor para un futuro no sé si más cercano de lo que creemos.
ResponderEliminarEl personaje que nos traes en tu microcuento sería uno más de esas legiones de individuos que lo analizan todo en términos de beneficio, de utilidad, no explotar un lugar como el que describes sería para ellos un error imperdonable, una estupidez.
Para esos individuos las consecuencias no existen, lo destrozan todo, exprimen el limón hasta su última gota y luego levantan el chiringuito y se buscan otro sitio donde puedan seguir obteniendo ganancias.
Así que contra más abunden, contra menos freno se les ponga, más cerca estaremos de causar daños catastróficos e irreversibles a ecosistemas que a la evolución le ha costado miles de años crear.
Excelente historia que deja un amargor ante la impotencia que se siente por no acabar con esa locura depredadora que se da en todos los lugares del globo.
Un abrazo, Álex.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. He estado muy ocupado y ya siento que es tarde para iros contestando, pero os leí atentamente y me alegro mucho de que os haya gustado. Desgraciadamente, es una historia que con ver algunos rincones del Sudeste Asiático me parece de lo más realista, y me pregunto hasta qué punto no somos tan hipócritas de maldecir por construir en lugares "paradisíacos" pero desear alojarnos en uno.
ResponderEliminar¡Un abrazo a todos!
Aunque me faltó tiempo en su momento, no me gustaría pasar página sin remarcar lo maravillosamente escrito que está este relato (aparte de lo acertado y oportuno del tema, etc...).
ResponderEliminarAbrazos, Álex, y hasta pronto.