Reencarnación
Estaba contento con su trabajo de auxiliar forense pero aquel creciente desasosiego filosófico y religioso le atenazaba la respiración. Dotado además de un altruismo incondicional, una generosidad innata para con todos aquellos desgraciados que pasaban por su mesa, decidió participar más activamente en su transmigración y decidió montar una carnicería.
No se le puede negar a este hombre su espíritu práctico y que, acorde con los tiempos, aprovecha para reciclar allí donde a otros ni se les ocurriría. Se podría dudar de su ética, aunque él cree tenerla, por algo habla de altruismo y generosidad. Lo que no está claro (el tampoco lo tendrá) es qué carteles pondrá en la tienda para mostrar sus productos a la clientela, que merecen saber la procedencia de lo que compran.
ResponderEliminarUn personaje curioso, con unas inquietudes y una moralidad que demuestran que todo puede ser justificable si se crea un prisma a medida para ello.
Un abrazo, Luis
Al igual que tu protagonista, que ha aprovechado lo que su trabajo le ofrece cada día, tú has sabido aprovechar las cincuenta palabras que tenías para narrarnos tu micro.
ResponderEliminarEnhorabuena, Luis.
Un abrazo.
Pablo
Muy negras estas cincuenta palabras, jeje
ResponderEliminarMordaz e ingenioso hasta decir basta.
ResponderEliminarFelicitaciones, Luis
Me encantó, justo el género que siempre ando buscando para leer.
ResponderEliminar¡Por Dios! Reencarnación en sentido literal. Como se dice en los documentales de La 2, no hay que desaprovechar proteínas.
ResponderEliminarBuen micro. Saludos, Luis
¡Ay, Luis! Que me has estado engañando durante todo el micro. He pensado que por una vez no era negro, pero mira tú por dónde... ay...
ResponderEliminarEn tu línea, siempre sorprendente e imaginativo.
Enhorabuena, Luis.
Malu.
Un exceso de celo profesional y una intensa preocupación existencial pueden ser muy peligrosos, como toda ortodoxia.
ResponderEliminarIngenioso y negro, Luis. Un abrazo.