Rematado
Me enteré por una llamada telefónica. Una bomba le había estallado a mi padre en el asiento del coche.
No lloré ni grité, no hablé con nadie. Encerrado en mi habitación, permanecí en la oscuridad dos días con sus noches. Al tercero, el periódico del bar decía: "Algo habría hecho...".
No lloré ni grité, no hablé con nadie. Encerrado en mi habitación, permanecí en la oscuridad dos días con sus noches. Al tercero, el periódico del bar decía: "Algo habría hecho...".
Carmelo, como muy bien titulas está es una forma de volver a matar a la víctima. Cuantas veces hemos oído esta expresión. Culpablizamos a la víctima.
ResponderEliminarMe ha gustado, Carmelo.
Un abrazo.
Terrible experiencia por la que, por desgracia, han pasado demasiadas personas. Si al enorme dolor que supone para este hijo verse huérfano de una forma tan trágica, le sumamos el sufrimiento que se deriva de esa frase lapidaria "algo habría hecho...", y que coloca la figura de su padre bajo la sombra de la duda, la vivencia tiene que ser tremenda. El título "Rematado" es muy acertado, ya que al padre lo matan dos veces; la primera, quitándole la vida; la segunda, manchando su dignidad. Un tema muy duro y siempre vigente. Muy bien contado y muy interesante para el debate y la reflexión. Un abrazo, Carmelo.
ResponderEliminarEn estos tiempos de relativismo, la víctima se convierte en culpable y el culpable resulta ser la víctima, con lo que cual se está exigiendo que seas golpeador para no ser golpeado.
ResponderEliminarMe ha gustado el micro.
Saludos, Carmelo
puf, un micro intenso, con varias vueltas de tuerca. Muy bueno
ResponderEliminarLa dignidad de la víctima puesta en duda. Lo estamos viviendo a diario. A la trágica muerte le sigue el cuestionamiento social.
ResponderEliminarMuy duro y muy bien contado, Carmelo. Un fuerte abrazo.
No hay idea, legítima o no, que confiera permiso a una persona para quitar la vida de forma fría a otra. Buscar justificación a lo que no lo tiene solo confirma el mayor de los errores, por mucho que trate de enmascararse. Complicados humanos, capaces de lo mejor y de lo peor.
ResponderEliminarUn relato que supone un golpe a la conciencia, demasiadas veces repetido en la realidad.
Un saludo, Carmelo
Hay una segunda muerte después del asesinato, y es el frío desprecio de los prejuicios. Contundente y bien logrado, Carmelo. Un abrazo
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