Sueño de tronos
El rey aparece ante el artista dormido. La atroz historia que narra no es creíble ni en pesadilla nocturna.
Al amanecer en Quinta del Sordo, sobre fondo negro, Francisco pintará al rey Saturno devorando a su hijo para evitar así ser destronado, como el propio monarca destronó a su padre.
Al amanecer en Quinta del Sordo, sobre fondo negro, Francisco pintará al rey Saturno devorando a su hijo para evitar así ser destronado, como el propio monarca destronó a su padre.
Con trono o sin trono este cuadro siempre que lo observo, me impresiona. Tengo que reconocer que la próxima vez que lo vea pensaré en tu cincuenta.
ResponderEliminarBesicos
A mi también me impresionó el cuadro desde la primera vez que lo ví. No deja indiferente.
EliminarMuchas gracias, Carmen.
Un abrazo.
Dos Picassos, de momento, y ahora un Goya. Nos presentas al pintor fuera de la corte de Fernando VII, pero bajo su poder absolutista y amenazante. En la Quinta del Sordo comenzó los retratos de la Serie negra. El cuadro que nos muestras, el de Júpiter devorando a su hijo Chronos es de una crudeza difícil de olvidar, como difícil será volver a contemplarlo sin recordar tu acertado cincuenta, Isidro.
ResponderEliminarExcelente relato. Un fuerte abrazo.
Es quizá una pintura artísticamente polémica, pero indudablemente impresiona su fuerza desgarradora -nunca mejor dicho- que no deja indiferente al espectador.
EliminarDesconozco realmente los motivos inspiradores para el cuadro, pero sólo se me ocurría que fuese producto de una horrible pesadilla y así lo he querido plasmar en mi texto.
Mil gracias por leer y comentar, amiga Carmen.
Un beso.
Con la Historia y el arte como materia prima, coronado con un título que nos lleva a una serie de ficción de nuestros días, has creado un relato nuevo, original y actual. En otros foros y en tu fantástico libro aparecen ejemplos igual de imaginativos con este mismo estilo, se me viene a la memoria el de los Fusilamientos del Dos de Mayo, fantástico igual que este. Un género que merecería un nombre propio, propongo "Isidrarte", por ejemplo. Me vas a perdonar la inmodestia, pero cuando te llamo artista es por algo.
ResponderEliminarUn abrazaco, campeón
La verdad es que la pintura siempre he creído que es una fuente de inspiración para escribir. Por supuesto que ocurre con todas las artes. Yo considero que el principal estímulo y valor del arte es la capacidad de remover y requebrar el espíritu del Hombre. Cuadros como este, remueven la sensibilidad de todo espectador.
EliminarComo siempre, amigo Ángel, muchas gracias por tu generoso comentario.
Dos fuertes abrazacos.
Con gran fuerza irrumpe tu relato creando una atmósfera potente donde el sueño de la razón produce monstruos, dando origen a un micro que desvela con fuerza pictórica el trasfondo de intereses que mueve el poder del trono de la monarquía.
ResponderEliminarUn gran relato, Isidro, con reminiscencias de actualidad entre sus líneas. Un abrazo.
Lo has clavado. Has marcado todas las claves que he pretendido esbozar con 50 palabras. Me alegra que así lo hayas visto.
EliminarUn fuerte abrazo Manuel y mil gracias por leer y comentar.
El trono es un asiento decorado con lujos en el que se sienta el monarca o Rey en ocasiones ceremoniales. Suele estar ubicado en un lugar de referencia con el objetivo de ser el centro de la atención y que así todas las miradas converjan en el Rey. Pero tú aquí has querido crear la confusión de dos seres opuestos a la realidad, siendo, lo que dices, una gran pesadilla, no nocturna, sino ficticia en vida. Felicidades Isidro.-
ResponderEliminarEl sueño de la razón produce monstruos.
ResponderEliminarBajo la apariencia de monstruo, el rey Saturno ns expresa la no menos monstruosa reacción de devorar a su hijo para que un día no le usurpe el trono. El propio Saturno se lo arrebató a su padre. Quizás pensó aquello de "Cree el ladrón ..."
Muchas gracias por comentar, Constantino. Un abrazo.
Magnífico uso del arte hecho palabra para establecer el paralelismo entre realidad y mitología exponiendo lo que somos capaces de sacrificar a cambio de poder. La ambición es una de las palancas que puede hacen emerger el monstruo que cohabita en las más oscuras cuevas de nuestra naturaleza.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu relato, Isidro: de impecable ejecución y encima con mensaje.
Por cierto, eso de que a los niños de pequeños te los comerías y de mayores te arrepientes de no haberlo hecho, se ve que no iba con el bueno de saturno.
Un abrazo.
Creo que son desconocidos los límites hasta donde puede llagar el deseo de poder. Goya nos da unas "pinceladas" de las atrocidades que se pueden realizar y de la monstruosidad en que nos podemos convertir para que no nos arrebaten nuestra parcela de poder.
EliminarMuchas gracias, Antonio, por tu generoso comentario.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho el relato que has montado con una primera parte que enlaza con el juego de palabras del título, y esa segunda parte que nos retrata un cuadro que a nadie deja indiferente, al igual que tu estupendo relato.
ResponderEliminarUn abrazo, Isidro.
Pablo
Me alegra que te haya gustado.
EliminarMuchas gracias, amigo Pablo por leer y comentar.
Un fuerte abrazo.
Isidro, lo primero me encanta el título, ese guiño a la famosa serie televisiva y todo lo que ello conlleva. Luego está la fotografía que hacen tus letras del cuadro de Goya y que tal vez como he leido en otros comentario sea consecuencia de una pesadilla.
ResponderEliminarMe ha gustado, Isidro.
Un abrazo enorme.
Muchas gracias, Javier por tu comentario.
EliminarUn fuerte abrazo, campeón.
Me quedo con tu última frase, no tiene desperdicio en el mundo actual.
ResponderEliminarMis mejores deseos para el relato, en esta feria de vanidades.
Un saludo cordial, Isidro.
Lamentablemente las ansias de poder así como otras muchas miserias, miedos y pasiones humanas, son tan antiguas y vigentes como la propia humanidad. está visto que no cambiamos tanto como, a menudo, nos creemos.
EliminarMil gracias por tu comentario, María Jesús.
Un abrazo.
El título recuerda a la afamada serie de la que, por cierto, no he visto ni un capítulo, no digo que no sea buena pero no tengo paciencia para las series.
ResponderEliminarAparte de esta digresión, nos recreas el nacimiento en el magín del genial Goya de ese cuadro terrible que es Saturno devorando a su hijo.
Saturno, dios romano, era el equivalente de Cronos en la mitología griega, y Cronos representaba al tiempo, así que el simbolismo del dios estaba claro, porque si hay un glotón insaciable ese es el tiempo, pero la forma en que nos ‘devora’ es mucho menos salvaje que la del cuadro del pintor aragonés.
Las pinturas negras de Goya son todas inquietantes y angustiosas, a ese nivel, sólo encuentro otro pintor con el que puede equipararse, y es El Bosco.
Pero no fue menos terrorífica la época que le tocó vivir, con la corrupta y esperpéntica monarquía española, la Guerra de la Independencia cuyos horrores tan bien nos transmitió en algunos de sus cuadros y en su serie de aguafuertes que denunciaban los desastres de la guerra, su marginación, al ser de los llamados afrancesados y su posterior exilio en Burdeos.
En qué abismos se sumergió Goya en la Quinta del Sordo sólo él lo supo, qué imágenes cruzaron su mente, qué visiones tuvo... Lo cierto es que su genialidad nos transmitió una de las obras pictóricas más excepcionales de todos los tiempos.
Por último, muy pertinente esa comparación entre el dios y el rey felón, ese Fernando VII, el Deseado, que tan nefasto fue, que traicionó a todo el mundo, y que bien se hubiese merecido un buen muerdo de Saturno, o del mismo Drácula.
Mis felicitaciones, Isidro, por habernos traído a Goya y a su estremecedor cuadro. Un abrazo.
Muchas gracias por tu extenso e ilustrativo comentario. Con esta adenda queda mucho más claro el significado y el "entorno social" del cuadro.
ResponderEliminarPor cierto, yo tampoco he visto ningún capítulo de la serie que citas.
Un fuerte abrazo, amigo Enrique.
Isidro, coincido contigo, una escena tan terrible como la que pintó Goya en ese cuadro, solo puede ser debido a una terrible pesadilla o a una lucha con sus fantasmas internos.
ResponderEliminarMuy buen micro. Enhorabuena. Me ha encantado el título.
Besos apretados.
Yo también creo que Paco, el de la Quinta del Sordo, tenía muchos fantasmas interiores.
EliminarMuchas gracias Pilar por leer y comentar.
Mu alegra que te guste.
Besos.
Júpiter sí que es un dios: devorado y vomitado. Ojalá Goya hubiera pintado esta última escena. Un buen micro. Saludos, Isidro
ResponderEliminarMuchas gracias Plácido por leer y comentar.
EliminarUn abrazo fuerte.
Nos hablas sobre la época más oscura del artista, no en vano llamada Serie Negra, en la que encontramos cuadros que parecen responder a las peores pesadillas del artista, ya tuviera estas durante el sueño o la vigilia. Tu relato, a su vez, parece la respuesta a una de estas obras, que se ha encargado de poner tu enorme imaginación en marcha para producir un bello relato y, de paso, un valioso homenaje al pintor.
ResponderEliminarEnhorabuena por todo, amigo Isidro.
Un abrazaco.
Cuánto morbo me produce el conocer el momento inicial y durante la creación de ciertas obras pictóricas. Esta es una de ellas desde que la conocí, primero por libros y al poco, en el museo del Prado. Lo primero que pensé fue: "A este tío (Goya) le falta un tornillo! aunque por aquel entonces yo tendría 14 años, pero aún no sé si afirmar que yo estaba muy equivocado. jejeje!
EliminarMil gracias, amigo Quique, por tu gentil comentario.
Un fuerte abrazaco.
Querido Isidro, yo también pienso que a Goya le faltaba un tornillo; es más, pienso que a todo artista le falta algo, pero en compensación, la vida le ha dado un don especial para crear arte, bien sea pintando, cantando, escribiendo...
ResponderEliminarRecuerdo que la primera vez que vi el cuadro en un libro de historia pensé algo parecido. Es una imagen que no deja indiferente a nadie.
Buen micro, "bolo". Un beso.
Malu.