Cenicienta
Esperó hasta que el ruido del carruaje de sus hermanas se perdió en la noche. Tardarían en volver. Sigilosamente encendió las velas, extendió la manta frente al calor de la chimenea y abrió, como cada semana, una botella del mejor cava de la bodega. Entonces dejó entrar a su amante.
Fantástico relato, Mª Luisa. Qué reinterpretación del cuento! Con lo que a mí me gusta el cava...
ResponderEliminarAlgún escape tenía que tener la pobre, no todo iba a ser limpiar y ser humillada. A la espera del hada madrina y el príncipe azul, has hecho que Cenicienta haga de la desgracia virtud.
ResponderEliminarIngenioso y simpático, María Luisa
Un saludo
Original versión de Cenicienta, nos muestras su cara oculta que nadie nos había contando.
ResponderEliminarMe ha gustado, María Luisa.
Un abrazo.
A mí tambien me parece genial tu relato; para qué pasar frío por ahí fuera, escondiéndose y arriesgándose a sufrir cualquier percance. Servicio principesco a domicilio, que es lo suyo. Suerte y un abrazo, M. Luisa.
ResponderEliminarMe han gustado vuestros comentarios, Pepe, Ángel Javier y Jesús. No he podido dejar de sonreír. La pobre Cenicienta... ya apetecía otra versión y veo que os ha parecido bien esta vuelta de tuerca. La cenicienta liberada. Bien por la Cenicienta. Gracias !!!!
ResponderEliminarMe gusta esta actualización del prototipo de la mujer, a través del personaje de cuentos célebre, la cenicienta. Personaje que era demasiado inocente y desvalido, espererando a que el sexo masculino la rescate. Que es más lista, que las abusona de sus hermanastras, y que vive su sexualidad libremente. Es una cenicienta empoderada del 2017, porque supongo que el carruaje es argot coloquial callejero.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho María Luisa.
Un abrazo.
Qué gusto ver a una Cenicienta liberada de las hermanastras abusonas y de la ridiculez machista del príncipe azul. Es libre para gozar de la vida, al menos cuando se queda sola en la casa, con su amante y el cava.
ResponderEliminarBrindo por este micro, María Luisa. Un beso.
Me alegro de que la pobre cenicienta se haya liberado de príncipes moñas y hadas cursis, y que como único vestidito, haya escogido su propia piel.
ResponderEliminar¡Bien por tu cenicienta, Mª Luisa!
Un saludo.
Al comentarista aficionado le dijo un escritor de renombre que el hacer un comentario no suponía un arte. Desde entonces nunca más recibió u ningún comentario. Eso si se aficiono a hacerlos. Y al leer un micro llamado Cenicienta, dijo que eso si que era un estilo literario de vida y de verdad. Frecentemente las hermana no se enteran de nada. Ni las hermanas ni los maridos. Talvez alguno se de cuanta cuando lea un relato tam bueno como este.
ResponderEliminarGracias de nuevo por todos los comentarios. Hasta el anónimo que no acabo de entender, pero parece que sí le ha gustado. Gracias anónimo.
ResponderEliminarJo, con la cenicienta. Eso sí es reinventarse... como dicen ahora. Divertido relato. Me ha encantado. Enhorabuena.
ResponderEliminarUna nueva y curiosa versión de Cenicienta. ¿Cómo la pillen sus hermanas?
ResponderEliminarSaludos, Mª Luisa
A la atención de Cenicienta:
ResponderEliminar"Nena tú vales mucho"
Mª Jesús, esta revisión de los clásicos rompe moldes, da juego y trae frescura con su nueva visión sobre la literatura más tradicional. Me "ha encatao". Besos.
ResponderEliminarMª Luisa, quiero decir, sorry...
EliminarMe encantan los relatos sobre cuentos clásicos a los que se le sabe dar una vuelta de tuerca de forma magistral. Lo admiro porque creo que es un juego peligroso que a veces puede no salir bien, y te lo digo por experiencia porque yo soy un negado en este tipo de relatos. Lo que es obvio, M. Luisa, es que tú has sido capaz de hacer un microrrelato sobresaliente.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Pablo
Me gusta esta Cenicienta moderna. ¡Cuidado con el cava! Muy bien. Muchos besos.
ResponderEliminarEsto si que es una cenicienta, ya era hora de que alguien la cambiase. Enhorabuena. Un beso.
ResponderEliminarMuy lista tu Cenicienta, mientras las otras buscan lo que ella consigue semanalmente desde hace tiempo. Me quedo con su pícara sonrisa cuando ellas, ocasionalmente y de forma condescendiente, le demuestren lástima al verle quedarse en casa. Un acierto además lo que llamar a su príncipe "amante", ni enamorado, ni pareja, ni eufemismos, ¡su amante!. Bravo, Mª Luisa.
ResponderEliminar¡Caramba con la Cenicienta, pues sí que ha espabilado! Me parece genial. Muy imaginativo y reivindicativo tu micro, Mª Luisa. ¡Felicidades!
ResponderEliminarComo creo que dice Manuel Bocanegra en su comentario, el revisar los cuentos clásicos como Cenicienta es algo muy bueno, trae frescura, como dice Manuel. Feliciades, María Luisa. Feliz año 2018. Un abrazo.
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