Darse de baja
—Entregue el formulario C1 en la mesa A y el formulario O5 por e-mail. Adjunte fotocopia del DNI, dos facturas y tres fotos de carnet.
—¡Yo solo quiero darme de baja!
—Entonces rellene el impreso X y también necesitaremos una muestra de su ADN. Buenos días. ¡Siguiente!
—¡Yo solo quiero darme de baja!
—Entonces rellene el impreso X y también necesitaremos una muestra de su ADN. Buenos días. ¡Siguiente!
Este relato es real como la vida misma, cuanto cuesta darse de baja de una compañía, en donde para darse de alta solo hace falta que te oigan decir un "sí". Te ha faltado poner que también hace falta la partida de nacimiento y...
ResponderEliminarBuen relato, Esther.
Un abrazo.
Te iba a decir: "Real como la vida misma" pero al abrir comentarios, veo que mi amigo Javi ya te lo ha puesto y como no quisiera repetirme... pues.. ¿Hace frio, no?
ResponderEliminarJejeje, buen relato, ahí va mi me gusta y mi abrazo virtual.
Gracias Javier e Isidro por los comentarios ;)
ResponderEliminarY sí, es como la vida misma. La burocracia, los papeleos, la administración... es intentar pasar por un laberinto lleno de trampas.
Jopé. Pones el dedo en la llaga. Menuda tomadura de pelo hacia el pobre paganini. Y nosotros a aguantar. Buen relato, Esther. Saludos y suerte.
ResponderEliminarEsther, tengo un amigo que dice que antes de hablar con una compañía telefónica hay que tomarse un par de valiums para armarse de paciencia. Creo que es un micro tan real que todos hemos vivido.
ResponderEliminarUn beso.
Pablo
Muy acertado el tema del micro. Solo pensar que quieres cambiar de compañía y has de darte de baja desanima al más tenaz. Así estoy yo, intentando acumular fuerzas para el próximo asalto.
ResponderEliminarBuen relato,Esther. Un beso.
Esther de qué manera tan dinámica nos lleva tu relato por camino del "vuelva usted mañana". No hemos avanzado tanto, el laberinto se ha vuelto más complejo y da la impresión de que hemos aprendido de nuestros propios errores, pero no,es un espejismo tecnológico y digitalizado, una nueva versión del ninguneo de siempre.
ResponderEliminarSabraso relato. Saludos.
Darse de baja, imposible. Así que lo mejor es no darse nunca de alta.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, Esther
Aprovechan para ver si te rindes y no te das de baja. Muy realista. Un beso.
ResponderEliminarExasperantes trámites, una montaña de papeleo que busca la resignación de la víctima.
ResponderEliminarMuy bueno, Esther.
Gracias Jésús, Pablo, Carmen, Manuel, Plácido, Maite y Asun por el feedback! ;)
ResponderEliminarLa cuestión es que no te enganchen, para no tener que darse de baja nunca, como dice Plácido.
Jajaja La burocracia... como nos toman el pelo, y que bien nos lo dejamos tomar. ¡AY que ver!
ResponderEliminarUn saludo Esther,
Esther, reflejas muy bien la burocracia y las enormes dificultades para darse de baja en algo. Te felicito. Aprovecho para desearte un feliz año 2018. Un abrazo.
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