Derechos torcidos
Descienden a través de frágiles escaleras hacia los pozos infinitos. Reptan a oscuras por agujeros claustrofóbicos hasta donde nadie más puede llegar. Trece horas después, la tierra regurgita pequeños cuerpos entumecidos por la humedad. En sus infantiles rostros tiznados, miradas marchitas desvelan que, un día más, no están para juegos.
Matrioska, cuentas con un lenguaje casi poético la explotación infantil. Esos niños que trabajan en condiciones infrahumanas y como tu cuentas sus pequeños cuerpos llegan a donde nadie puede hacerlo. Nos muestras la claustrofobia, la humedad...
ResponderEliminarA lo mejor pensamos que nosotros no somos responsables de ello, pero cuantos productos de la vida diaria llevaran algún componente que haya salido de trabajos inhumanos, solo por ejemplo el móvil que tenemos en nuestras manos.
El titulo es muy bueno, y la frase final fantástica: "miradas marchitas desvelan que, un día más, no están para juegos".
Muy buen relato, felicidades.
Besos.
Hola, Matrioska.
ResponderEliminarTras esa exquisita prosa poética brota el malevo asunto de la explotación de los niños.
La armazón del micro es magnífica: el titulo que nos adentra en la historia sin destriparla, el núcleo, con la peripecia muy bien desenvuelta. Y un final con la frase lapidaria. No estar para juegos, en esa etapa de la vida en que se debe estar mayormente para jugar. Felicidades y, por las fechas en que estamos, en el doble sentido. Un beso.
Querida Matri, cómo se te ha echado de menos. Pero has vuelto a casa por Navidad y con el regalazo de un relato soberbio.
ResponderEliminar¡Gracias, Papá Noel!
Un abrazo fuerte, fuerte, fuerte. ¡Feliz Navidad!
"Los pequeños cuerpos entumecidos por la humedad". Revuelve las entrañas. ¡Qué bien escogidas las palabras para tu denuncia.
ResponderEliminarIMPRESIONANTE.
Feliz Navidad y un besito virtual, Matrioska.
"Los pequeños cuerpos entumecidos por la humedad". Revuelve las entrañas. ¡Qué bien escogidas las palabras para tu denuncia.
ResponderEliminarIMPRESIONANTE.
Feliz Navidad y un besito virtual, Matrioska.
Matrioska, prima, este es uno de los grandes regalos de esta Navidad, como dice Patrícia. Qué alegría me da tu vuelta, ¡y vaya vuelta! Qué bien has contado la situación que viven quien debería pensar en jugar mientras el mundo mira para otro lado.
ResponderEliminarUn relatazo con ese estilo que solo tienen las grandes plumas, como la tuya.
Un besazo.
Pablo
Es tremenda esa realidad que nos describes en el micro, y tremendo, intenso, el ritmo que nos arrastra hasta las catacumbas de la miseria. Hay lacras terribles en el mundo, pero esta de la explotación infantil salpica de vergüenza la cara del mundo desarrollado.
ResponderEliminarMe alegra tu vuelta, Matrioska. Saludos.
!Qué bien, otra vez aquí! Es tremendo y horroroso, casi de "ficción" (la tierra regurgita pequeños cuerpos entumecidos) lo qué hacen con los niños, y tú nos regalas puro sentimiento. Genial. Besos a esgalla.
ResponderEliminar¡Has vuelto, Matrioska! Y nos dejas este micro que encoge el corazón. Si algo no puede dejar de conmovernos es ver a estos niños condenados al trabajo en condiciones infrahumanas, privados de juegos, de infancia. Tu detallada descripción es dura y poética a un tiempo.
ResponderEliminarExcelente relato. Un beso.
Yo también te doy la ¿rebienvenida?, Matri. Me uno a los parabienes de los compañeros sobre el fondo y la forma de tu texto, escrito para "agitar conciencias". A pesar, o puede que por eso, de lo acongojante de lo que nos sugieres dan ganas de leerlo varias veces; cosa que he hecho, claro. Suerte y besos. También a esgalla, que soy gallego.
ResponderEliminarEl mundo tiene un problema muy grave cuando una parte de él priva a los niños de su infancia y la otra mira para otro lado, al tiempo que se llena la boca hablando de derechos del niño, inexistentes de puro torcidos, como bien dice tu título. Nada más cruel que provocar que un pequeño no esté para juegos.
ResponderEliminarUn micro denuncia, que narra con crudeza y a la vez hermoso detalle una triste realidad.
A la alegría de la Navidad (a la de la lotería no, que seguimos igual) se une el regreso de la mujer con muchas mujeres dentro, regalo de Papá Noel anticipado.
Un abrazo grande, Matrioska
Lo que más doloroso resulta es pensar que en este justo momento esos niños (y muchísimos como ellos en todo el mundo) están sufriendo la terrible realidad que muestras en tu relato.
ResponderEliminarMagnífico relato, escrito de manera preciosa y con un no menos buen título, en el que las palabras “juegos” e “infantiles” parecen estar más lejos que nunca la una de la otra.
Me alegro mucho de verte por la página de nuevo, Matri ( creo que también nos veremos en Madrid).
Enhorabuena y un abrazo.
Bello y terrible relato escrito impecablemente. Las dos primeras frases tienen un ritmo simplemente perfecto que impulsa a volver a leerlos.
ResponderEliminarFantástico. Enhorabuena.
Me encanta tu relato, Matrioska!! Es estupendo.
ResponderEliminarHas narrado poéticamente un drama muy grande para muchísimos niños, que ven como pasa el tiempo en que deberían ser felices sin una triste sonrisa.
Muchos Besos y Felices Fiestas.
Qué bien has plasmado la dureza de la feroz manipulación, la ambición apoyándose en la pobreza para alcanzar sus deseos y usando a niños como ariete por difícil o consistente que sea la barrera. Y todo ello amalgamado con frases de seda punzante, con cristales de palabras romas al paladar de la lectura, pero hirientes como infancias robadas.
ResponderEliminarCómo me alegro de volverte a leer, Matri; echaba de menos tus relatos. Espero poder comentarlos el año que viene, al menos doce veces.
Un fuerte abrazo y hasta pronto.
Excelente relato, Matrioska. Creo que hacía un tiempo que no te pasabas por aquí. Confío en que no vuelvas a alejarte. Tu manera de escribir es digna de muchas lecturas. ¡Felicidades! ¡Feliz 2018! Un abrazo.
ResponderEliminarMagnífico relato que nos envuelve de forma poética en una cruda realidad, y que nos hace reflexionar sobre las abismales diferencias de este injusto mundo. Un abrazo y feliz 2018.
ResponderEliminarMatrioska, cómo se te ha echado de menos... y vuelves con un relato sobre la explotación infantil en las minas, que los utiliza por el tamaño de su cuerpo, ya que puede llegar mucho más profundo en aquellos inhumanos túneles. Tras una jornada de trabajo agotadora, no deben quedar fuerzas para jugar. Terrible.
ResponderEliminarUn micro magnífico, así como su título. Enhorabuena.
¡Feliz 2018!
Besos.
¡Qué gustazo volver a esta mi casa! Con permiso del capi, claro. ;-) Por fuerza mayor llevo meses ausente, espero que a partir de ahora todo vuelva a su cauce para poder seguir disfrutando, no ya solo de grandes relatos, sino, sobre todo, de grandísimas personas que son las que integran este sitio tan especial.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos, Javier, Eduardo, Richmond, María José Briones, primo Pablo, Manuel, Maitechu, Carmen, Jesús, Ángel, Enrique, Georges, Olga, Antonio, María José Viz, Salvador y Pilar, por vuestros cariñosos comentarios y por hacerme sentir tan arropada.
Muchos besos y...¡Feliz 2018 para toda la familia cincuentera! ¡Qué ganas tengo de que llegue el día 13!
Precioso y triste este micro sobre niños sin infancia, forzados por la necesidad a trabajar en una ocupación tan dura.
ResponderEliminarUn beso y enhorabuena. El 13 nos conoceremos.