Detalles
Comprobó con meticulosidad que toda la casa estuviera en orden. Dio un último vistazo a su alrededor. Suspiró satisfecho. No se le había escapado ningún detalle. Luego subió.
Tras derribar la silla con el pie y mientras el nudo se le clavaba en la garganta, recordó que siempre odió balancearse.
Tras derribar la silla con el pie y mientras el nudo se le clavaba en la garganta, recordó que siempre odió balancearse.
Pilar, un micro en el que nos presentas una persona que parece que es amante del orden, para sorprendernos en la segunda parte con una escena de suicidio. Mientras se balancea haces que el lector piense qué motivos tenía para llegar a ese extremo. Podría ser la soledad, ya que parece que, al dejar todo ordenado, sin que se le escape un detalle, parece que vive solo. Aunque también podría querer retardar el descubrimiento de su cuerpo inerte. Y ese dato que das de que odiaba balancearse me ha hecho pensar en que cuando era niño, en el parque, evitaba los columpios.
ResponderEliminarExcelente micro que deja dos tipos de imágenes: la de una casa ordenada, y la de una escena impactante.
Enhorabuena y suerte, Pilar.
Un beso.
Pablo
Se me pasó decirte en mi comentario que me encanta el detalle de que a una persona tan detallista se le pase el último detalle del que sería consciente en su vida: el balanceo.
EliminarMuy ingenioso.
Otro beso.
Pablo, es cierto, el protagonista es tan perfeccionista que necesita controlar cada detalle de su vida, pero al final comete el error en el gran detalle de su muerte, olvidando cuanto odia balancearse, pero ya no hay remedio.
EliminarControlarlo todo es imposible, siempre hay que esperar un imprevisto.
Muchas gracias por tu gran comentario.
Besos apretados.
Pilar, tu protagonista tan meticuloso y detallista él, olvidó lo que odiaba balancearse. Tal vez debió elegir otro método para acabar con su vida, aunque entonces eso de dejar todo manchado de sangre tampoco le hubiera gustado. Yo le hubiera aconsejado algún veneno.
ResponderEliminarUn micro genial, con un título magnífico que completa el relato. El primer párrafo está lleno de "detalles" de todas esas comprobaciones. Y el segundo nos lanza a una resolución excelente, muy fotográfica. Y ese último detalle del balanceo final que me parece maravilloso como colofón al relato.
Un relato estupendo, me ha gustado mucho. Te deseo la mejor de las suertes, la mereces.
Muchos besos, Pilar.
Javier, en el primer párrafo he intentado mostrar la personalidad obsesiva y ordenada del protagonista, para en el segundo párrafo demostrar que siempre algo puede escapar a nuestro control, en este caso, comete un gran error al elegir la forma para morir, ya que odia balancearse y ya no lo puede evitar.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Mil gracias por tu excelente comentario para mi relato.
Besos muy muy apretados.
Pilar un relato real . Las cosas hay que hacerlas bien. Dejar todas las cosas bien ordenadas.
ResponderEliminarManuel, aunque queramos hacerlo todo perfecto, siempre hay algún detalle que se nos escapa.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
"Las cosas bien hechas, bien parecen" Lástima el detalle pendular de última hora; pero con la física hemos topado!
ResponderEliminarBuen micro. Un beso, Pilar.
Isidro, hay situaciones que escapan a nuestro control y nos rompen los esquemas. Es lo más emocionante de la vida y de la muerte...
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
El personaje es un perfeccionista, un maniático del orden que revisa la casa y no deja nada al azar. Así nos lo presentas en la primera parte. En la segunda descubrimos que su plan era el suicidio. Todo medido y calculado. Pero comete un grave error al final: su cuerpo se balancea pendiente de la cuerda cuando ya no puede volver atrás. Había olvidado una de sus manías o fobias, el movimiento pendular.
ResponderEliminarPor mucho que nos empeñemos en gestionar nuestro futuro, el destino parece tener la última palabra. El micro invita a la reflexión y está estructurado tan meticulosamente como el orden que ama tu protagonista, Pilar.
Una historia excelente. Enhorabuena y un beso.
Carmen, lo has explicado tan bien que no puedo más que darte las gracias por todo lo bonito que dices de mi relato.
EliminarVeo que esta vez me he explicado bien y se ha entendido perfectamente la historia.
Lo bonito es que la vida nos sorprenda con cosas que no podemos controlar, pero que la hacen más emocionante.
Muchísimas gracias, amiga, por tu excelente comentario.
Besos muy apretados.
Una persona como tu protagonista, al margen de las razones para dejar de vivir, es alguien obsesionado con el orden y el método. Seguro que todo lo que él dependiera lo hacía a conciencia, también planificar su final. Pero por mucho que se quiera no hay nada ni nadie perfecto. Su última sensación ha sido que algo se le escapaba, pero tiene un problema, no podrá intentar hacerlo mejor una segunda vez.
ResponderEliminarUn relato sobre las obsesiones llevadas al extremo, contado con tu buen oficio.
Abrazos, Pilar
Ay, Ángel, tienes toda la razón, errores como este no son subsanables, ya que no dispone de una segunda oportunidad. Esto demuestra que controlarlo todo es imposible y que la vida nos sorprende y la muerte también.
EliminarMuchas gracias por tu valoración tan positiva para mi micro.
Besos muy apretados, amigo.
Hola, Pilar.
ResponderEliminarUn micro muy bien estructurado, en paralelismo al afán desmedido por el orden del protagonista. Un maníaco. Pero el orden de las cosas no depende solamente de su voluntad. Al fin se ve balanceándose con el nudo prieto. Con todo lo que denostaba el balanceo. Esa memoria tardía de su fobia le juega una mala pasada. La peor posible. Todo es cuestión de detalles. De hecho, Sthendal decía que solo en ellos hay originalidad, que solo en ellos hay verdad. Una verdad fatídica la de tu personaje. Hay que atar muy bien los cabos para que no ocurran imponderables. Elegir, otro modo de suicidio, claro que, a lo mejor, este hombre tenía más fobias que terminaban amargándole el último segundo de su existencia. Filias y fobias. Filias y fobias encontrándose en un mismo punto con la fricción de la memoria. Y el aspecto causal: el por qué del suicidio absolutamente elidido, dejado al criterio del lector. Quizá se cansó de su trastorno psicológico. Y decidió cortar por lo sano sin poder ya luego arrepentirse del protocolo, de la meticulosa sucesión de actos. Un gran texto, Pilar. Un beso.
Eduardo, qué alegría leerte también por aquí. Tu comentario es totalmente certero y el protagonista no nos dice el motivo que le lleva al suicidio. Lo deja a elección de nuestra imaginación.
EliminarTanto controlarlo todo... y al final comete un gran error en ese momento tan importante. Algo imperdonable para él.
Mil gracias por tu buena valoración para mi micro.
Besos muy apretados, amigo.
Despistadillo tu prota, Pilar. ¡Haber pasado por alto el pequeño detalle del balanceo!. Imperdonable.
ResponderEliminarCon un tono irónico has blanqueado una historia de lo más negra.
Suerte para este buen micro.
Un besito virtual.
Maria Jesús, esta vez me ha salido el micro con un tono irónico al explicar la historia del protagonista. Me alegro que lo hayas detectado.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
Tu protagonista es meticuloso con el orden, pero es muy poco calculador a la hora de pensar en las consecuencias de sus actos. Dos imágenes potentes, el orden del que al parecer es un obseso y ese último balanceo mortal e indeseado.
ResponderEliminarBuen relato, Pilar. Un beso y suerte.
Asun, no hay nadie infalible, hay detalle imposibles de controlar. Así la vida es más emocionante y divertida, aunque a mi protagonista le parezca un error imperdonable.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
Un micro fuerte y removedor. Me pareció excelente como planteas algo terrible lateralmente, justamente con detalles que parecieran poco importantes. Te felicito Pilar! Suerte!
ResponderEliminarSylvia, cuanto me alegro que te haya gustado.
EliminarMuchas gracias por tan buen comentario.
Besos apretados.
Se olvidó de un pequeño pero importante detalle, ordenar también su vida para que esta le ofreciera un aliciente para su existencia. Muy bueno, Pilar. Un abrazo.
ResponderEliminarSalvador, tienes razón. Tal vez no hubiera llegado a esta situación si hubiera podido olvidar sus fobias y vivir la vida sin necesidad de controlarlo todo.
EliminarMuchísimas gracias por tu buen comentario.
Besos apretados.
Muy buen micro.
ResponderEliminarPor cierto y ya que hablamos, el resto del mundo odiamos que él se balancee de ese modo. Y no es un detalle.
Luisa, estoy de acuerdo contigo, a todos nos gusta un balanceo más lúdico. Muchas gracias por tu comentario.
EliminarBesos apretados.
Excelente micro, Pilar. Aunque todavia me recorra el escalosfrios del aire que deja su horrendo balanceo. Besitos
ResponderEliminarCarmen, si cierras los ojos y te imaginas la escena resulta escalofriante. Puedes escuchar hasta el crujir de la cuerda en su balanceo.
EliminarMuchísimas gracias por pasar y dejarme tu comentario.
Besos apretados.
Ese detalle que recuerda en el último instante, es el hilo del que queda colgando este maravilloso relato que has escrito y que nos deja balanceándonos sobre el aire sin tiempo que envuelve a los suicidas. El planteamiento genial que le has dado, se cierra como un ajustado broche sobre el título. Sin dudarlo, lo pongo en el escaparate, para luzca como una joyita que es. Abrazos y besos, apretaos, amiga. Enhorabuena.
ResponderEliminarManuel, a veces los detalles son muy importantes y resulta imposible que nada se nos escape. Cuando mantener el control se convierte en una obsesión puede llevar a situaciones como la de mi micro.
EliminarMe ha encantado ese hilo que nombras, del que oscila balanceándose en el aire mi relato. No se puede decir más bonito, Manuel.
Tu valoración sobre mi micro me emociona. Mil gracias por hacerme sentir así.
Besos muy apretados, amigo.
Es excelente como ha preparado el escenario. Lástima que no hubiera ordenado también su mente, para no tener que llegar al balanceo temido. Me ha gustado mucho. Muchos besos.
ResponderEliminarOlga, su manera obsesiva de querer que todo esté en orden nos indica que sufre algún trastorno. Igual no ha sabido encontrar otra salida para acabar con su problema...
EliminarMe alegro de que te haya gustado. Muchísimas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
Controlar todos los detalles que le rodean, ser un maniático del orden... Al fin y al cabo, un perfeccionista. Este tipo de persona se autocastiga en exceso, porque nunca consigue controlarlo todo para alcanzar la perfección. Eso les significa una gran frustración. Parece que le superó y al no poder tener bajo control la vida misma, optó por ejercer control sobre su muerte. Lo planeó todo exquisitamente... Dejar todo ordenado y en estado de revista le es importante para morir tranquilo. Pero como bien dices... nada es controlable al cien por cien. Quiso tener una muerte perfecta y calculada... y se olvidó de un dato importante. Supongo que en ese último hálito de vida... volvería a sentir la misma frustración que significó su vida. Terrible...
ResponderEliminarMuy bueno, Pilar. Me ha encantado.
Galilea, has sabido leer muy bien el problema del protagonista y sobre todo has sentido lo terrible de saber que ha olvidado lo más importante. Debe ser para él peor que morir.
EliminarMuchísimas gracias por tu acertado comentario y tu valoración tan positiva para mi relato.
Besos apretados.
Al final se le escapó un detalle. Claro que, con lo pulcro que es, no podía utilizar la pistola: lo habría dejado todo sucio de sangre.
ResponderEliminarUn micro genial. Enhorabuena, Pilar. Saludos
Plácido, eso es lo que debió de pensar al elegir cómo morir. lástima que no tuvo en cuenta el detalle más importante.
EliminarMuchas gracias por tu buena valoración para mi micro.
Besos apretados.
Seguramente, el convenciomiento que tuvo a la hora de tomar la decisión de acabar con su vida, se quebró en su mente al darse cuenta de ese revés, nimio para muchos en ese contexto, pero para un obsesivo... Pobre hombre, querer morir para librarse, seguramente, de algún sufrimiento y, en esos últimos momentos, padecer ante ese detalle que se va a quedar impresoen sus últimos pensamientos. Me ha gustado, Pilar. Un abrazo y suerte.
ResponderEliminarJesús, lo tenía todo tan calculado... pero siempre surge algún imprevisto y eso para él resultaba insoportable, sobre todo por no poder marcha atrás a ese balanceo que tanto odiaba.
EliminarMuchas gracias por tu buen comentario.
Besos apretados.
De entrada, te recomiendo un libro: Diccionario del suicidio de Carlos Janín, en el que ese hecho tan impactante al que tantas personas recurren y han recurrido se analiza desde todos los puntos de vista, además de tener multitud de entradas de suicidas famosos. Con lo cual, lo que podría parecer un tema morboso se convierte en un asunto literario subyugante y de primer orden.
ResponderEliminarTu microcuento me ha recordado un suicidio del que supe por leerlo en un periódico, creo que se trataba de un artista relacionado con el mundo del espectáculo. También ese persona se suicidó siguiendo un orden, casi como si fuese un hecho cotidiano. Y se me quedó grabado en la cabeza la nota que dejo, la cual decía: Me suicido, la llave está en la portería. Supongo que sería la llave del piso en el que vivía y que la portera tendría otra llave.
Por tanto, tu historia entra dentro de la lógica, en el suicidio, como en todo, cada individuo es un mundo, y cada cual, al afrontar esa decisión, lo hace de una manera y cumple unos rituales.
Por último, el que, cuando se está asfixiando recuerde que siempre odió balancearse, entra también dentro de la lógica de la conducta humana, en la que, uno mismo, si se analiza con cierto detenimiento, descubre que muchas de las cosas que decide hacer, en realidad, le desagradan; y luego, hasta se pregunta por qué ha hecho esto o aquello, sin llegar a darse una respuesta satisfactoria, y sin que eso suponga que más adelante vuelva a tropezar en la misma piedra o piedras.
Así que en esa situación extrema que describes, pones el dedo en la llaga sobre nuestras contradicciones, nuestras manías y nuestros absurdos, pero es que dentro de nosotros laboran fuerzas muy potentes y desconocidas.
Excelente microcuento por tanto, Pilar, besos apretados.
Enrique, tomo nota de tu recomendación para próximas lecturas, me parece que puede ser muy interesante.
EliminarEn cuanto a la noticia del periódico, da la sensación que tomó la decisión de una manera tan natural y cotidiana que en su nota dejó dicho donde había una llave, como el que se va de viaje y deja un aviso por si ocurre algo.
Esta vez mi relato no está inspirado en ningún hecho real, pero sí en el conocimiento de que existen personas que tienen una personalidad tan obsesiva como mi protagonista. No poder controlarlo todo les crea tan ansiedad que no lo soportan. Tal vez no pudo soportar una existencia así. Darse cuenta del error para alguien tan obsesivo con los detalles, se convierte en una verdadera agonía sumada a la propia de la muerte.
Me alegro que te haya gustado y te agradezco todo lo que siempre aprendo de ti con tus comentarios.
Besos muy apretados, amigo.
El peor final para un detallista, darse cuenta tarde de que se le ha escapado un detalle. Espero, por la traquilidad del camposanto, que en el cementerio lo encuentre todo en orden.
ResponderEliminarUn relato muy bien hilado, que va in crescendo hasta llegar a un final trágico pero que tiene su punto de guasa.
Dramatismo, obsesión y humor mezclados con mucho oficio y saber contar. Felicidades, Pilar.
Un fuerte abrazo.
Antonio, conociendo la obsesión por controlarlo todo del protagonista seguro que, lo del camposanto, lo habrá dejado preparado hasta el último detalle. No sería capaz de arriesgarse. La lástima ha sido cometar ese error en un detalle y en un momento tan trascendente, para él imperdonable, pero imposible de subsanar.
EliminarMe alegro que hayas detectado ese punto cómico que le quise dar a ese trágico final con un error fatal para una persona que odia balancearse.
Mil gracias por tu certero comentario y por todo lo bueno que me dices de mi micro.
Besos apretados, amigo.
Alguien, después de contarme que una persona acababa de tirarse por ventana y caer en medio de ellos, (cenaban en la terraza de un restaurante) me dijo "hay que pensar en los demás caramba, si quieres suicidarte hazlo en la intimidad"
ResponderEliminarY este relato me hizo recordar el comentario. Quizás tenga razón, este hombre ha sido muy cuidadoso al pensar en todo. Muy bueno.Un beso.
Maite, el protagonista lo comprobó todo con tanta minuciosidad que el error que comete, en algo tan importante, es imperdonable para él.
EliminarMe alegro que te haya gustado. Muchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
En el primer párrafo nos muestras la meticulosidad del personaje y su seguridad de tener todo previsto. Luego viene el suicidio y el detalle del balanceo, que además de contradecir la seguridad del protagonista, está ahí para sacarle presión al suicidio, para que no nos lo tomemos tan en serio. Es el toque de humor negro que le pone sal al micro.
ResponderEliminarUn placer leerte en otro de tus relatos geniales, Pilar.
Besos.
George, has sabido ver el relato en toda su dimensión. Tu comentario es totalmente acertado.
EliminarMil gracias por tus palabras llenas de cariño.
Besos apretados.
Pobre personaje el tuyo, Pilar, cuya obsesión por la perfección le lleva a no darse cuenta de todos los "detalles". Muy bueno. ¡Que tengas un gran año 2018! Un abrazo.
ResponderEliminarM. José, eso es, no ha tenido en cuenta el detalle más importante, algo imperdonable para él.
EliminarMuchas gracias por comentar.
Besos apretados.
Ya veo que es su carácter controlador, perfeccionista y obsesivo lo hay llevado al suicidio. Debe ser una faena muy gorda morir balanceándose, yo ya no voy a poder dormir pensando en ese pobre hombrecito expirando su ultimo aliento de un lado a otro, notablemente irritado, pero claro, dejándose morir... ¡Que sin vivir!
ResponderEliminarUn abrazo Pilar como siempre magnifica.
Raquel, no hay peor tortura para alguien que controla hasta el último detalle, descubrir que ha fallado en un momento así.
EliminarMuchísimas gracias por pasar y comentar.
Besos apretados.