Distancias
Murieron los dos a la misma hora y separados por mil kilómetros. A él se le paró su corazón de mujer y en ella dejó de latir el de hombre. Los médicos certificaron insuficiencia cardiorrespiratoria; los forenses, rechazo de órgano trasplantado.
La muerte sonreía: "Acabo de robarles su última oportunidad".
La muerte sonreía: "Acabo de robarles su última oportunidad".
La muerte no conoce de distancias y tal vez le gusta hacer juegos muy macabros.
ResponderEliminarBuen relato, Nicolás.
Un abrazo.
Inquietante.
ResponderEliminarSaludos
FELIZ NAVIDAD
ResponderEliminarOmnipresente, la muerte juega sobre seguro. Esta vez, parece haber hecho una carambola robando la esperanza a doble banda, como una jugada de billar siniestra.
ResponderEliminarSaludos, Nicolás.
El juego de la muerte se cobra otras dos vidas en una extraña sincronicidad a pesar de la distancia.
ResponderEliminarFeliz Navidad, Nicolás. Un abrazo.
me gustó este 50, interesante intercambio de TODO: Saludos y FELICIDADES
ResponderEliminarMiedo da el poder absoluto de la Muerte, pero me temo que nada podemos hacer para evitarlo. Un micro muy original y bien escrito. ¡Felicidades,Nicolás, y buen año 2018!
ResponderEliminarCuriosa esa sincronía que solo la muerte es capaz de ejecutar, arruinando esas dos vidas recuperadas por la ciencia y la bondad. Y Ella, cruel, como casi siempre, reclamando su tributo. Me ha gustado, Nicolás. Saludos y suerte.
ResponderEliminarEs cruel, muy cruel, la muerte. Buen micro. Un beso.
ResponderEliminarGracias por vuestros amables comentarios. Feliz navidad y feliz año nuevo.
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