El sicario
Le han encargado su propia ejecución. Las órdenes vienen de arriba, esa clase de sugerencias que es conveniente acatar al pie de la letra. ¡Nada menos que su propia ejecución! En un gesto de deferencia consigo mismo, se ha dado un plazo máximo de 24 horas para abandonar la ciudad.
El problema de la víctima de este sicario es que le será muy difícil huir. Y el sicario tendrá muy complicado convencer a los de arriba que no lo ha encontrado.
ResponderEliminarOriginal y buen relato, José Manuel.
Un abrazo.
Lo difícil es lo de explicarlo, jé. Saludos, Javier
EliminarUn relato de desdoblamiento de personalidades. Un sujeto que escapa de sí mismo; que se persigue a sí mismo.
ResponderEliminarUna idea brillante.
Un microrrelato genial.
Saludos.
Pablo
Me alegra que te gustara, Pablo. Saludos¡¡
EliminarVa a ser complicado que cumpla el encargo, aunque si es un verdadero profesional tendrá que acabar acatándolo. Un hombre ante su dilema más difícil.
ResponderEliminarCuriosamente tengo un micro de temática similar.
Un abrazo, José Manuel
Lo mealo es que es un prifesional. ¡Me encantaría leer el tuyo!! Abrazo, Ángel!!
EliminarQué vuelta le has dado a la profesión de sicario! Cómo no caer rendido ante tu imaginación? Abrazos, José Manuel.
ResponderEliminarGracias, Pepe. Es que los sicarios de toda la vida son demasiado previsibles, jé. Abrazo¡¡
EliminarYo creo que, a partir de ese día, va a pasar el resto de su vida persiguiéndose... ¡Gran relato, señor! Abrazos
ResponderEliminar¡¡O pegarse un tiro!! Eso ya va en el carácter, jé. Saludos, Salva%co¡¡
Eliminar¡Vaya con el asesino! Mejor será que no se ponga delante de un espejo, o le entrará la gana de rematar su último trabajo. Bien llevado y con cierta gracia irónica. Me ha gustado mucho. Un abrazo José Manuel.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen. Y sí, espejos, los mínimos¡¡¡ Saludos¡¡
EliminarEl círculo de fuego se cierra sobre el alacrán y solo le queda la vía de escape de la ironía. Afortunadamente para él, el autor la maneja maravillosamente y ha dejado abierta una rendija para escapar de la ratonera.
ResponderEliminarUn juego de espejos brillante, José Manuel. Saludos.
Muchas gracias, tocayo. La verdad es que los espejos siempre han sido muy tentadores, literariamente hablando (Y sin literatura¡¡) Saludos¡¡
EliminarLa vida de este hombre será como un gran círculo. Muy bueno.
ResponderEliminarSí ¡¡Truco o trato!! Saludos, Maite¡¡
EliminarLo más difícil es escapar de sí mismo, máxime con tal profesionalidad. Pero la orden es tajante... Quedamos abiertos al misterio y a la ironía de este brillante dilema.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, José Manuel. Un gran micro. Un abrazo.
Es verdad, la ética contra la supervivencia... Saludos, Carmen¡¡
EliminarDifícil tendrá este hombre hacer esta vez, bien su trabajo. Estupendo e irónico micro.
ResponderEliminarUn abrazo José Manuel.
Tndrá que echarle imaginación, jé. Saludos, Yoya¡¡
EliminarDe aquí podría salir un relato con múltiples ramificaciones. ¿Primará el instinto de supervivencia o el orgullo profesional? A ver como sales de esta. Buen relato, José Manuel. Suerte y saludos.
ResponderEliminarSí, mucha rama puede salir, pero da como pereza ¡¡TE vuelves loco!! Saludos, Jesus¡¡
EliminarJosé Manuel, difícil encargo el del sicario. Al menos gozará del privilegio de elegir dónde, cuando y cómo.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos.
Efectivamente: elegir es su pequeño privilegio, en eso me quedé pensando. Saludos, Pilar¡¡
EliminarYa lo dice el refrán: "Quien con sus manos se capa buenos c...... se deja". Hay mucho —aunque sutil— sentido del humor en esta historia, trazada con gran sencillez y maestría.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo, José Manuel.
¿Dónde se esconde uno de sí mismo? Bonito dilema.
ResponderEliminarSaludos, José Manuel
Una muy buena idea plasmada con mucha destreza, José Manuel. Desde luego a tu relato le auguro mejor futuro que a tu protagonista.
ResponderEliminarUn saludo.
Tu protagonista, José Manuel, tiene una difícil situación ante él, desde luego. Muy bien contada tan sorprendente historia. Felicidades y feliz año 2018. Un abrazo.
ResponderEliminarCumplir o no cumplir....he ahi mi dilema.
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