Hormiguero
Habría sido mejor que aquella noche no comiera ese delicioso y somnífero postre de leche y miel; las hormigas se hubieran abstenido de buscar refugio en su boca, en sus fosas nasales y en sus oídos. Apenas alcanzó a despertar para sentir el tropel martirizando el interior de su cabeza.
Uf, voy a pensarme de tomar postres dulces por las noches. Malditas hormigas! Inquietante relato. Saludos Andrés.
ResponderEliminarTu personaje me ha recordado a los torturados personajes de Poe. ¿Locura? ¿Realidad? Muy inteligente hacer responsable al lector.
ResponderEliminarGrande, Andrés.
Has descrito el despertar del protagonista con
ResponderEliminaruna imagen difícil de olvidar, Andrés. Espero que no me aparezca en sueños.
Un gran micro de horror. Un abrazo.
Duele este martirio solo de pensarlo. Tal vez por el poderoso eco inconsciente de la imagen de las hormigas, me lleva tu relato a Un chien andalou, el filme de Buñuel y Dalí. Onírico con resonancias surrealistas. Terrorífico. Saludos, Andrés.
ResponderEliminarMamma mía... Vaya con las hormigas, ufffff! Una pasada de micro
ResponderEliminarSaludos,
Clara Guti
!Ufffff! no quiero ni pensarlo. Has logrado meter el dedo en mi llaga. Demoledor. Un beso.
ResponderEliminarTerrible despertar, después de un dulce sueño. Tremendo. Ahora que estamos en Navidad, nos vamos a pensar comernos un mantecado antes de irnos a acostar.
ResponderEliminarSaludos, Andrés
¡Menuda imagen nos presentas! Una efectiva mezcla de terror y angustia. Me gusta. Suerte, Andrés. Saludos.
ResponderEliminarQue gore Galindo. ¡Me encanta! Me imagino a esas hormigas carnívoras y me entra un repelús jajaja
ResponderEliminarUn saludo,
Andrés, me parece sentir las hormigas por mi cuerpo... Has hecho una descripción genial. Enhorabuena. ¡Feliz 2018! Un abrazo.
ResponderEliminar