La verdad
Con mano temblorosa, tomó la tan ansiada carta y la comenzó a leer. A cada palabra, su corazón latía más rápido. Tan fuerte fue la impresión causada por esas líneas, que el hombre no pudo evitar comenzar a sollozar como un pequeño niño. Finalmente, toda la verdad se había descubierto.
Siempre lo peor es cuando se descubre la verdad, tu protagonista se siente como un niño cuando se sabe descubierto, aunque también podría aplicar eso de "tierra tragame".
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo, Patricia.
Ingenioso relato
ResponderEliminarSaludos y Felices Fiestas de Navidad
La verdad nos desarma, hace temblar la fibra del niño que somos, la esencia del ser. Creo que era Serrat quien en una de sus canciones cantaba "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio", tu protagonista se ha encontrado cara a cara con ella y nos dejas constancia de su revelación en un intenso relato.
ResponderEliminarSaludos, Patricia.
Contemplar la verdad, enfrentarnos a ella nos convierte en seres frágiles.
ResponderEliminarEstupendo micro, Patricia. Feliz Navidad y un beso.
Muy sugerente. ¿Cuál será esa verdad que consigue producir tales efectos en el que la descubre o constata? Me ha gustado, Patricia. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarBuena idea, has conseguido desinflar el globo que oprime al alma por no poder descubrir un secreto. Un beso.
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