Menudo número se montó
Una pareja de guardias con tricornio detuvo a cuatro "seises" por apostar al cinquillo. Ellos alegaron que, de siete a ocho, fueron a la novena y no volvieron hasta las diez. Lo corroboró un vendedor de la ONCE que estuvo allí hasta las doce y se mantenía en sus trece.
Pues, a esos seises, ojalá que les toquen los catorce y que vayan pillando una terminación con la niña bonita para reyes, pero, por dios, que no les carguen con dieciséis toneladas, ¡pobres chavales! que aún no han cumplido los dieciocho. Ay, quién pudiera volver a los dicisiete.
ResponderEliminarPerdón, Salvador, por "inmiscuirme" en tu idea pero es que me ha hecho gracia. Además, me has recordado a Carlos Cano con esa copla de los seises que tanto me gustaba, lo mismo que tu relato. Ahora mismito voy a escucharla. Suerte y saludos.
Jajaja... ayyy perdón por tardar en responder... Nada que perdonar. Eso no es inmiscuírse... es continuar con una tarea dejada a medias... Y muy bien hecho. Gracias por tus palabras! Abrazo fuerte!!
EliminarSalvador, un relato genial. Nos has ido contando, y lo de contar es de forma literal, esta aventura de los "seises". Ese ir aumentando los números uno a uno es fantástico.
ResponderEliminarNo sé si se montaría un número, pero tú has montado un relato excelente.
Un abrazo, Salvador.
No había yo caído en ese doble significado de la palabra "contar"... números, relatos... ¡Todo! Me parece una aportación fantástica a mi historia. Gracias x ella y por tus palabras... Un fuerte abrazoooo
EliminarSe ve que te gusta jugar con las letras, y que eres de ciencias, o de números, en este caso. Lo de los seises me suena muy familiar 😉. Me parece de una genialidad tremenda la historia que has montado. Eres un escritor muy ingenioso, brillante y me mantengo en mis trece de que has sido un gran fichaje en esta comunidad de cincuenta. Sin duda, de mis favoritos del mes.
ResponderEliminarOtra cosa más, excelente título.
Me ha encantado.
Salva, feliz navidad y que cumplas muchos más cincuentas.
Un abrazo.
Pablo
Olé! La verdad es que pensé que igual los "no sevillanos" no pillarían lo de los "seises"... pero bueno, al final dije... "palante". La verdad es que por pura casualidad parece que me ha dado por los números en mis dos relatos... nada intencionado ni relacionado. Gracias por tus siempre amables, cariñosas y exageradas palabras. Me siento cincuentista a tope y... en un 50% es gracias a ti. Bueno, un 90% diría yo....
EliminarAbrazo fuerte, amigo
Hola, Salvador.
ResponderEliminarMás que sorprendente tu texto. Me subyuga. Ese juego con los ordinales con su lógica interna de avance y progresión. Genial. Un abrazo. Felices Fiestas.
La verdad es que se me ocurrió la idea y me ha encantado y divertido jugar de esa forma... y celebro que te haya gustado... me hace casi tan feliz como una quiniela de catorce, con su pleno al quince y salir en la portada del Diario 16... ¡Abrazoooo fuerre!
EliminarHas elaborado un delicioso juego de números para narrar este micro, Salvador.
ResponderEliminarIngenioso, brillante y muy bien "contado". Felices Fiestas y un gran abrazo.
Muchísimas gracias, Carmen! Quizas es la vez que mejor he "contado" una historia... Gracias x tus palabras. Muchos besos!
EliminarLos fríos números, instrumentos ideados para el puro cálculo, sin otra pretensión ni matices añadidos que la exactitud de un resultado, pueden humanizarse al tiempo que se convierten en sustantivos asociados a sensaciones y hasta sentimientos.
ResponderEliminarUn relato de diez y, a pesar de que posiblemente los dígitos tampoco se hayan multiplicado para ti en el sorteo de ayer, día veintidós, ya que mañana es veinticinco aprovecho y te envío mis mejores deseos para estos días y los que tengan que venir, y que éstos últimos conformen una cifra grande y provechosa.
Un abrazo y feliz Navidad.
Gracias, Ángel! Parece que se antoja seguir y alargar la retahila... jugando (puede que sea la clave) con los cáludos números, los humanos números, los inexactos números... Mis mejores deseos también para ti y para tu gente. Felices fiestas y feliz 2018. Un fuerte abrazo!
EliminarBuena combinación de números. Con ella has construido una ingeniosa historia.
ResponderEliminarSuerte, saludos y feliz Navidad, Salvador
Muchas gracias, María Jesús! La verdad es que en mi relato prima el humor y el ingenio sobre la profundidad de la historia... que sería imposible de describir en el plano, sobre las coordenadas X, Y y Z... ¡Ni falta que hace! Gracias y besos. Feliz 2018
EliminarBuen juego de letras y números, o viceversa... genial, como siempre, amigo Salva. Un abrazo!
ResponderEliminarJugar, jugar, jugar... ¿qué es la vida si no eso? Los números, además, como lo más opuesto a las palabras...Gracias, Maca! Besitos
EliminarSalvador, qué ingenioso lo tuyo con el baile de números. Y no menos Jesús G. por la iniciativa jocosa de seguir el juego.
ResponderEliminarDe mi parte, me limitaré a aportar a esos dos brillantes precedentes concatenados, medio en bromas, medio 50. No más.
De 15 a 19 años no es edad para vender 20 iguales de los ciegos. 21 ya es otra cosa, por la mayoría de edad...
Felices fiestas y 2018 a todos!
Casi inevitable caer en la tentación de seguir con el juego... es una invitación a participar, a formar parte, a formar parte del relato. Gracias por la aportación y los comentariós. Fantásticos!!! Un fuerte abrazo!
EliminarIngenioso en su planteamiento, dificultoso (según parece) en su elaboración y perfecto en su resultado. He aprendido además qué son esos seises, que por cierto dan un toque casi surrealista al relato. Gran propuesta, Salva.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Salva, impresionante historia construida sobre una lógica ingeniosa que cifra en números una historia redonda. Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy bueno.
ResponderEliminarSaludos
FELIZ NAVIDAD
ResponderEliminarSalvador, me he mareado un poco con tanta cifra, jajaja. Fuera bromas, muy buen relato. Te felicito. Y aprovecho para desearte un gran año 2018. Besos.
ResponderEliminarNúmero el que has montado tú, Salvador, con esos cuatro seises, esa pareja de guardias y ese vendedor de la ONCE, que tienen reminiscencias de tiempos pasados, de trileros, ferias y guardias civiles que los perseguían.
ResponderEliminarEso es lo que se trasluce a través del divertimento de jugar con los números dentro de un microcuento hecho con letras que también representan números.
Y lo que más me gusta es que acabe en trece, uno de mis números favoritos, a pesar de su mala fama, pero fíate tú de otros que parecen más modositos y luego te la preparan cuando menos te lo esperas.
En fin, muy buena esta propuesta lúdica con su toque de humor y sus juegos de manos. Un abrazo.