Odiseo
Regresé a buscarte tras años de ausencia. Mis pies volaron hasta las puertas de tu casa, allí donde nos juramos amor eterno, pero sólo hallé un shopping y una orgía desenfrenada de consumo mancillando nuestros recuerdos.
Volví a mis mares, al eterno exilio. Ya no quise luchar por ti, Penélope.
Volví a mis mares, al eterno exilio. Ya no quise luchar por ti, Penélope.
Una versión muy actualizada de la Odisea, solo faltaría cambiar los cantos de sirena por los sonidos de los móviles.
ResponderEliminarBuen relato, me ha gustado.
Un abrazo Víctor.
Gracias, Javier, por tus palabras. Coincido con tu observación sobre los celulares (como llamamos por mis latitudes a los móviles); es muy agudo de tu parte. Un saludo cordial.
EliminarAl final, Penélope, en su dura soledad, cedió a algunas tentaciones. El héroe por antonomasia la encontró tan distinta que prefirió volver a correr aventuras y peligros, sin un lugar donde sentar la cabeza.
ResponderEliminarUna actualización del mito con crítica al consumismo y una fina ironía. Los clásicos eran capaces de muchas proezas, pero hay pruebas hoy día que quizá no pudieran superar.
Un saludo, Víctor
¡Por cierto, Ángel! En el mundo actual todos somos héroes por naturaleza y derecho, ¡tal la gravedad de las pruebas que a diario nos vemos obligados a superar! Un abrazo.
EliminarMe temo que no hay Penélope que resista los años de ausencia de Odiseo en nuestro modo actual de vida. El abandono del héroe, la falta de noticias, los pretendientes y el consumismo arrasan con su tenacidad primera. Odiseo habrá de buscar de nuevo aventuras por esos mares tan propicios a los obstáculos y a los insólitos seres que pueblan sus costas.
ResponderEliminarEstupenda actualización del mito, Víctor. Un abrazo.
¡Qué exactas y bellas tus palabras, Carmen!¿Será posible, en esta época de la larga noche de la técnica, la aparición de heroínas y héroes? Creo que sí. Un abrazo cordial.
ResponderEliminarEstupendo relato. Me han gustado mucho las referencias a la Odisea.
ResponderEliminar¡Gracias, Smokey! Un abrazo.
EliminarNo me extraña nada ninguna de las posibles visiones del asunto. La modernidad y todas sus modas consumistas dan la impresión de que colonizarán cualquier lugar, por muy lejano o "sagrado" que este sea. ¿Y qué pretendía el Odiseo? ¿Qué Penelope se pasara los días y las noches soñando con su regreso? ¿Y Pénelope no habrá montado ella misma la tienda con todo lo que tuvo que tejer durante tantos años? Sin bromas, curioso y buen relato. Suerte, Vicdtor. Un saludo.
ResponderEliminarEs bueno darle una buena cachetada al patriarcado, aunque sea con palabras. Un abrazo, Jesús.
ResponderEliminarBueno, bueno. Ulises no se apresuró a volver a Ítaca. Incluso, me parece, se hizo el remolón. La que aguantó pacientemente fue la pobre Penélope.
ResponderEliminarDicho esto, me ha gustado tu versión del mito. ¿Y por qué no iba a ocurrir eso en realidad?
Saludos, Víctor
Gracias, Plácido. Qué tema ese de la realidad. Un abrazo.
EliminarVictor, excelente tu Odiseo, trayendo a nuestros días a un Ulises que no está preparado para lo que se encuentra.
ResponderEliminarEnhorabuena por escribirlo y bienvenido a esta tu casa. Si no me equivoco es tu primer microrrelato y seguro que vendrán más.
Abrazos.
Gracias por la bienvenida. Es y será un gusto embarcarme en esta aventura literaria. Un abrazo.
EliminarPlácido ya te ha comentado y opino lo mismo que él.
ResponderEliminarLe has dado un giro al mito y creo que muy interesante, ya que parece que en la relación de hombre-mujer todo sigue igual, y sin embargo otras si han cambiado, como seria padres-hijos. Excelente.
Un beso y un cariño para vos, Maite.
EliminarPulsa tu relato la apasionada vehemencia del vivir romántico. Desolado el amante, vuelve al viaje, la eterna metáfora de la aventura. Un relato lleno de pasión, para emprender tu viaje por Cincuenta. Bienvenido, Víctor.
ResponderEliminarGracias, Manuel. Espero que sea el comienzo de algo bello. El 6 de enero de 2018 se viene el segundo relato. Un abrazo.
EliminarBienvenido a esta gran familia, Víctor. Has comenzado muy bien y estoy esperando tus próximas intervenciones. Felicidades. Feliz año 2018. Un abrazo.
ResponderEliminar