Póker de ases
Este divorcio será una ruina. ¡Si hubiera aprendido a jugar al póker antes!
Ahora, perfectamente alineadas de menor a mayor, las jugadas comienzan a asomar por su cabeza: parejas, dobles parejas, tríos...
En una mezcla de orgullo e ingenuidad, la Reina de Corazones, grita encolerizada: "¡Que le corten la cabeza!".
Ahora, perfectamente alineadas de menor a mayor, las jugadas comienzan a asomar por su cabeza: parejas, dobles parejas, tríos...
En una mezcla de orgullo e ingenuidad, la Reina de Corazones, grita encolerizada: "¡Que le corten la cabeza!".
Me da que llega un poco tarde, la pobre. Pues ahora que parece haber aprendido algo, del juego o de la vida (si es que nos casi lo mismo), esperemos que esas enseñanzas le sirvan para poner la venda antes de la herida, por decirlo de algun. Pobre del siguiente, si lo hay. Sugerente texto, Smokey. Me ha gustado. suerte y saludos.
ResponderEliminarJajaja.Pienso que la protagonista no está preparada para una nueva aventura, a pesar de que es una romántica empedernida y lo está deseando. Además, antes de empezar un nuevo romance, ha de reprogramar su cabezita, para evitar volver a equivocarse. Al igual que tú pienso.¡Pobre del siguiente!!! . Gracias y Un saludo.
EliminarLa vida de un matrimonio convertida en un juego de póker. Parece que no han aprendido a jugar bien, por lo que el bolsillo y el corazón acaban destrozados.
ResponderEliminarInteresante micro, Smokey. Un beso.
Muchas gracias, Carmen. Desgraciadamente hay muchísimos casos que pueden servir de fuente de inspiración. Me imagino lo costoso que tiene que ser pasar por una situación similar y no hablo de plata precisamente. Un abrazo.
EliminarEl matrimonio como un juego de azar sin saber las instrucciones de uso puede desembocar en esa ruina que comenta tu protagonista, Smokey.
ResponderEliminarInsinuante ese intercambio de parejas que propones en el segundo párrafo, y que parece un orden estipulado de menor a mayor en juegos, más que de azar, sexuales.
Para finalizar, muy bien escogido ese guiño a la reina de Alícia en el pais de las maravillas.
Todo un logro este micro, Smokey. Felicidades.
Un beso.
Pablo
Gracias, Pablo. Pasito a Pasito voy mejorando (o eso creo yo). Un abrazo.
ResponderEliminarDe esta sólo le salva un buen comodín, aunque, me temo, en un divorcio casi todos pierden.
ResponderEliminarSaludos, Smokey
Así es Plácido, aunque hay quien piensa que el ganador será aquel que tenga mayor cantidad de comodines. Gracias por tu comentario. Un saludo.
EliminarCreo que el acertado comentario de Pablo, lo dice todo o casi todo. Una partida muy interesante, Smokey.
ResponderEliminarMuchas Gracias, Manuel.
EliminarEl amor, las relaciones, como todo lo que no depende de forma completa de nosotros, está sujeto a cambios, al azar y a mil imponderables, como un juego de cartas, donde no solo hay que saber jugar, también dependemos de lo que hagan los otros jugadores y de los naipes que nos hallan tocado en el reparto. Ese célebre corte de cabeza que ordena la reina puede ser el contraste entre lo que prometía tanto y el fracaso absoluto.
ResponderEliminarIngenioso relato
Un saludo, Smokey
El secreto está en elegir bien las cartas. Muchas gracias, Angel.
Eliminar¡Fantástico, Smokey! Has hecho un micro imaginativo y bien estructurado. Tengo que felicitarte por ello, pues lo mereces.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Muchas gracias, amiga, tengo buenos maestros.
EliminarMuy imaginativo, poco más puedo añadir a lo que te han dicho. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Maite. Otro beso también para ti.
EliminarVaya Smokey, realmente pisas la raya. Pues a mi todo me parece estupendo, no sé porque la reina de corazones se encoleriza tanto. jejeje
ResponderEliminarUn abrazo,
Parece que nuestra amiga apostó todo a la misma carta y le salió mal. No sólo desconocía las reglas, sino también a los jugadores.
ResponderEliminarGracias por comentar, abrazo de vuelta.