Ruan, 1856
Se oyen unos tacones en la calle del Gros Horlage. Varias cabezas se giran. Los bajos de un sugerente vestido negro acarician el adoquinado. Escandalizados, los paseantes llaman a un gendarme, que se acerca presuroso.
—¿No le da vergüenza? ¡Deténgase! —ordena el policía.
—Déjeme —le dice Flaubert—. Soy Madame Bovary.
—¿No le da vergüenza? ¡Deténgase! —ordena el policía.
—Déjeme —le dice Flaubert—. Soy Madame Bovary.
El gran Flaubert, uno de los mejores novelistas de todos los tiempos, poseído por su personaje más famoso. Genial el título, que enlaza todo lo demás. Un gustazo leerlo.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Enhorabuena, Plácido.
Un abrazo.
Pablo
Me encanta imaginar al gran escritor ,metido el la piel de su personaje. Un buen micro, lleno de ironia ante convecionalismos socisles. Muy bueno, abrazos.
ResponderEliminarLos grandes autores saben ponerse en la piel de sus creaciones. En la literatura clásica hay buenos ejemplos de personajes femeninos, por lo general atormentados, llenos de matices y profundidad, escritos por autores masculinos, con la dificultad que ello entraña. La manera de identificarse con esas personalidades creadas forma parte de la maestría de cada escritor. El policía debería hacer la vista gorda acerca de la presencia de ese hombre travestido, Flaubert y su Madame Bovary merecen eso y más,
ResponderEliminarUn relato muy imaginativo, con un tema de fondo muy interesante.
Un abrazo, Plácido
Flaubert ha quedado atrapado por su personaje, llevándolo a travestirse como Madame Bovary. Un relato original y que juega con ese mimetismo entre autor y personaje, sin saber quién es el dueño de quien.
ResponderEliminarEl título muy bueno, nos sitúas de esta forma al principio de la obra, con la fecha en la cual comenzó a publicarse.
Buen relato, Plácido, enhorabuena.
Un abrazo.
Escribir es desnudarse, dicen los entendidos. Y Flaubert lo hizo con su inmortal obra, volcando en Bobary, todo su espiritu, sentimientos y algo muy íntimo que llevaba dentro.
ResponderEliminarUna cosa parecida es la relación de Cervantes con Don Quijote. A veces se confunden y fusionan sin distinguir uno de otro.
Buena idea la de tu micro, Plácido.
Plácido, Flaubert se ha tomado al pie de la letra lo de meterse en la piel de su personaje, Madame Bovary.
ResponderEliminarUn micro muy imaginativo y original, El título nos sitúa en el momento de su publicación. Me parece muy acertado. Enhorabuena.
Besos.
¡Autor y personaje convertidos en un solo ser! Don Plácido Romero, ha dado usted un do de pecho de microliteratura genial. Felicidades y un abrazo.
ResponderEliminarExtraordinario, Plácido. Pero, corre...
ResponderEliminarLa orquesta ha empezado a tocar un tango del maestro Piazzolla y Madame Bovary espera.
Qué bueno... Flaubert travestido de su propio personaje. Un escándalo mayúsculo para la época!
ResponderEliminarMuy bueno! Felicidades.
Es conocida la afirmación que se le atribuye a Flaubert: "Madame Bovary soy yo". En esta frase, aunque nunca la dijese, el autor se mete en la piel de la protagonista. Contaba que sufría de los nervios cuando ella tenía un ataque o que llegaba a sentir el sabor del arsénico cuando Emma se envenena.
ResponderEliminarLo que nunca hubiese imaginado, ni el propio novelista, es esta espléndida escena en la que pasea travestido de su personaje. El escándalo en la época está servido.
Imaginación, humor y homenaje al gran novelista francés. Lo tiene todo tu micro, Plácido. Enhorabuena y un abrazo.
El autor que se mete tanto en su personaje y al que, aparentemente, no le importa el quedirán. Hace demasiado años que leí Madame Bovary y unos cuantos menos que anduve de excursión por esa bella ciudad de la Normandía. Así que habrá que revisar libro y fotos. Parece un buen plan. Me ha gustado. Suerte, Plácido. Un abrazo.
ResponderEliminarEl personaje fagocita al autor, y el autor se reviste de literatura en pos del conocimiento personal de la protagonista. Gran relato, Plácido. Un abrazo.
ResponderEliminarEl papel es el cordón umbilical entre el autor y sus personajes, no se entiende uno sin los otros. Aunque el autor niegue que un personaje no tiene nada de él, yo creo que se escribe aquello que se ama o que se repudia, pero sentimientos al fin y al cabo.
ResponderEliminarUn gran relato envuelto en una ambientación muy conseguida. Enhorabuena, Plácido.
Un abrazo.
En tu original microcuento mezclas varios asuntos, lo cual le da espesor e interés a la historia. En primer lugar, sitúas la acción en la ciudad natal de Flaubert, un año antes de que el genial novelista normando publicase la más famosa y, seguramente, la mejor de sus novelas: Madame Bovary. Aunque Woody Allen, en una de sus películas, dice que prefiere La educación sentimental.
ResponderEliminarAllí, un Gustave travestido se pasea por las calles y escandaliza a algunos buenos burgueses que la habitan, los cuales, no dudan en llamar inmediatamente a un gendarme, el agente de la autoridad es expeditivo a la hora de hacer que se cumpla la ley, y llama la atención de inmediato a Gustave, el cual, le responde con su conocida frase, probablemente, apócrifa.
Pero lo que retrata la escena es unos tiempos no muy lejanos en los que en el país que había hecho la Revolución para acabar con el Antiguo Régimen, obras como Madame Bovary y Las flores del mal eran perseguidas por la justicia por escándalo contra la moral y por obscenidad.
Todas esos significantes se entrecruzan en la pequeña anécdota inventada que describes, con lo cual, haces un homenaje al autor de Un corazón sencillo, y tocas una de las llagas que aún no sé si está del todo superada en los países más avanzados del planeta, en otros, sencillamente, parece que todavía les quedan siglos para llegar hasta ahí.
Mis aplausos, Plácido, por este gran microcuento. Un abrazo.
Plas, plas, plas.
ResponderEliminar!Madame Bovary soy yo!, declaró Flaubert y con el relato nos lo hemos imaginado. Hay que ponerse en la piel de los personajes. Un beso.
Interesante juego meta-literario. Felicitaciones,
ResponderEliminarSaludos,
Clara
Que buen micro!, Plácido. Desconocía esa frase atribuida al autor. Original y muy didáctico. Gracias.
ResponderEliminarHola, Plácido.
ResponderEliminarDon Gustave Flaubert vestido, revestido hasta el travestismo de su personaje más primigenio, Madame Bovary, por admiración hacia el mismo o por colmar hasta la saciedad su propio ego. Soy yo. Sea como fuere, tu micro es digno de admiración. Tiene un título estupendo, que nos sitúa y enlaza con el final, invitándonos a la relectura del texto, un núcleo donde se desenvuelve estupendamente la peripecia, creando una gran atmósfera, y un final fantástico, inmejorable, con la frase que no me extrañaría que el genial novelista hubiese pronunciado. Un micro el tuyo, sin duda, sobresaliente. Mi enhorabuena y un abrazo grande.
Excelente micro, Plácido. En él, el autor de Madame Bovary traspasa límites para estar en la vestimenta y la piel de su personaje, y Flaubert lo hubiese hecho si ello hubiese sido necesario para encontrar las palabras adecuadas a la historia; él que en su búsqueda de la perfección, utilizaba el método de gritar su prosa a todo pulmón, porque entendía que cada palabra mal ubicada, cada proposición traída abruptamente, cada adjetivo fuera de propósito es un escollo a la lectura, una piedra que irrita la laringe y rompe el encantamiento literario, por eso decía: “Las frases mal escritas no resisten esta prueba; ellas oprimen el pecho, molestan los latidos del corazón y se encuentran así fuera de las condiciones de la vida”
ResponderEliminarEnhorabuena, y un cordial saludo.
Debe de acabar siendo traumático pasarse tanto tiempo intentando pensar como lo haría tu personaje, y más aún si este es del otro sexo. Fantástico relato, Plácido.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
¡Magnífico, Plácido! Que el autor se trasmute en su personaje es una idea genial y tú has logrado envolvernos en la época que se narra en Madame Bovary. Aprovecho para desearte un gran año 2018. Abrazos.
ResponderEliminar¡Qué buena y original idea! Me ha encantado vivir esa escena imaginando a Flaubert convertido en su personaje. Enhorabuena, Plácido, y lo mejor para el 2018. Saludos.
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