Última raya
Resignado durante veinte años, esperando el desenlace mientras aprovechamos fugaces encuentros prohibidos.
—¿Por qué aguardas?
—Porque te quiero.
—Yo también, ¡pero tienes que vivir tu vida!
—No importa.
Junto a mi último gramo, tirado en el piso, apareció ella, radiante, imponente. Suspiré, la miré sonriente y sentí paz, mucha paz...
—¿Por qué aguardas?
—Porque te quiero.
—Yo también, ¡pero tienes que vivir tu vida!
—No importa.
Junto a mi último gramo, tirado en el piso, apareció ella, radiante, imponente. Suspiré, la miré sonriente y sentí paz, mucha paz...
La droga ha hecho y sigue haciendo mucho mal. Esa dependencia es casi, como tú expresas, "una relación de amor"
ResponderEliminarEl título muy bueno, y me gusta que para hablar de este tema no hayas utilizado la palabra "droga" o "cocaína", y sin embargo sin nombrarlas están presentes en todo el relato.
Buen relato, Jelarano.
Un saludo.
La visión última y el título me hacen sospechar en un desenlace fatal para el protagonista, aunque también se me antoja que "ella" pudiera ser la encarnación del enganche, el metafórico encuentro que produce el principio activo en la mente de quien lo toma. Un punto de vista interesante,Jelarano.Saludos.
ResponderEliminarPreciosa historia de amor.
ResponderEliminarPlanteas la drogadicción como una historia amorosa, de seducción, que atrapa al protagonista. Ese desenlace que espera parece ser la sobredosis que acaba con su vida.
ResponderEliminarMe ha gustado la metáfora con que lo narras.
Interesante micro, Jeralano. Un abrazo.
Adicción y seducción, fatal mezcla. Un beso.
ResponderEliminarTu relato es duro en su fondo, pero está muy bien escrito. Me gusta. Suerte y un saludo, Jelarano.
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