Una historia
Era un amor imposible. Yo era mucho mayor y ella tenía marido.
Cuando él desapareció, una pasión irrefenable nos mantuvo por años rodando en su torbellino.
Unos ojos soñadores, una piel fresca y un vientre plano que se cruzaron en su camino vinieron a recordarle que lo nuestro era imposible.
Cuando él desapareció, una pasión irrefenable nos mantuvo por años rodando en su torbellino.
Unos ojos soñadores, una piel fresca y un vientre plano que se cruzaron en su camino vinieron a recordarle que lo nuestro era imposible.
Georges, está claro que lo suyo era una historia imposible, que siempre hay un hombre por medio que lo impide. En ocasiones es mejor dejarse llevar por la pasión para lograr sueños imposibles.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un abrazo, Georges.
Gracias por tu comentario, Javier. En realidad, en esta historia no siempre hay un hombre por medio, solo lo había al principio y lo hubo al final, pero en medio y durante años ellos vivieron una gran pasión. Te lo puedo asegurar como si hubiese estado allí.
EliminarPerdón por el “irrefenable” No sé dónde se escondió la “r”
Un abrazo para ti, Javier.
El amor secreto, el que duele calladamente, excelentemente bien reflejado en tu microrrelato, Georges. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que el micro te gustara, María José. El amor secreto no necesariamente duele, se puede vivir como una fantasía inalcanzable, lo que sí duele es el final.
EliminarUn abrazo para ti, María José.
Sí, parece una sencilla historia, quizás, por desgracia, demasiado habitual pero que oculta grandes verdades y sufrimientos. Da la impresión de que al conquistador, al llegar su declive, la damisela le paga con la misma moneda. Como la vida misma, unos ganan siempre y otros, aunque algo parezca que ganen en algún momento, siempre pierden. Me ha gustado. Suerte, Georges. Saludos.
ResponderEliminarSí, es una historia sencilla que implica sufrimientos, pero por lo menos la pareja vive una gran pasión. Por desgracia, demasiada gente pasa toda su existencia sin conocer esta vivencia.
EliminarGracias, Jesús.
Saludos.
Me ha gustado mucho tu relato Georges. Narras con prosa sencilla, en 50 palabras, una historia compleja llena de sentimientos. Te felicito. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Chispita, me alegra que la historia te gustara. Es difícil resumir en 50 palabras dos años de amor imposible y siete de torbellino. Necesariamente algo queda fuera. Jaja.
EliminarCordiales saludos para ti, Chispita.
Un relato que ironiza sobre la fragilidad de los sentimientos. Muy bueno, Georges. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Salvador. En algunos casos la ironía es una tabla de salvación a la que aferrarse.
EliminarUn abrazo.
Los movimientos del corazón nos dominan, nos hacen creer que sentimientos y pasiones serán para siempre; pero de repente un día la ceguera termina, es posible mirar más allá y todo cambia.
ResponderEliminarUn relato sobre el amor, la pasión y el desamor, un carrusel lleno de vaivenes, en el que nada se puede dar por sentado.
Un saludo, Georges
Gracias por tu comentario, Ángel. También están quienes se dedican a vivir el momento aunque el “momento” dure años y a pesar de tener una relación muy intensa, no se detienen a pensar si será para siempre. Quizás porque sin analizarlo sienten que la relación no puede tener futuro. Después descubrirán que sí podía haberlo tenido, pero ya será demasiado tarde.
EliminarSaludos, Ángel.
Georges, nos relatas un amor lleno de imposibles. Al menos ha tenido la suerte de vivir la pasión durante un tiempo, aunque al final no pudo ser para siempre.
ResponderEliminarBuen micro, donde ella sale bastante mal parada por ser tan superficial y tan poco fiable en los sentimientos.
Besos.
Pilar, tú has hecho el comentario que esperaba y que comparto: ella sale bastante malparada por superficial y poco fiable en los sentimientos.
EliminarAhora vamos a suponer que al protagonista de esta historia, o de una muy parecida, le gusta escribir. Si para él la relación fue muy importante querrá plasmarla en un relato, pero con la verdad saldría muy malparado, y además parecería que se ufana de su actuación, cuando en realidad se arrepentirá de ella toda su vida. Entonces realizaría unas pequeños modificaciones en el texto: cambiaría “menor” por “mayor”, también algunos pronombres personales y con eso pasaría de villano a víctima. Sería posible. ¿No?
Besos, Pilar.
George, en este caso era ella la que así se reflejaba en el micro. Si la historia cambia, lo único reprochable sería que el amor no sea sincero. Lo haga quién lo haga estará mal, al margen del sexo y de la edad.
EliminarTal vez, en mi caso, es que creo en el amor...
Besos, George.
Vaya, al menos siempre les quedará el torbellino. A veces, hay más verdad en el torbellino que en algunos amores eternos y algunos vientres planos.
ResponderEliminarUn abrazo Georges.
Sí, Raquel. Cuando el torbellino alcanza niveles de huracán y dura lo suficiente, servirá para darle sentido a una vida que luego transcurre armoniosamente por carriles normales pero a la que le falta la locura.
EliminarUn abrazo para ti, Raquel.
Si al principio había obstáculos en este amor, pudieron vivir durante unos años la pasión que los embargaba -hay torbellinos más fugaces-, pero todos estamos sujetos a los caprichos del corazón. Al parecer, ella elige a otro hombre más joven y la noria de los sentimientos vuelve a girar.
ResponderEliminarBuen micro de vaivenes amorosos, Georges. Un fuerte abrazo.
Gracias, Carmen. Como tú bien dices, todos estamos sujetos a los caprichos del corazón. Yo agregaría: “y a nuestra propia torpeza”, que de eso se trató en este caso.
EliminarUn fuerte abrazo para ti, Carmen.
Por Dios, lo del “vientre plano” tiene solución, aunque trabajosa. Pero, en fin, los amores imposibles son eso, imposibles.
ResponderEliminarSaludos, Georges
También lo de los ojos puede tener solución. Lo de la piel fresca es un pelín más difícil.
EliminarEn cuanto a los amores imposibles, no tienen por qué seguir siéndolo siempre. No necesariamente.
Gracias por tu comentario, Plácido.
Saludos.
Esta jugosa historia de amor mueve sus piezas en un tablero resbaladizo, pues la diferencia de edad entre los amantes es óbice evidente que pone a la pasión amorosa fecha de caducidad. Pero la pasión declina hasta en los más jóvenes amantes. El verdor de la primavera deviene mustio con la siguiente estación abrasadora del verano. Luego, pues, muda de casa y se instala en otro corazón. Pienso, estimado, Georges, que es cuestión estacional del amor vivo, intenso y poderoso. Considérate afortunado de que floreciérais juntos aquella primavera, y también, por haber sabido dar este aire de como de ave de paso al trasfondo del relato, que nos recuerda que el amor pasional, como todo lo esencial, aunque sea efímero, es siempre un don que viene a regalarnos la flor de la vida.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Sabes, Manuel, si juntas algunos elementos, como unos ojos increíbles, la clandestinidad de la relación, y un sexo alucinante, la fecha de caducidad puede extenderse notablemente. Claro que a la larga la diferencia de edades pesa, y cuando ves casos de parejas desparejas que continúan malgré tout, te preguntas cómo será realmente esa relación.
EliminarY sí, me considero afortunado, sobre todo al ver en mi entorno mucha gente que nunca vivió ni remotamente algo tan intenso.
En cuanto al aire de ave de paso, es la única forma que pude encontrar para encarar el relato de esta relación que de volátil o light nada tenía.
Muchas gracias por tu comentario, estimado Manuel
Un fuerte abrazo para ti.
A veces lo que la pasión despierta no sabe mantenerlo el corazón. La primera siempre tiene caducidad porque su intensidad se consume y es fácilmente sustituible. El segundo necesita aguas de mayor calado.
ResponderEliminarInteresante reflexión sobre la extendida confusión entre pasión y amor.
Un gran relato Georges, enhorabuena.
Un abrazo.
Lo que dices es tal cual. Un problema adicional es cuando, además de la pasión que comparten, para uno de ellos la relación es un amor de calado oceánico y el otro, por inmaduro, no tiene claro lo que quiere.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Antonio.
Un abrazo.
Me ha encantado tu historia, Geoges. Cuando el amor se convierte en un juego en lugar de un sentimiento el tiempo es el que pone cada cosa en su sitio, para sufrimiento de los que quieren de verdad.
ResponderEliminarAdemás de la historia me ha encantado la forma como la cuentas, pues es de esos micros en los que, aunque sabes que hay cincuenta palabras, da la sensación de ser más largo. Eso para mí tiene muchísimo mérito y es muy difícil de conseguir.
Enhorabuena. Me parece excelente.
Un abrazo.
Pablo
Es lo que tienen las historias soporíferas, pueden tener 50 palabras pero parecen de 300. Jua, jua.
EliminarAhora hablando en serio. No sabes lo estimulante que es para mí que tú me dediques este comentario tan halagador. Realmente, es una gozada y te lo agradezco.
En cuanto al contenido del micro: Es muy cruel hacer sufrir a quien te quiere de verdad. Posiblemente en el momento no seas consciente del dolor que causas y hasta te inventes justificaciones, pero a la larga, si tienes consciencia, esta te pasará la cuenta.
Un fuerte abrazo, Pablo.
Estaba claro que la pasión duraría poco. Pero por lo menos pudo disfrutar esos años de su amor. Al dolor del final de la relación, se suma otro ingrediente y es que hay alguien más en su vida y es más joven que tú.
ResponderEliminarMuy bueno, George. Besos.
Tienes razón, Olga, lo peor de ser abandonado es el ser reemplazado por otra persona y si es más joven que tú, tanto peor. Otra cosa sería si quien te deja se metiese a cura, o a monja. Es mucho más aceptable el ser reemplazado por Dios.
EliminarMe alegra que el micro te gustara.
Besos para ti.
ResponderEliminar"Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama"
Miguel De Cervantes.
“Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos inventados por mí, para tu boca.”
Gabriela Mistral.
"Te dejaré una ilusión envuelta en una promesa de pasión"
Alejandro Sanz.
Querido Georges, estas citas no ayudan, pero es que creo que ya todos han comentado estupendamente el micro. Me ha gustado como has afinado con el amor y la pasión. Un bico.
¡Ah Maite! ¡Cuánto se puede decir sobre el amor! Pareciera que Stendhal lo escribió todo pero siempre queda algo para agregar. Y ni te cuento si son amores desgraciados. Sin ellos no existirían los tangos. Ja, ja.
EliminarGracias por tu comentario, sabes que lo aprecio.
Un gran bico para ti.
Es un micro cargado de belleza y melancolía. Al menos, pudieron disfrutar durante un tiempo ese "amor imposible". Finalmente, la pasión truncó la historia, pero el amor siempre quedará...
ResponderEliminarEnhorabuena, Georges.
Un abrazo.
Gracias, Enrique. Me alegra que vieras belleza y melancolía en el micro. Un amor imposible, o prohibido, tiene un atractivo que lo hace irresistible y si se concreta, termine como termine, habrá valido la pena.
EliminarUn abrazo.
Una historia imposible de un amor que se quedaría en platónico, y cuyo recuerdo pervive a través del tiempo.
ResponderEliminarEsta historia se puede identificar con muchas historias.
Narrado con sutileza y añoranza.
Un saludos, Georges
Que no, María Jesús, que de platónico, na. Primero hubo mucha pasión y después mucho dolor cuando todo terminó.
EliminarSin duda estas historias se repiten, el título debiera ser “Una historia más”, pero sucede que por la intensidad de las emociones liberadas nos creemos que la nuestra es superlativa, y para nosotros no hay huracán más fuerte que el que derriba nuestra casa.
Gracias por tu comentario, María Jesús.
Un saludo.
Delicadeza la tuya, Georges, para desplegar una historia que ya nació como imposible, pues así lo deja bien claro la primera frase, diga lo que diga el resto. Una pena que esa pasión tuviese freno. Hay que mirar la fecha de caducidad de algunos sentimientos. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Cristina. Es muy cierto que habría que mirar la fecha de caducidad de algunos sentimientos. En muchos casos la fecha está ahí, escrita con tubos de neón, en otros es bastante previsible, pero preferimos ignorarla y vivir alegremente basados en una ilusión que, más tarde a más temprano terminará dándonos un buen revolcón. Doy fe.
EliminarUn abrazo para ti, Cristina.
¡Qué bonito es el amor! Aunque sea imposible, qué bonito dejarse enredad en un torbellino, dure lo que dure será bonito.
ResponderEliminarQué bien lo has contado, George... precioso.
Enhorabuena.
Malu.
Gracias, Malu. Tienes razón, no hay nada como dejarse enredar en ese torbellino que nos libera de lo cotidiano y nos hace vivir una fantástica locura. Y si la relación era imposible o prohibida, mucho más.
EliminarBesos.
Lo imposible se hizo posible una vez y duró años, además en forma de torbellino. Mantener esa pasión a lo largo de la vida sí que es imposible. Veo que lo has sabido encarar valorando lo que el amor te brindó en ese momento. Aunque lo difícil es lograr que el recuerdo de esa relación sea sereno y exento de nostalgia. Has logrado plasmar una historia muy intensa con unas palabras muy bien escogidas. Me ha gustado mucho, Georges. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, Juana. No es posible mantener esa pasión a lo largo de la vida. Pienso que quienes se casan media docena de veces, o más, es porque buscan revivir la experiencia del gran amor, aunque no sé si lo conseguirán, o si alguna vez lo conocieron.
EliminarEn cuanto al recuerdo, con los años hasta la nostalgia va perdiendo fuerza. Lo que no se atenúa es arrepentimiento y el sentimiento de culpa cuando fuiste tú quien abandonó.
Me alegra mucho que el micro te gustara.
Un abrazo.
Sin duda una historia remarcable, para quien la pueda vivir, en cuanto se sale de lo habitual, y que dejará una indeleble huella en sus protagonistas. Pienso que el personaje masculino, aun a sabiendas de la dolorosa ruptura, volvería a vivirla de tener ocasión.
ResponderEliminarEstimulante y bello relato, Georges.
Enhorabuena y un abrazo.
Perdona la demora en responder, Enrique.
EliminarSí, visto de dentro la sensación es la de vivir algo extraordinario, pero no conoces las vivencias ajenas y no sabes cuántos casos similares habrá y no te enteras, por eso el título “Una historia” (como puede haber tantas). Yo también pienso que la persona abandonada volvería a vivir la historia a pesar de los pesares. O eso es lo que quiero creer.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.