Vuela
Los columpios se balanceaban acercándonos. El vaivén y la velocidad aumentaban.
"¡Vuela, pajarito!", le susurré en nuestra última actuación de acrobacia, mientras él se soltaba de la barra, estiraba las manos y yo retiraba las mías y lo veía caer.
Abajo, se oyó el llanto de la ayudante del mago.
"¡Vuela, pajarito!", le susurré en nuestra última actuación de acrobacia, mientras él se soltaba de la barra, estiraba las manos y yo retiraba las mías y lo veía caer.
Abajo, se oyó el llanto de la ayudante del mago.
Vengaza, dulce venganza. Me parece que el acróbata y la ayudante del mago... tenían lío. Aunque me parece metafóricamente espléndida, creo que deja algún que otro testigo... ¿Error humano??
ResponderEliminarIngenioso micro Maria Galerna, pues el amor, es como un circo.
Besos.
Como dice la mafia: "Que parezca un accidente". Tener en las manos la vida del mayor de los rivales debe de ser una tentación demasiado fuerte, no menos que el golpe que se ha dado el susodicho. Hubiera sido un gesto de nobleza dejar que volase libre, pero no en picado.
ResponderEliminarUn relato bien estructurado, con un primer párrafo que sitúa la escena. En el segundo se desencadena el drama. En el tercero se desvela todo.
Un saludo, María
Qué bien contada esta cruel venganza. El rival -no sabemos si profesional o amoroso- cae inocentemente en la trampa como un pajarito, mientras el narrador se complace con calculada frialdad.
ResponderEliminarMuy buen micro, María. Un beso.
Me parece que los celos le han jugado una mala pasada a este trapecista. Los llantos de la ayudante del mago son muy delatores.
ResponderEliminarBuen relato, María, me ha gustado.
Un abrazo.
Muy bueno. Además, sino anda Colombo o la Jessica Fletcher por ahí, puede que cuele como accidente laboral. Y hasta puede que alguien acabe cobrando alguna indemnización que otra. Sin bromas, me ha gustado. Suerte y un abrazo, María.
ResponderEliminarUn amante descuidado y un trapecista sin red. Normal que los celos acabaran estrellándolo contra el suelo.
ResponderEliminarMe ha gustado la originalidad de una historia muy bien contada, María.
Felicidades.
Una buena venganza. Lo malo es que se va a quedar sin trabajo.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, María
Hola, María, me gusta mucho la frescura de tu micro y su pícara acidez, tanto como la cabecera que de nuestra página que se ha renovado con el exquisito diseño de ignacio Urtiaga. Felicidades a ambos, a cada cual por lo suyo. Saludos.
ResponderEliminarMaría, leí hace tiempo tu micro pero no tuve tiempo a pararme para decirte lo que me había gustado, así que te lo digo ahora. Un micro muy completo, con una narración de las que gusta leer, que crea unas imágenes nítidas en el lector: ese vuelo, esa retirada de manos, y hasta esa pequeña sonrisilla de la protagonista al ver el cuerpo junto a la ayudante del mago.
ResponderEliminarUna genialidad en resumidas cuentas.
Un beso.
Pablo
Una venganza, bien narrada, tan bien narrada que lo he visto todo. Por favor que no me llamen como testigo.
ResponderEliminarQué final tan trágico. Parece que la intención de retirar las manos ha cumplido su premeditado fin. Enhorabuena, María; el micro no pasa indiferente.
ResponderEliminarBesos. Enrique
Contundentes y muy acertadas estas cincuenta. No se podía relatar de mejor manera ese accidente labora. Un abrazo, María.
ResponderEliminar¡Ay, qué golpe! Una venganza de altura.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Malu.
Lo has contado con unas imágenes tan visuales que hasta nos ha dolido el golpe del pobre trapecista y hemos escuchado el llanto de la ayudante del mago. Muy cruel, pero muy bien contada esta venganza. Felicidades, María. Saludos.
ResponderEliminarMaría, genial forma de explicar un suceso que no parece un accidente... Felicidades. Feliz año 2018. Un abrazo.
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