Carroñeros
Fueron unos asesinos ahítos de ideología independentista los que me hicieron viuda. Llamadme Juani, como él. A quien el desalmado encapuchado disparó un tiro en la cabeza. Al poco tuve que escuchar de ellos: "Ya está donde debía estar". Sí, cualquier buitre hubiera pasado vergüenza ajena de haberlo oído decir.
Carmelo, un relato impactante. Me has hecho recordar los anos 80 y 90.. cuando estos carroñeros deambulaban llenando de terror nuestras vidas, en donde en muchas ocasiones, la mayoría las víctimas eran doblemente víctimas.
ResponderEliminarLo has escrito de forma excelente haciendo sentir lo que siente esta viuda, y poco más puedo decir, me parece un relato extraordinario y valiente.
un abrazo.
Hola, Carmelo.
ResponderEliminarImpactante tu texto, como aquella bala asesina que nunca debió ser disparada. Pero si el ser humano somos dependientes de todo. Independizarse de qué. Que se independicen de no matar o lesionar y ya les vale. Parece mentira que hayan ocurrido y pudieran suceder cosas así. Buen texto, y valiente como dice Javier. Enhorabuena y un abrazo.
Tu relato transpira dolor...mucho dolor. Lo tópico es decir que nada hay que valga una vida, pero es la pura verdad.
ResponderEliminarLa esperanza del final de la sinrazón es lo que tenemos que cultivar para que las malas hierbas ya no vuelvan a crecer.
Impactante y duro, Carmelo.
Un saludo
Queridos Javier, Eduardo y Rafael:
EliminarNo sabéis cuánto os agradezco vuestros comentarios.
Un escritor de verdad es alguien con coraje para afrontar la realidad, incluida su parte más desgarradora. Una persona valerosa, empática y comprometida. Ahora entenderéis la temperatura altísima de mi agradecimiento hacia vosotros. Y mi admiración porque antes que buenos escritores, que lo sois, me da la sensación de que sois personas admirables. Sin duda.
Con mi admiración, os envío un fuerte abrazo!
El desgarro arrastra su cola de púas sobre el dolor de los inocentes. La denuncia levanta su duelo sobre la sangre derramada de la víctima.Cuando el odio se convierte en juez y verdugo de una causa, la injusticia está servida, sea en como en el caso de tu relato amparada con un discurso ideológico, o sea, como en otros, la explotación de recursos y el interés económico contrapuesto frente a quienes defienden lo que es de justicia.
ResponderEliminarLo que me parece aún más muestra de intolerancia, si cabe, es la ignominia que preside la jactancia de los que aplauden al ejecutor celebrando la muerte con sus comentarios de desprecio.
Un relato que nos muestra una realidad nada lejana de nuestros días de ahora y que, sin embargo, por su barbarie parece propia de tiempos lejanos.
Impactante y crudo relato, Carmelo. Ojalá nunca tengamos que volver a hablar en presente de temas tales. Un fuerte abrazo.
Admirado Manuel, un comentario el tuyo redondo como el fondo de la lucidez y la bondad. Sí, yo los veo redondos, si es que no son el mismo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, campeón!
Ninguna ideología, sea del tipo que sea, merece que se asesine a las personas a sangra fría. Nada justifica la mayor de las atrocidades, que echa por tierra lo que de verdad o respetable pudiera haber en cualquier idea. Segar una vida y destrozar a la vez otras muchas no tiene sentido, ni es de justicia, ni tiene justificación. Los buitres tendrán mala fama, bastante injustificada, porque realizan una labor ecológica, pero son unos seres nobles al lado de ciertos humanos.
ResponderEliminarUn relato que no admite medias tintas.
Un abrazo, Carmelo
Qué pena que no se pueda coger una goma y borrar algunos episodios de la historia. Devolver la vida a todos aquellos que fueron víctimas de la intolerancia y el fanatismo. En estas tierras sabemos mucho de eso. Me encanta la canción de Antonio Flores "Si pudiera". Esa que dice:
ResponderEliminar"Si pudiera explicar
Las vidas que quité
Si pudiera quemar
Las armas que use
No dudaría
No dudaría en volver a reír
Prometo ver la alegría
Escarmentar de la experiencia
Pero nunca, nunca mas
Usar la violencia"
Etc.
Un micro-denuncia muy valiente y necesario, Carmelo. Un abrazo.
Veo que a la letra de la canción le faltan algunos acentos. Es lo que tiene el copia y pega.
ResponderEliminarUn relato lleno de fuerza. Un grito quieto, pero desgarrador, causado por la sinrazón y el fanatismo del que se siente poderoso e intocable por llevar una pistola. Verdugos cobardes que, bajo el terror, destrozaron muchas vidas. Gran micro, Carmelo, felicidades. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Ángel, Juana y Matrioska por vuestros amables comentarios.
ResponderEliminarEl paso del tiempo y la desmemoria, el trajín de la vida, contribuye a banalizar hasta los mismísimos crímenes y cretineces asociadas a ellos.
En mi opinión, es pertinente dejar constancia escrita de ellos. Así, además de acompañar a las víctimas, que no es poco, se alerta a al sociedad confusa por los efectos del terror. Se defiende de este modo a la malherida dignidad colectiva. Reparar las mentiras y el morboso silencio en torno. Esto creo.
Saludos!
Poco más puedo comentar, ya te lo han dicho todo y en todo estoy con ellos. Siento llegar tarde. Un beso.
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