Chat(ina)
Dibujó sus curvas mentalmente, poniendo cada trazo virtual al servicio del más pecaminoso deseo. Solo imaginarla le llevó a experimentar sensaciones jamás conocidas, ni en precoces contactos con el universo del placer. Pero cuando ella identificó su corbata fucsia, tras aquel impecable cristal, habría deseado convertirse en el hombre invisible.
Hubo un error con este microrrelato, que quedó como "invisible" hasta hoy (casi cuatro días más tarde). Siento mucho el despiste.
ResponderEliminarNo te preocupes, Álex. Me resultaba extraño, pero lo importante es que ya está publicado. Más vale tarde que nunca. Muchas gracias.
EliminarUn besito.
María José, lo primero decirte que me alegra y mucho volverte a leer, espero que esos ánimos estén mejor. Te mando todo mi cariño.
ResponderEliminarAhora centrándome en tu relato, cuantas perfectamente lo que ocurre en muchas ocasiones cuando se dan a conocer las amistades virtuales. El plasma, la pantalla y el papel, son muy sufridos y pueden llevar a engaños, como le ha ocurrido a tu protagonista, como al ver la realidad quiere ser el hombre invisible.
El título muy bien conseguido.
Me ha gustado. María José.
Besos.
Hola, querido Javier. Muchas gracias por tus palabras de ánimo y cariño; la verdad es que me reconfortan bastante. Intento, día a día, hacer vida normal dentro de lo posible. La Navidad, te puedo decir que ni me he enterado de ella. Me propuse aislarme de jolgorios por falta de ganas, y, por fin, ya es día 8.
EliminarMi relato va exactamente de eso, de los engaños que a menudo conllevan las relaciones virtuales. Edad, aspecto físico, profesión, intenciones, etc. Todo se presta a ser omitido o alterado. Lo da la situación.
En este caso, parece que el protagonista esperaba algo diferente para bien o para mal. Lo dejo a gusto del consumidor.
Besitos, Javier. Inmensas gracias por tu renovada acogida.
Desde el título, que se lo apropiaría Arturo Fernández para uso propio en algún vodevil si lo leyese, hasta el desenlace, el micro es un placer por la cuidada escritura que nos traslada desde la encendida imaginación del protagonista a su "trágame tierra" en el desenlace.
ResponderEliminarNada o casi nada en la vida se parece a lo que la imaginación nos pinta.En la mente se hincha enorme la ilusión; la realidad, como en tu micro, se encarga tantas veces de deshincharla.
Enhorabuena, Mª José. Un abrazo.
Hola, mi estimado Manuel. Enhorabuena a ti por tu reciente premio cincuentero. Me lo ha dicho un pajarito. Te mereces todo lo mejor.
EliminarComo le acabo de comentar a Javier, intento sacar fuerzas a diario para seguir luchando. Me cuesta, lo confieso.
Realidad virtual o realidad tangible. La segunda suele ser más fiel a la verdad, aunque igualmente se puede aparentar algo que no se es. Lo que está por conocerse, el componente del misterio añade fuerza atractiva. Después viene el ¡plof! o el sentirse en desventaja respecto a la persona que tienes delante. La tecnología abre nuevos campos, con mayor o menor acierto de uso.
Muchas gracias por leerme de nuevo.
Besitos.
Un beso grande, María José, ánimo.
EliminarMuchas gracias, Manuel. Un besazo.
EliminarHola, María José.
ResponderEliminarDeseando hayas superado lo que te tenía a mal traer, te digo que escribes en corto como en largo. De matrícula de honor. El cazador cazado, desenmascarado, pillado in fraganti. Y ella le conocía. ¿Su mujer? ¿Su esposa? ¿Su secretaria? ¿Su prima? ¿Su vecina? El protagonista no era capaz de actuar in person. Se valía de la informática para erotizarse. Y encima con esa corbata. Un ser aborrecible. Hay que dar la cara, y la del alma, aunque te la hagan añicos. Lo virtual es lo que tiene. Los mundos ideales, idealizados, se vienen abajo, como castillos de arena, frente a la perspectiva que dibuja la realidad. Convivimos con esfuerzo. Mi más muy enhorabuena y un beso grande. Feliz todo para ti siempre.
Eduardo, mi apreciado y fiel comentarista. Me encanta verte por estos lares. Antes que nada, mandarte muchos besitos para Edu, y para ti, por supuesto.
EliminarSiempre consigues arrancarme una sonrisilla, pese a encontrarme decaida. La falta de demasiados seres queridos se acentúa en las fiestas; se lleva mal.
Matrículas de honor, las que tú consigues con tus letras. Las que escribes para concursar y las que nos dedicas a los compañeros al comentar. En ellas va todo tu corazón, además de tu arte.
Llevás razón, hay que dar la cara. Lo virtual es muy cómodo como escudo para esconderse y protegerse, pero donde se ponga una mirada directa a los ojos...
Virtualidad y realidad raramente coinciden al completo.
Un beso enorme para ti. Muchas gracias, Eduardo.
Es lo que tiene parapetarse tras una pantalla en el anonimato y dejar libre la imaginación, que en más de una ocasión, la realidad te da un sopapo. ;-)
ResponderEliminarLlevaba unos meses sin poder participar, así que es la primera vez que te leo y ha sido todo un placer. Felicidades por el micro y un beso.
Hola, Matrioska. Precioso seudónimo. Un inmenso placer ha sido para mí que me leas. Yo también he estado ausente un tiempecillo.
EliminarEl anonimato es un peligroso arma en este tipo de relaciones. Bajo el mismo se pueden esconder millares de circunstancias desfavorables, algunas verdaderamente importantes. El riesgo que se corre es grande. A veces sale bien, claro. El factor suerte juega un papel decisivo, como en otros aspectos de la vida.
Muchas gracias, guapa.
Besitos.
Resulta agradable volver a disfrutar con tus letras, María José.
ResponderEliminarLas de hoy me han dibujado, no las curvas, sino la virtualidad de nuestros pensamientos y obsesiones, y el desencanto cuando éstos no se nos ofrecen a través de un monitor sino cara a cara.
Real como la vida misma, amiga.
Te deseo lo mejor para el 2018 y años venideros.
Besito "virtual"
Hola, María Jesús. A mí también me alegra mucho volver a verte por aquí, comentando mis letrillas. La imaginación nos lleva a deleitarnos con nuestros propios pensamientos, los configuramos a voluntad para recrearnos en el resultado de esa proyección mental. Pero luego, como tú bien señalas, llega el momento de la verdad, de la cruda realidad. Y te pegas el batacazo.
EliminarMuchas gracias, bonita. Muchísima felicidad para ti también.
Besitos.
La imaginación corre como caballo desbocado. Nadie sabe qué hay tras un avatar. El problema está en enfrentarse al mundo real. Aunque siempre te puedes encontrar máscaras, es mucho más sencillo mirar. La corbata fucsia está muy bien elegida como elemento disuasorio.
ResponderEliminarMaría José, te envío mis mejores deseos y un beso enorme.
Ay, mi Carmen. He echado de menos esa ternura que desprendes, amiga. Y la belleza de tus textos. Es que la buena gente siempre se lleva en el corazón.
EliminarEsta coexistencia de lo virtual y lo real cederá el paso, con el tiempo, a la virtualidad extrema. Es mi opinión. Y no solo en el ámbito de las relaciones sino en el profesional, laboral, etc. Todo está automatizado. El futuro así lo impone.
Muchas gracias, preciosa.
Besitos.
El título ha creado un personaje ideal para la historia, me ha hecho reír y bien me gustaría saber que es lo que apareció en la pantalla. Un beso y deseo que tu ánimo mejore.
ResponderEliminarMaite, perdona, te he contestado en comentario y no en respuesta a comentario. Imagino que da igual. Es que escribo sin fijarme. Besos.
EliminarMuchas gracias, Maite. Estoy pasando por momentos muy duros, que no le deseo a nadie. Pérdida de seres queridos. Con eso se dice todo.
EliminarMi historia (interpretable a gusto de cada uno) trata de dos personas que se conocen por chat, se enamoran de sus voces, pero reservan el verse físicamente al momento final del microrrelato. Quedan en una cafetería para conocerse en persona, él se pone una corbata a fin de que ella lo reconozca a kilómetros; sin embargo, el submundo en el que el chico ha vivido el tiempo de relación virtual se desmorona cuando percibe que la chica lo ha reconocido y ella no es lo que decía ser. Un chasco.
Besitos, guapa.
Conocer, reconocer, conocer, reconocer... Mucho conocimiento he metido en el texto. Eso tiene escribir desde un Ipad. Ya no sabes ni lo que has puesto.
EliminarGracias, guapa. Un abrazo y un beso fuerte.
EliminarEl amor virtual se nutre de la imaginación y enmascara las emociones que la realidad atempera. Muy buen micro sobre la desilusión. Mucho ánimo, María José. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Salvador, por tu valoración y tus buenos deseos. Exactamente, imaginar es libre, ahí radica la enorme discordancia con la realidad. Lo real de libre no tiene nada. El pedestal no parece buen sitio para colocar a la persona que aún no sabes si te va a hacer revolotear mariposillas.
EliminarBesitos, querido amigo.
Si en el mundo real hay desilusión... imagínate en el virtual. Tú lo reflejas fenomenal. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marco. Es la idea que quería transmitir: la desilusión. Una cosa es una voz sugestiva, y otra diferente el físico al que corresponde esa voz. A veces no tienen nada que ver.
EliminarBesitos.
M. José, ante todo me alegro mucho de volver a leerte. Se te echaba de menos. Mucho ánimo y mucha fuerza para seguir adelante.
ResponderEliminarLas relaciones de amor o de amistad que se entablan en las redes sociales suelen ser engañosas. Mucho lobo se disfraza de cordero amparado por un avatar. Cuando llega el momento de desvirtualizarse es cuando surgen los problemas y las decepciones. Si las relaciones con las personas que tenemos en nuestro círculo cercano no nos garantizan que no cometamos errores, las que tienen lugar desde el anonimato muchísimo menos, conllevan muchos más riesgos.
Muy bueno y actual tu micro. Enhorabuena.
Besos apretados, amiga.
Muchas gracias, preciosa. La virtualidad es un escondrijo fácil para toda clase de mentiras. Y las personas, que se creen tantas cosas maravillosas de quien está al otro lado, pecan a menudo de ilusas. Yo creo que en el equilibrio está el acierto. Y en no dejarse llevar por la emoción de lo imaginable.
EliminarBesitos, querida Pilar.
Yo también te he echado de menos, Pilar. Eres una bellísima persona.
EliminarBesitos, preciosa.
Quizas le fuera mejor al hombre invisible asumir con naturalidad que le han pillado y retomar su relación con la persona del otro lado de la pantalla, añadiéndole el picante añadido que las nuevas tecnologías permiten.
ResponderEliminarPor lo demás, fuerza y ánimo, María José.
Carles, muchísimas gracias por tu comentario y tus palabras de aliento. Se agradece mucho el cariño.
EliminarLlevas razón. Tú manera de interpretar el texto y la solución que aportas a la situación, me parece de lo más acertado. La de cosas que se esconden cuando te ampara el no dar la cara...
Besitos, querido amigo.
Hasta la fantasía tiene su lado oscuro, y es su egocéntrica tendencia a menospreciar la realidad.
ResponderEliminarIdealizar el deseo puede desinflar las ansias más firmes, así que, a nuestro amigo de la corbata fucsia, más le vale aprender a imaginar con los pies en el suelo.
Nos ha faltado saber la cara que pondría nuestra 'chatina', daría para otro relato.
Un placer volver a leer un relato tuyo, María José.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Antonio, y mi más sincera enhorabuena por tu merecido premio.
EliminarEl egocentrismo hace que las personas crean que el mundo debe girar en torno a sus apetencias y gustos. Este individuo se monta su historia sobre una damisela perfecta, pero el cubo de hielo le cae cuando la “cruda” realidad hace acto de presencia. Eso tiene la imaginación.
Besitos, Antonio. Gracias de nuevo.