Letargo divino
Cuando Dios despertó, los dinosaurios aún estaban allí.
Todavía faltaba mucho tiempo para su segura extinción y para la aparición del primer hombre y, con ello, del primer delirio religioso de la futura humanidad.
Aliviado, puso el despertador para después de varios millones de años y volvió a dormirse profundamente.
Todavía faltaba mucho tiempo para su segura extinción y para la aparición del primer hombre y, con ello, del primer delirio religioso de la futura humanidad.
Aliviado, puso el despertador para después de varios millones de años y volvió a dormirse profundamente.
Has logrado transmitir una sensación de inmensidad espacio-temporal insospechable en un relato tan breve. Intuyo que esa larga siesta podría estar contenida dentro del séptimo día, y que para el todopoderoso desde siempre ha habido pormenores de su propia creación que no le han interesado mucho. Aunque es evidente que hay mucho sobre lo que comentar en estas pocas palabras.
ResponderEliminarGran relato en mi opinión, amigo Daniel.
Enhorabuena y suerte.
Un abrazo.
Hola, Daniel.
ResponderEliminarDios, el hombre, la religión. Ahí es nada. La religión como delirio. Un Dios sesteando. Ese Dios crónico y desentendido, como he escrito en algún relato largo. Y el hombre, esa pasión inútil, que dejó dicho Malraux. Como leí en Internet: si Dios existe debe tener una buena disculpa. No nos permitiría llevar la vida que llevamos. Muy buen texto. Buenísimo. Hasta la involucración de los dinosaurios, jugando con la intertextualidad, gran recurso del microrrelato. Un abrazo grande.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl Creador, en el principio de los tiempos, podía dormitar tranquilo, pero no desde que apareció esa criatura a su imagen y semejanza, capaz de pensar en algo más que en buscar comida y reproducirse. Un experimento interesante, sin duda, pero también generador de mil quebradores de cabeza, incluso para el ente más divino. Más le vale estar bien despierto, porque con esas criaturas nunca se sabe.
ResponderEliminarUn relato muy interesante y con alusión clara al famoso dinosaurio, con lo difícil que es sacarle cosas nuevas después de tanto como se ha escrito sobre él.
Un abrazo, Daniel
Excelente micro, desde donde lo mire, hay mito, hay literatura, hay historia natural, cuentas muchas cosas en unas breves lineas,felicitaciones.
ResponderEliminarYo también creo, como Enrique, que con solo cincuenta palabras has abierto una dimensión extraordinaria en la página, como si la original forma de abordar el texto de Monterroso, hubiera conjugado un agujero de gusano capaz de trasladarnos en el tiempo y el espacio.
ResponderEliminarMe parece genial tanto en forma como en fondo. Saludos, Daniel.
Ahora que lo leo, me parece un genial relato.
ResponderEliminarSí señor.
Excelente micro, Daniel. Conjugar el Génesis con la evolución del planeta y poblado con el dinosaurio de Monterroso es una genialidad.
ResponderEliminarEnhorabuena por ser finalista y un gran abrazo.
Me encanta el guiño a Moterroso. Muy bueno. Un beso.
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