Semejanza
Cuando Dios terminó de formar a la tierra, algo en ella no le gustó y quiso destruirla, pero el esfuerzo de llenar con agua los ríos y océanos, plantar árboles y distribuir animales lo agotó mucho: tenía que descansar. Fue entonces cuando le vino la idea de crear al hombre.
Pues sí, Dios creo el ser perfecto para destruir la tierra, no hace falta que se preocupe de más. Un relato que esconde de forma genial una crítica hacía nosotros mismos y que lo has sabido ocultar hasta el final.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un abrazo, Beto.
Después de un trabajo agotador lo mejor es conseguir un ayudante que se deshaga de lo que no nos gusta. Gracias Javier, es un lujo recibir tu comentario.
EliminarSaludos.
Pienso como Javier. Muy buena autocrítica al los más «inteligentes», que nos estamos destruyendo día a día. APLAUSOS.
ResponderEliminarSe nos ha metido entre cejas destruir este planeta, es como si tuviéramos un mandato divino para hacerlo. Gracias Omar, por acercarte a mi relato y dejar tu comentario.
EliminarSaludos.
Lo mejor después de un gran bello trabajo es dejarlo reposar. Seguramente creado un humano menos destructor. Un beso.
ResponderEliminarParece ser que los perfeccionistas nunca están satisfechos con sus trabajos. Destruyen obras que, en la apreciación de los demás, parecen perfectas. Gracias Maite, por la gentileza de dejar su comentario.
EliminarSaludos.
Y lo clavó, vaya si lo clavó.
ResponderEliminarExcelente, Beto.
Enhorabuena.
Muchas gracias Rafa. Tu comentario, como siempre, halagador.
EliminarSaludos.
Pues el "descanso divino" ha resultado manifiestamente mejorable..
ResponderEliminarBuen relato, Beto.
No es bueno ponerse a crear cosas cuando uno está cansado. Gracias Rafael, por la lectura y el comentario.
EliminarSaludos.
Nadie mejor para destruir su entorno y a sí mismos que esas criaturas hechas, en principio, a imagen y semejanza de su Creador. Hasta el ser más todopoderoso merece un descanso. Siendo quien es bien puede delegar en otros el trabajo siempre ingrato de hacer borrón y cuenta nueva.
ResponderEliminarMuy buen relato, Beto, por su trasfondo y por lo que cuentas sin decirlo.
Un abrazo
Eso de la “imagen y semejanza”siempre me ha resultado sospechoso. Creo que algo distrajo al Creador mientras moldeaba el barro. Muchas gracias Ángel, por tu gentil comentario.
EliminarSaludos.
Para reflexionar, Beto.
ResponderEliminarBien contado.
Saludos desde allende los mares.
Si Maria Jesús, hay historias que ponen a uno a reflexionar y entonces uno se pone a escribir y sale un 50 palabras como éste. Muchas gracias por dejarme, siempre, sus comentarios.
EliminarSaludos desde mi media isla.
QQue ocurrente el "Homo Destructor" a imagen y semejanza divina. Menudo ejemplo, menudo relato. Felicidades. Tellamarán ateo pero eres un buen escritor.
ResponderEliminarun abrazo, y sigue escribiendo aunque destruyas mitps
Uno de los miedos de mi madre era que yo me convirtiera en ateo, me parece que era porque, a veces le soltaba una irreverencia como esta. Gracias José María, por pasar por mi relato y dejar tu halagador comentario.
EliminarSaludos.
Parece que entre las cualidades de Dios no figura la de incansable.
ResponderEliminarBuen relato, Beto.
No es lo que dicen, supuestamente descansó el (séptimo día) sábado. Muchas gracias Antonio, por tu gentil comentario.
EliminarSaludos.
Efectivamente, viendo cómo se comporta el hombre, diríase que actúa ejecutando órdenes que le llegan desde arriba. Pero creo que no hay que subir tan alto, los intereses terrenales son suficientes para la autodestrucción. Somos así de absurdos y contradictorios. Un micro muy interesante para la reflexión. Felicidades, Beto. Un abrazo.
ResponderEliminarUn zas en toda la boca para esta especie invasora y destructora que de racional tiene lo justo. No hay más que ver lo estúpidamente empeñados que estamos en destruir todo lo que nos permite estar vivos. Un micro muy bueno, Beto, felicidades. Un saludo.
ResponderEliminarNos creemos los amos del universo y solo somos el brazo destructor del Divino. Un relato mordaz y punzante. Muy bueno, Beto. Un abrazo.
ResponderEliminarJuna Igarreta, Matrioska y Salvador. Gracias por la amabilidad de sus comentarios.
ResponderEliminarSaludos.