Consecuencias del punto final
Fallecido el personaje principal, el escritor dio por terminada la historia. Entonces, un ruido en forma de llanto llenó la habitación. No era posible, pero tal vez… Tomó asiento y continuó: "Pero no estaba muerto...". Volvió el silencio a la habitación.
No había reparado en la pobre esposa del protagonista.
No había reparado en la pobre esposa del protagonista.
Me ha encantado, Ignacio. Una historia en la que das vida, y lo digo literalmente, a tus personajes y en la que afloran cada uno de sus sentimientos. Gran detalle el del autor al resucitar a ese marido, espero que lo dejase en buenas condiciones 😁.
ResponderEliminarUn relato muy original e imaginativo. De los que me gustan mucho.
Un abrazo.
Pablo.
Gracias, viniendo de ti, un verdadero honor.
EliminarHola, Ignacio.
ResponderEliminarDemuestras con tu texto hasta dónde puede llegar la ficción de cara al lector, pero también como puede condicionar al escritor mismo y hacerle caminar por derroteros no presupuestados en principio. La tesis de Chejov, la de ir descubriendo al personaje conforme se escribe frente a la de Edgar Allan Poe, defensor del texto que persigue el final imaginado en primer lugar y escrito en base a él, que lo condiciona todo. Tu escritor se muestra muy humano y piensa en la viuda, a la que debe suponer embargada por la pena. Y a lo mejor se equivoca y corrige al escritor llevándole a su inicial postura de dar muerte a su personaje masculino. Es, como dice Pablo, un texto muy original e imaginativo que también a mí me gusta mucho. Enhorabuena y un abrazo.
No es solo por ti, Eduardo, pero os pediría, en general, que no pongáis comentarios escritos mil veces mejor que el relato, que lo empequeñeceis...;)
EliminarNo quita que esté superagradecido por tus comentarios, of course. Un abrazo.
No pides tu ná. Con lo que le gusta a alguno el figurar.
EliminarLos personajes son carne propia del autor y así lo refleja este relato que, a los comentarios precedentes me remito, pues ni puedo decirlo mejor ni más claro. Muy original el hilo que creas entre ficción y realidad, sin olvidarnos que estamos, a su vez, dentro de la irrealidad que marca tu punto final.
ResponderEliminarEn la próxima Ignacio, espero departir de nuevo contigo y celebrar. Un abrazo.
Prometo una charla más extensa para la próxima, Manuel. Gracias por el comentario.
EliminarAl próximo relato, seguro que el "prota" logra salirse con la suya..¡Qué dura la vida del escritor al que se le entrecruzan los argumentos! jeje
ResponderEliminarTú y yo tenemos un informal acuerdo sobre los comentarios "merengosos"..¡y pienso cumplirlo, Iñaki!
Debieras haber puesto un poco más de empeño en evitar la presencia de esa esposa, a la que yo intuyo que le has deparado un papel siniestro en la culminación de tu historia...¿me equivoco?
O, a lo mejor estoy pensando en una trama diferente...tal vez...Puede que la "pobre esposa" haya conseguido revivir a su esposo, con unos masajes de cardio apropiados...
Bueno, en todo caso, me has hecho pasar un rato entretenido...¡ a ver si te esmeras un poco más..! jeje
Un sincero abrazo, amigo...¡ahhh y enhorabuena por lo deportivo!
Sinceramente, relato mejorable. La idea es notable, muy muy buena, pero ha faltado calidad en la redacción para estar a la altura. ¿Desde cuándo es un ruido un llanto? Un poco de dominio del lenguaje y cierta amplitud de vocabulario no te vendría mal. Palabras como letanía, susurro o lamento hubiesen estado bien empleadas. ¿Y esa redudancia con el uso de la habitación? Lo mismo: estancia, recinto... llenarían de fuerza el texto.
EliminarNo sé, es como si el moderador te hubiese rechazado un texto similar por ser una reflexión y en cinco minutos hubieras apañado otro.
¡Hay que ver! No solo hay que contar palabras, hay que usar las precisas. Así en la vida te verás en una final.
Un abrazo, y suerte para la próxima vez.
Al final nos echa, Álex, ya verás...
Eliminar¡¡Que se atreva...!!
EliminarMuy creativo el relato, como creativa es la imaginación de ambos autores (el de ficción y el real). Me has tenido en vilo hasta el final.
ResponderEliminarSaludos y suerte, Ignacio.
Ese autor, a efectos de su oficio literario, ha hecho gala de grandes cualidades. Por un lado, ha creado personajes y situaciones tan potentes que se puede decir, de forma literal, que tienen vida propia. Por otro, a nivel humano, demuestra tener empatía y piedad. Él también es un personaje en sí mismo, dentro de un juego en el que los mundos de la realidad y de la ficción interactúan, en un relato muy bien pensado y construido.
ResponderEliminarUn abrazo y (te lo tengo que decir): felicidades por los logros de ese gran "Lega".
Creas ficción dentro de la propia ficción, Ignacio. Intento explicarme: En la ficción propia de este cincuenta hay un escritor que da por terminada su obra con la muerte del protagonista. Pero el llanto que escucha ya no lo escribe él. Pertenece a un segundo plano ficticio. Lo curioso es que se siente obligado a reparar el daño y vuelve de nuevo a rehacer la historia. La existencia del llanto de la viuda hace más verosímil al escritor.
ResponderEliminarMe encanta ese juego de planos entre realidad y ficción, así como el personaje del escritor y su humanidad.
Un micro magnífico. Besos.
Un punto final que da carpetazo y desenlace a la vida del protagonista. Pero los demás personajes claman su propio protagonismo y seguir su camino. Muy bueno, Ignacio. Un abrazo.
ResponderEliminarIgnacio, me encanta tu ingenio. Nos dejas un relato donde el creador del mismo lo piensa dos veces y decide no matar o no dejar morir a un personaje para no dañar a su pareja... Eso es creatividad y lo demás es tontería... Claro, ¿de qué me asombro? ¡Si lo has escrito tú, Mr. Genius!
ResponderEliminarEnhorabuena, una historia genial.
Un beso grande.
Malu.
Pd. Aunque ya te lo he dicho muchas veces por diferentes vías, mil gracias por todo, eres muy grande.
Un buen autor no es solo el que sabe crear personajes "reales", es el que consigue que, después de creados, tengan vida propia. Me ha encantado tu relato, Ignacio, enhorabuena. Un beso.
ResponderEliminarBravo, eres un buen escritor. Me has hecho reír. Estupendo. Un beso.
ResponderEliminarEs tan buen escritor que consigue que sus personajes se vuelven reales. La esposa del fallecido reclama su espacio. ¿Lo harán también los demás personajes?
ResponderEliminarAhora yo me pregunto: ¿Quien es el personaje y quien el autor?
Muy bueno. Besotes.
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ResponderEliminarTu micro me ha hecho recordar cuando leí una de mis primeras novelas; quería saber en qué terminaría, pero no quería terminarlo. Los finales son determinantes en una história cuando son bien contadas, pero el punto final es sin duda el broche de oro. Felicidades, me ha gustado mucho.
ResponderEliminar...estaba de parrannnndaaaa.
ResponderEliminarAhora en serio, Yo he tenido esa misma sensación que transmite tu texto; la de comprobar que un relato decide su propio recorrido, o incluso su propio desenlace, más allá de lo que uno tenía pensado para el.
Me parece un enfoque muy bueno el que has elegido para contarlo, al igual que la estructuración del diálogo. Felicidades.
Un abrazo, Ignacio.
(Un placer compartir mesa contigo)
¡Qué miedito! Habrá que tener cuidado con lo que una escribe. No me gustaría pasar por la experiencia del protagonista y que se me queje alguno de los personajes...
ResponderEliminarMuy original, Ignacio. Un abrazo.