Descenso a los infiernos
Cuando sus ojos se cerraron a la luz para siempre, su alma fue juzgada y condenada. Vagó por espacios siderales hasta las mismas puertas del Averno.
Satán lo atrajo con maléfica fuerza. Atravesó el estrecho túnel y lloró. Lo envolvieron unas manos gélidas y la frialdad del quirófano.
Todos sonrieron.
Satán lo atrajo con maléfica fuerza. Atravesó el estrecho túnel y lloró. Lo envolvieron unas manos gélidas y la frialdad del quirófano.
Todos sonrieron.
Creo deducir que los "sonrientes" tendrían algún motivo.
ResponderEliminarDe poco vale llorar delante de Lucifer, si es que existe; ya está "todo el pescado vendido".
Buen relato, Carmen. Un saludo.
Quizá sonríen porque se congratulan de la llegada de otra alma a ese Infierno.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Rafael. Un abrazo.
En tu relato creo que podrían caber dos posibles interpretaciones. Un hombre llega al peor de los destinos, el que se ha ganado durante su existencia. La prueba de su perfidia se encuentra en las sonrisas de las personas que le conocieron y se alegran de que ya no esté en el mundo, como si fuese un mal del que se han librado. Ésta sería la explicación más plausible, ya dice bien claro que "sus ojos se cerraron a la luz para siempre", con lo que no habría vuelta atrás. Pese a ello, a mí me parece ver otra más amable, en la que el protagonista, por así decirlo, le ha visto las orejas al lobo, pero los médicos le han salvado y esos lloros, que indican arrepentimiento, también suponen un vuelco en su vida para convertirse en una persona distinta mientras aprovecha esa segunda oportunidad que se le brinda. Algunos necesitan ser espoleados con lo peor para cambiar a mejor.
ResponderEliminarUn relato muy interesante, Carmen
Te mando un abrazo grande
Hola, Carmen, querida amiga.
EliminarTexto magníficamente escrito, para empezar. Un personaje que muere y va al infierno del Dante. El título avala el aserto. Ese final tan desconcertante, lo interpreto como que esa alma se ha reencarnado en un nasciturus, que atraviesa el canal del parto, nace a la luz y los circunstantes sonríen. Se ha operado una reencarnación tras el descenso de tu protagonista a los infiernos. Una nueva oportunidad para ser bueno y merecer el cielo o volver a ser malo y pasar por el infierno y vuelta a empezar. No creo en Dios, ni en dioses, pero quizá sí en Satanás, que encarna el principio del mal, pues viendo como está el mundo... Es un micro buenísimo, en definitiva. Un beso muy muy fuerte y, como repito porque me gusta mucho desear que suceda: feliz todo para ti siempre.
Os contesto en este recuadro a los dos, Ángel y Eduardo. No puedo entrar en el de la respuesta de Ángel directamente.
EliminarLas dos dos interpretaciones que ofreces, Ángel, son muy interesantes. La primera, más pesimista, se acerca a la idea que en principio me llevó a escribir el micro, el descenso al Infierno por la maldad del personaje. La segunda es más amable, como bien dices, y más esperanzadora, una segunda oportunidad para replantearse su conducta. Viniendo de ti, no es de extrañar, siempre buscando esa luz que reconforta desde la oscuridad del mundo en el que vivimos.
Muchísimas gracias por tu aportación. Besos.
El Infierno no sé si existe, Eduardo. Pongamos que en el texto, sí. Y Satanás habita entre los humanos bajo múltiples máscaras. La maldad, la injusticia o la violencia, por citar algunos ejemplos, las podemos observar a diario. Veremos qué va a ser del nasciturus en este mundo. Personalmente, creo que la reencarnación es más un castigo que una esperanza.
Muchísimas gracias por tus cálidas palabras. Besos.
"Y es que éste mundo es el mismo infierno". Eso es lo que algunos dicen.
ResponderEliminarEl pequeño recién nacido no sabe a qué mundo frívolo ha llegado, su alma y cuerpo ya es desde su nacimiento juzgado por quienes ni su nombre conocen.
Y ¿Porqué sonríen? ¿Es hipocresía?
O ¿Creen que éste mundo frívolo también tiene un lado maravilloso?
Un abrazo. Me ha encantado tu relato.
Sí parece, observando la realidad, que este mundo sea un Infierno. Quienes esperan aquí al recién llegado quizá son más optimistas que el narrador del micro.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Selene. Besos.
Carmen, este "Descenso a los Infiernos" es por lo que leo un relato múltiples interpretaciones. Yo casi me quedo con la de Eduardo, creo que es una reencarnación de alguien condenado al infierno, pero aún voy más lejos, pienso que es la reencarnación del propio diablo, esa atracción y esa frialdad me lo hacen ver así, pero sobre todo esas palabras finales, "Todos rieron", son tan enigmáticas.
ResponderEliminarUn relato escrito con mucha fuerza, con tres párrafos contundentes, escrito con tu genial maestría. Enhorabuena.
Muchos besos.
El relato, por lo que estoy comprobando, se presta a muchas interpretaciones. No era mi intención dejarlo tan abierto, pero en manos del lector todas son válidas. La "reencarnación" de alguien condenado al Infierno se aproxima más a mí primera idea; la "reencarnación" del mismo diablo me parece una lectura fantástica, Javier, en todos los sentidos.
EliminarTe agradezco mucho tu comentario, aunque no soy maestra de nadie -sí he sido profe de mis alumnos-, aprendo de ti y de toda la familia cincuentista.
Muchos besos.
Digamos que esta es una segunda oportunidad. Condenado al tormento de las refinadas furias de Satán, ha logrado escapar gracias al túnel que la ciencia médica ha conseguido tender entre un mundo y otro. Tu relato nos ofrece una visión única desde el otro lado, una especie de viaje astral donde el alma asiste a su propia condena, pero rescatada por los doctores del cuerpo, fríos cual escalpelos y ajenos a juicios extrasensoriales, han cumplido con su misión y se alegran. El paciente sigue con vida. Que desde ahora, obre con mayor tino y cuide mejor de su alma, le diría el confesor.
ResponderEliminarDesde luego, Carmen, eres capaz de llevarnos hasta las puertas del mismísimo infierno y hacernos volver. Grande tus letras. Y tú, más. Un besazo.
Tú sí que me has llevado a un viaje de ida y vuelta a los Infiernos, Manuel, con la avanzada ciencia médica incluida. Me encanta tu interpretación, mucho más esperanzadora que el micro tan pesimista que creí haber escrito. Más grande eres tú. Besos.
EliminarTodos sonrieron. Unos por desconocimiento, sólo en virtud del nacimiento. Y otros, Satán entre ellos, por la convicción de que esa alma, les pertenece.
ResponderEliminarInteresante micro.
Un saludo.
Sí que les pertenece. Ha llegado al lugar al que fue condenada, pero no todos son conscientes de habitar en el Infierno.
EliminarMuchas gracias, María. Besos.
Un gran micro que no es evidente a la primera lectura. Me despistaba que fuera Satán quien lo trajera de vuelta al mundo, pero es evidente que él es más omnipresente que su antagonista.
ResponderEliminarEnhorabuena, Carmen, tus micros ponen el listón muy alto.
Besos.
Ya siento yo que el micro resulte un tanto ambiguo, Georges. No lo he pretendido y me disculpo por ello. Desde luego, es Satán el encargado de traer el alma a este mundo.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Georges. Esta vez todo ha sido descenso. Ja, ja. Besos.
Estremecedor. Va a ser difícil olvidar este micro. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarNo deseo que pases un mal rato, Marco, pero si en algo te ha conmovido me doy por satisfecha.
EliminarMuchas gracias y un abrazo.
Buenísimo, Carmen. Yo veo un alma condenada al infierno que se reencarna en un niño que acaba de nacer, llorando al pasar por el estrecho túnel del parto, en la frialdad de un quitófani. Todos sonríen al verle. No sé si he descarado mucho en mi interpretación. Un beso, Carmen.
ResponderEliminarTú tienes un ojo clínico profesional, Asun. El túnel que atraviesa esta alma es, como bien dices, el canal del parto. Por eso llora, como todo recién nacido. Venir a este mundo es descender al Infierno.
EliminarMuchas gracias por tu interpretación, Asun. Besos.
Mi interpretación es que al protagonista, una vez que llega al infierno, Satanás lo devuelve a la tierra para volver a nacer, porque el demonio considera que es el peor castigo, que nuestro mundo es el auténtico infierno. De ahí el título "Descenso a Los Infiernos", recogiendo a ambos infiernos. Tu micro, Carmen, está lleno de imágenes muy potentes. Me ha impactado y me ha hecho pensar mucho. Felicidades y un beso.
ResponderEliminar"Nuestro mundo es el auténtico infierno". Esta es la idea que pretendo plasmar, Juana. Un mundo lleno de maldad y de injusticias de todo orden, social, económico, moral...
EliminarMil gracias por tus palabras. Un beso,
Me gusta mucho el relato de este viaje, lo cuentas con maestria, nos llevas a tu terreno y nos diriges a un final que en realidad és un principio. Un gran micro. Felicidades Carmen. Abrazos.
ResponderEliminarEse final es el principio, dentro de la ficción del micro, de la existencia humana. Mi terreno, Pepe, es esta Tierra en la que nos ha tocado vivir, no sé si penando culpas anteriores.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Besos.
Un relato magnífico con diferentes caminos, pero todos llevan a este mundo, donde la geografía marca tu destino y los demonios pululan en cada rincón. Enhorabuena, Carmen. Un abrazo.
ResponderEliminarLos demonios nos acechan en cada rincón de este mundo, el único que conocemos.
EliminarMuchas gracias, Salvador, por tu acertada síntesis. Besos.
Tu microcuento puede encuadrarse en la doctrina de la metempsícosis, según la cual –y copio la definición que da el DRAE-, las almas transmigran después de la muerte a otros cuerpos más o menos perfectos según los méritos alcanzados en la existencia anterior.
ResponderEliminarPero, además, tiene muchas otras referencias a las creencias de las religiones antiguas, como el pesado de las almas entre los egipcios, el llamado Juicio de Osiris, aunque, en este caso, no había transmigración, pues si la sentencia del dios era positiva el alma, tras reunirse todas sus partes con la momia, iba al Paraíso. Algo que también está, en cierto sentido, en el cristianismo, con ese Juicio Universal que tan bien imaginó Miguel Ángel.
Y el terrorífico periplo que sigue ese alma malvada, en la que, tras pasar por el Averno, vuelve a este mundo, o a un mundo similar a este donde médicos y enfermeras cobrarán poco y estarán saturados de trabajo, me recuerda las ideas de algunos gnósticos, los cuales pensaban que el Jehová del Antiguo Testamento era en realidad el Diablo y, entre los nombres que le daban estaba el de Demiurgo –por cierto, el corrosivo Cioran tituló uno de sus libros El aciago demiurgo-, divinidad a la que también hace referencia Platón en sus escritos, pero en un sentido mucho más benévolo, pues sería un mediador entre las ideas y sus modelos.
El descenso a los infiernos me hace recordar los famosos de Ulises, Eneas y Dante, en esas tres cumbres de la literatura universal que son La Odisea, la Eneida y la Divina Comedia.
Y esas sonrisas últimas me traen a la memoria algo que leí alguna vez sobre cierta cultura –no recuerdo cuál- en la que lloran cuando nace un niño y lo celebran cuando una persona muere, considerando que aquí se viene a sufrir, lo del valle de lágrimas que nos han dicho siempre en las iglesias.
Así que tus cincuenta palabras, al menos para mí, están llenas de referencias religiosas, mitológicas y literarias, y se centran en el misterio último de la existencia que es la muerte y lo que hay más allá de ella, si es que hay algo, pero lo haya o no, ese problema crucial ha dado multitud de ideas, doctrinas, religiones y monumentos.
Así que mucha tela que cortar en tu micro, enhorabuena y mis felicitaciones por la calidad de tus letras y por la calidez de tu carácter. Un abrazo, Carmen.
Mucha tela que cortar en tu detallado e ilustrativo comentario, Enrique. El mérito no es del micro, sino de la amplitud y profundidad de tu pensamiento.
EliminarLa transmigración de las almas ha sido siempre materia con la que han lidiado las distintas religiones, aunque yo no haya pretendido darle al texto un sentido religioso. Sin embargo, he de reconocer que he mentado al diablo y a los Infiernos. Las tres referencias literarias ensanchan el contenido de lo aquí escrito. La existencia humana continúa siendo un misterio sobre el que la mitología, la filosofía, la teología y la literatura siempre han tenido mucho que decir. Mi intención ha sido mucho más humilde y mucho más pesimista, concebir la existencia humana en la Tierra como un verdadero infierno, dada la perversidad de nuestra especie, tanto con nuestros semejantes como con los otros seres que habitan el planeta; un infierno de otro planeta más evolucionado que el nuestro.
Mil gracias por tu interesantísimo comentario. Siempre te lo hemos de agradecer en esta página, porque aprendemos de tus palabras y los micros ganan en profundidad. Besos.
Carmen, cuando muere tu protagonista en otro lugar de la galaxia es condenado a ir al infierno. Satanás lo atrae hacia él. A través del parto, nace en un frío y aséptico quirófano donde todos ríen al ver al recién nacido, así llega hasta el mismísimo Infierno (La Tierra).
ResponderEliminarUn micro bastante misterioso que admite múltiples interpretaciones.
Mucha suerte.
Besos apretados, amiga.
Pilar, tu interpretación coincide bastante con la idea original. Esta alma atraviesa espacios siderales, proviene tal vez de otro planeta más evolucionado que el nuestro, del cual no somos más que el mismísimo infierno. Admito que se presta a diversas interpretaciones y sois vosotros quienes lo vais engrandeciendo.
EliminarMuchas gracias, amiga. Besos.
Hola, Carmen. Muy original tu planteamiento de la muerte conectada a la vida. Yo a veces también pienso que estamos metidos en un círculo en el que el final de la vida es la muerte y el final de la muerte es la vida.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un beso.
Pablo
Muy interesante tu interpretación de la concatenación vida-muerte-vida, Pablo. Así es para muchas culturas y religiones, sobre todo las orientales y no olvidemos que sus creyentes constituyen la mayor parte de la población mundial.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Besos.
Yo tengo claro que tu personaje estuvo más en la región de la muerte que de la vida, pero un golpe de suerte, quizás ayudado por el propio Satán, -que le pillaría de buenas ese día- y por los médicos del quirófano, lo volvieron a este lado del Edén. Estoy seguro que al prota, le ha cambiado la visión de la vida y sabrá valorarla de otra manera hasta que el siguiente viaje sólo sea de ida.
ResponderEliminarBuen relato que nos ha hecho pensar.
Un fuerte abrazo, mi querida amiga Carmen.
Tu lectura es muy esperanzadora para esta alma descarriada, Isidro. Que Satán tuviera un momento bajo y que los médicos lograsen tan excelente resultado es una nueva oportunidad para replantearse la vida. Cualquiera no lo haría después de haberle visto el rostro al diablo.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, querido amigo. Besos.
Puede ser que el mismísimo diablo tenga referencias bastante aciagas de la Tierra. Un relato lleno de esperanza, quizás en ese parto viajen sueños pendientes de cumplir...nuevas oportunidades. Enhorabuena, Carmen. Un beso enorme.
ResponderEliminarNo es de extrañar que tenga una visión tan negativa de nuestro planeta, al menos de la especie humana. Ojalá que hubiera una segunda oportunidad para cumplir esos sueños pendientes, Yoya. Muy hermosa tu interpretación.
EliminarMuchísimas gracias y besos.
Y volvió de nuevo a la vida. Quizás Satán pensó que bastante infierno habría de padecer si lo dejaba regresar. Tal vez se equivocó al darle esta oportunidad, porque seguramente el protagonita de tu relato no volvería a caer en los mismos errores y sabría valorar la vida en su justo precio. Me ha gustado mucho. Un abracito tocaya.
ResponderEliminarDesde luego que esta vida ya es bastante infernal para muchos seres humanos. A ver si esta alma se enmienda y se libra del verdadero Satán.
EliminarMuchas gracias por tu aportación luminosa, tocaya. Besos.
No sé cómo interpretar el micro, si como una temida "resurrección", o como una muerte celebrada por el entorno. Cualquiera de las dos me produce escalofríos.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen.
Si de algún modo te sacude esta historia, ya me doy por satisfecha, María Jesús. Escribimos por placer, pero siempre esperando llegar de algún modo al lector.
EliminarMuchas gracias y besos.
Pese a no considerarme una persona religiosa, en el más estricto sentido de la palabra, sí pienso que el infierno, averno, llámalo X, existe, y creo que es, justamente, como lo planteas en tu micro. Hoy tengo el día pesimista. ;-) Me ha gustado mucho el relato, Carmen, no era nada fácil el planteamiento y te ha quedado redondo. Enhorabuena y un beso gigante.
ResponderEliminarNo quería yo tampoco meterme en honduras religiosas, Matrioska. Pero si el infierno existe, aquí en la Tierra tenemos bastantes pruebas de ello. Yo sí que tenía el día pesimista cuando lo escribí, así que no te disculpes. Hay tanta maldad en este mundo...
EliminarMuchísimas gracias y besos.
Todos te han dicho ya, así que voy a darle la vuelta. Me parece una persona a la que están operando y sueña cosas horribles, por la anestesia, y mientras despierta la llevan por el pasillo hasta sus familiares que sonríen, todo salió bien. Un beso.
ResponderEliminarPues muchas gracias por esta interpretación tan amable de las circunstancias que rodean al protagonista. Todo ha quedado en una pesadilla y su vida ya no corre peligro. La vida no es más que un sueño, quizá el despertar pueda convertirse en pesadilla o en un nuevo renacer.
EliminarMuchas gracias, Maite. Un beso.
Yo interpreto que en ese quirófano le devolvieron a la vida, cuando ya estaba casi con un pié en el infierno. ¡Menudo susto!
ResponderEliminarTodos sonrieron por que la operación debió ser un éxito. ¿No?
Si es una persona creyente, más le vale cambiar un poco el tipo de vida, más que nada porque no se repita la experiencia.
Muchos besos.
A una nueva vida llega el protagonista. Veremos si el susto ya ha pasado y ha aprendido de la experiencia o aún le queda mucho por sufrir.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Olga. Besos.
Carmen, un micro súper original. Me decanto por la cómica-trágica interpretación de aquel que llega al quirófano con un miedo voraz. Viendo en los propios médicos pequeños diablillos que jugarán con él a su antojo. El pánico ha cegado cualquier vestigio de criterio del paciente.
ResponderEliminarUn beso muy grande. Enrique
Enrique, tu interpretación es ingeniosa y divertida. ¿Quién no siente pánico al entrar en un quirófano? Esos diablillos a los que entregamos nuestra salud nos salvan la vida en muchas ocasiones, pero si desconfiamos nos vemos sometidos a un juego caprichoso.
EliminarMuchas gracias por pasarte y comentar. Otro beso igual de grande para ti.
Querida Carmen, como llego tarde ya está todo dicho... me quedo con la interpretación de un malvado que vuelve a nacer, a ver si en esta nueva vida se porta mejor...
ResponderEliminarEscrito con gran maestría, un relato muy estructurado y con segunda oportunidad para el protagonista, ¿qué más se puede pedir?
Enhorabuena, un beso grande.
Malu.
Muchas gracias, Malu. Le daremos otra oportunidad a esta alma malvada. Todo el mundo puede reflexionar y rectificar, aunque me temo que ha caído en un mundo lleno de sufrimiento.
ResponderEliminarOtro beso grande para ti.
Ciertamente, si observamos solamente la cara más fea de esta realidad, dista muy poco del infierno que desde pequeños nos han pintado. Y si esta es el verdadero Averno, en ella el Diablo está bien pendiente de no desperdiciar ni una pizca de maldad, de modo que si algún pecador acaba sus días hace todo lo posible por recuperarlo.
ResponderEliminarGran relato, Carmen. Enhorabuena.
Un abrazo.