Genealógico
Se fueron reuniendo alrededor del tronco.
Los más antiguos, desde su nacimiento y los primeros brotes. Los que llegaron después, para abonarlo y verlo crecer. Hasta los nuevos, que lo riegan cada mes con ideas frescas.
De sus ramas cuelgan ahora cuatro frutos maduros, jugosas páginas con sabor a cincuenta.
Los más antiguos, desde su nacimiento y los primeros brotes. Los que llegaron después, para abonarlo y verlo crecer. Hasta los nuevos, que lo riegan cada mes con ideas frescas.
De sus ramas cuelgan ahora cuatro frutos maduros, jugosas páginas con sabor a cincuenta.
¡Qué bonito, Asun! ¿Quién se atreve a dibujar el árbol genealógico de Cincuenta? Sería magnífico: el capi en la copa y los autores, por orden de llegada bajando por las ramas.
ResponderEliminarY nuestros cuatro libros ahí, bien tiesos, como cuatro leones rampantes.
Enhorabuena y un abracico.
Sería precioso, Patricia. Un árbol bien frondoso y con unos frutos que están para hincarles el diente.
EliminarUn besito para ti.
Asun, no se podía expresar mejor ni más bellamente cómo es esta comunidad.
ResponderEliminarEs precioso tu relato.
Un besazo.
Pablo
Muchas gracias, Pablo.
EliminarBesazo también para ti.
Qué elegante y hermoso este relato-árbol que trenza sus ramas sobre un cielo de palabras, donde palpita el fruto de sus cuatro nidos.
ResponderEliminarUn beso, Asun. Me encantó compartir un ratito contigo en la quedada. Un beso para ti, y otro para la sin par, pa la bella Sevilla. Casi na.
Gracias, Manuel. A mí también me encantó charlar contigo. Ya sabes que en Sevilla siempre serás bien recibido.
EliminarUn beso.
Un árbol con raíces profundas que ni los vientos del tiempo derribarán. Bonito homenaje, Asun. Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Salvador.
EliminarSí que son profundas las raíces, y cada vez más.
Un abrazo.
Un árbol cada vez más alto, pero no por ello menos asequible y acogedor. Su sombra es la mejor del planeta. Se nota que en él todas las ramas y las hojas cuentan.
ResponderEliminarUn abrazo grande, ASun
Este árbol es único, Ángel. Da gusto formar parte de él.
EliminarUn beso.
Hola, Asun.
ResponderEliminarEste árbol es el árbol de la vida, fluyendo por sus intersticios la savia nutriente y positiva. Veteranos y noveles todos juntos, todos a una: mejor dicho, a cincuenta.
Sintetizas a la perfección el animus que benditamente nos domina y nos impulsa. Enhorabuena. Un beso, y feliz todo para ti siempre.
Gracias, Eduardo. El espíritu de nuestro árbol es amable y enriquecedor.
ResponderEliminarUn beso también para ti.
De este tronco salen todas las ramas que componen esta familia y sus cuatro libros. Sus raíces son profundas y bajo su sombra descansa el caminante-lector. Muchos lo fueron hasta que se convirtieron en brotes nuevos.
ResponderEliminarUna hermosa alegoría para celebrar el quinto aniversario. Enhorabuena, Asun. Besos.
Que nunca falte la frescura de los brotes nuevos, Carmen. Que veamos muchos frutos más.
EliminarUn beso y gracias, amiga.
Siento admiración por los árboles y la idea es buena, buena. Enhorabuena. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Maite. Me alegro de que te guste.
EliminarPrecioso y muy imaginativo homenaje a la página en su quinto aniversario, Asun. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Juana.
EliminarUn beso también para ti.
Muy buen árbol... y promete. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarGracias, Mª Luisa.
EliminarEs entrañable tu micro como homenaje por el cincuenta aniversario, Asun. Como buena relatista que eres, lo has sabido expresar a las mil maravillas. La imagen de ese árbol que has dibujado no me puede gustar más.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Malu.
Muchas gracias, linda Malu. Nuestro árbol es de hoja perenne, y cada vez está más frondoso.
EliminarUn beso.
Ese tronco tiene ya multitud de anillos y, como en los árboles reales, se podría escribir su historia estudiándolos, lo cual sería una ardua tarea, pues las ramas, hojas, frutos y raíces son ya tan numerosos que a quien emprendiese esa trabajo le haría falta mucho tiempo para llevarlo a buen puerto.
ResponderEliminarMe imagino ese árbol lleno de hojas escritas que se lleva el viento, o que van cayendo al suelo en otoño, me imagino a hormigas lectoras, a mariposas posadas en algunas de esas historias, a abejas intentando construir una colmena con lo mejor de las páginas de esos cuatro libros, a los pájaros traduciendo los microcuentos a su lenguaje de trinos.
Así como, como suele ocurrir con los árboles, este tendrá una larga vida, y sus frondosidades darán sombra a muchas mentes, y muchos corazones encontrarán apaciguamiento en sus horas bajas perdiéndose entre sus hojas.
Hermoso homenaje al aniversario, a la página y a su fundador. Felicidades, Asun. Y decir que fue un placer conocerte y platicar contigo.
Un abrazo.
Qué hermosa interpretación del micro, Enrique. Me encanta la idea de esos animales que viven bajo su cobijo.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. A mí también me encantó conocerte, un beso.
Muy bueno. Me gustan igual los primeros, los que abonan como los que llegan con ideas nuevas. Muy bueno
ResponderEliminarGracias, Luisa.
Eliminar¡Qué bonito, Asun! La semilla del capi Álex brotó con tal fuerza, que ahora se ha convertido en un espléndido árbol que año tras año da nuevos y jugosos frutos. Precioso, sí señora. Felicidades y un beso grande.
ResponderEliminarJo, Asun.
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