Homeless
Soy un genio incomprendido. Con lo famoso que era... Ahora no puedo entrar en casa y me toca dormir en el parque. No quiero volver a verte nunca más, lámpara maldita, desaparece de mi vista. Me recuerdas constantemente cuánto he engordado desde que te frotaron y salí por última vez.
Hola, M.Carme.
ResponderEliminarEl genio ha engordado y se ha quedado sin hogar: la lámpara donde moraba. Es natural que se enfade y la tome con ella y no quiera ni verla. Pobrecillo. Un sin techo más. Bueno, no, un orondo sin techo. La fama voló. Y ya no le comprende nadie. Suele pasarle a todo tipo de genios, los literarios, por supuesto, incluidos. Me gusta mucho tu propuesta. Mi más muy mayor enhorabuena, y lo que digo siempre con el deseo de que se cumpla. Feliz todo para ti siempre. Ah, y un beso bien grande.
Sí, de momento orondo sin techo. A ver si adelgaza por la temporada sin trabajo que tendrá. Bueno, así recuperaría casa y trabajo ;-)
EliminarGracias Eduardo. Te envío de vuelta muy buenos deseos y un beso.
Cuántos genios incomprendidos han pasado penalidades a lo largo de la Historia. Pero este genio ha salido de una lámpara y ya no puede regresar, se ha convertido en un "sin techo", uno de esos seres desafortunados, víctima de las desigualdades económicas de la sociedad actual.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la idea de unir tradición oriental y denuncia, Carme. Besets.
Si sacamos a los personajes de cuentos de su lugar de confort los podemos desplazar a terrenos donde jugamos el resto de mortales y, como nosotros, pueden sufrir penalidades.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Petons!
Como sucede en relato de Beto que acabo de leer, aunque son muy distintos, juegas muy bien con las palabras y los conceptos, mezclando un personaje de cuento clásico con la realidad cotidiana. Tu protagonista es un genio en sentido literal, convertido en vagabundo una vez que sale fuera del mundo imaginativo, lo que demostraría que los cuentos, cuentos son, y luego está lo demás.
ResponderEliminarUna propuesta ingeniosa, Carme
Un abrazo
Y a veces conseguimos que en nuestras vidas se cuele algo de la magia que emana de los cuentos, y nos sentimos aventureros o hadas o qué sé yo. Y creo que nos gusta más que cuando es al revés, como en mi historia.
EliminarGracias Ángel por tu comentario.
Un beso
Un tema interesante. Juegas con el famoso Genio, dador de deseos a cambio de un momento de libertad. Al parecer, el tuyo se ha cansado de su prisión y ha pasado a ser un sin techo. Tal vez la vida le deba algún que otro deseo. Por ejemplo, el derecho digno a tener una vivienda. Cosa que muchos de nosotros todavía estamos por coneguir. Relatas la crisis actual de un modo sencillo pero apabullante. Un abrazo muy fuerte Carme.
ResponderEliminarHay tantos problemas fuera del mundo de los cuentos...
EliminarPor eso intentamos encontrar un ratito de vez en cuando para zambullirnos en 50 y dejar volar la imaginación, las palabras, los sentimientos, fiu! Viéndolo todo más positivo hasta seremos más constructivos ;-)
Abrazo y beso, tocaya.
Una realidad que está presente, la obesidad. La has maquillado muy bien. Un beso.
ResponderEliminarLa obesidad a veces es fuente de problemas serios, como en este caso el del genio. Debió salir de la lámpara en un lugar con tentaciones culinarias difíciles de resistir y ya ves.
EliminarCon mucha voluntad y esfuerzo, y mejor si encuentra soporte, yo creo que lo podrá mejorar y resolver.
Besos, Maite, y gracias por pasarte.